sábado, 12 de octubre de 2024

Reflexionar sobre las emociones

Hoy os propongo reflexionar sobre las emociones. Reprimir emociones no es la solución para que se marchen. ¿Te has planteado, cuántas veces al día, reprimes tus emociones? O por el contrario ¿Te has parado a pensar cómo tus emociones te desbordan intensamente sin control alguno? ¿Sabes qué emoción estás sintiendo ahora mismo? ¿Podrías ponerle nombre?

Nuestro cuerpo a través de la sensación nos va dando pistas de qué emoción traemos, pero para cada persona una sensación puede estar relacionada con una emoción diferente. Poder prestar atención a nuestras emociones, en el momento, nos ayuda a comprendernos mejor, a ponerles nombre y también a poder regularlas posteriormente. O más bien, dejar que fluyan, para que se auto regulen. 

Culturalmente nos hemos educado a guiarnos “racionalmente”, bajo el lema “pienso, luego existo”, restando importancia a las emociones.

A nivel social, las emociones han sido etiquetadas y estigmatizadas como positivas (alegría, sorpresa, curiosidad) o negativas (dolor, rabia, miedo, tristeza). Durante muchos años hemos estado bajo esa mirada, y bajo este paradigma.

Las emociones, eran algo tabú, y había que reprimirlas, negarlas, camuflarlas o calmarlas como fuera, para que no se notasen. Expresiones tales como: No llores, sé fuerte, no tengas miedo, ¿Te suenan? 

No reprimas ninguna emoción. Toda emoción contenida se queda en nuestro interior y es entonces cuando nuestro cuerpo habla lo que la boca calla. Las emociones no hay que reprimirlas ni ignorarlas. Tan solo APRENDER A EXPRESARLAS.

Chema Montserrat

Ciao.

 

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