domingo, 24 de noviembre de 2024

No sobras, Señor y Rey

¡NO SOBRAS, SEÑOR Y REY!

Pues aún naciendo en pesebre nos recuerdas que,  este mundo arropado por la riqueza será polilla, poco o nada en nuestro atardecer. 

Nos recuerdas como Rey, Señor, que siendo rico sólo te visitaron los pastores.

Que teniéndolo todo, cerraste los ojos al mundo desnudo abandonado y desprestigiado por todo hombre.

Nos recuerdas que, teniendo altos tronos, quisiste uno de madera y en forma de cruz.

Y que, pudiendo tener un escuadrón velándote tan sólo un mal ladrón y un buen ladrón también te hicieron compañía en las horas de soledad amarga.

¡NO SOBRAS, SEÑOR Y REY!

Que, tus Palabras, en cada momento de nuestra vida son sabiduría, fuerza, valor y esperanza.

Que, tus miradas, cuando las nuestras ya no miran a nadie son pregunta sobre el hermano que, tal vez, dejamos caer.

¡NO SOBRAS, SEÑOR Y REY!

Sobran, posiblemente, muchos “señores” y también algunos “reyes” que olvidaron ser siervos  señores que, sin serlo, infunden temor y miedo y reyes que, siéndolo, no saben acompañar a su pueblo Tú, Señor, no sobras: ¡ERES REY!

Si te fallamos, revístenos con la coraza de tu Gracia.

Si caemos, levántanos con el cetro de tu fuerza.

Si dudamos, clarifícanos con la nitidez de tu Palabra.

Si te traicionamos, haznos comprender el error de nuestros pecados.

Si buscamos tronos de apariencia, oro, comodidad, riqueza, prestigio o escalas a gran altura haznos entender, ver y abrazar  el madero de esa cruz que al cielo se alza.

¡NO SOBRAS, SEÑOR Y REY!

Sobran en estos pequeños reinos,  de peligrosos puentes elevadizos sobre el odio y la sangre la sin razón y la tristeza, la violencia y la angustia, las horas amargas y los momentos de llanto.

Faltan, Señor, en este reino de castillos todo fachada la verdad y el amor, la justicia y el perdón, la vida y la gracia, la hermandad y la ternura.

¡FALTA TU REINO, SEÑOR! ¡QUE REY TAN PECULIAR ERES SEÑOR!

Javier Leoz Ventura

Ciao.

 

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