lunes, 13 de enero de 2025

Cuando los caminos son inciertos

Cuando los caminos son inciertos y no se ve por dónde, ni por qué los escogimos, debería de aflorar en nuestro pensamiento una idea clara: Que no hay trayecto ni aventura que no nos deje el poso de la sabiduría mediante su propio mensaje. Aun cuando la angustia nos sobrecoge y paraliza nuestros sentidos, una voz nos susurra, con rotundidad cuando, afligidos, clamamos ¡Yo no merezco esto! ¡Esto está salido de madre! ¡No puede estar pasándome a mí!

Cualquier intento es vano, no estamos preparados para ciertos finales. Creemos que somos infalibles y, a menudo, la evidencia nos supera. Pero una voz nos calma diciendo: ¡No pienses, relájate, descansa!

Tras la almohada descubres finalmente que eres otro y estás bendecido con un nuevo aire. Los rayos del sol te dicen otra cosa: ¡Cómo pude ayer, verlo todo tan áspero! Y te empoderas: ¡Aquí estoy, no me escondo, lo que ha de pasar, pasará!

En esos momentos piensas que, al final del camino, si lo hay, encontraré el porqué. ¡Siempre hay un porqué! Quizá sea un viaje donde descubras la maldad de quienes menos lo esperas. O, tal vez, la experiencia te hace descubrir una salida, inesperada, que eras incapaz de ver por ti mismo.

Recuerda que cada cual tiene una misión, hasta los que vemos como “malos”. Nada ocurre por azar, todo está orquestado, la providencia nos escruta y nos dirige por caminos inesperados, pero milagrosamente interconectados, todos con todo.

¡Es cuestión de creer! -dijo uno. ¡Yo no creo más que lo que veo! -dijo el otro. ¡Ambos tienen razón! -dijo la voz. Estamos aquí para razonarlo todo. He ahí nuestro propio albedrio. Tenemos que filtrarlo todo. El que cree a ciegas peca de ser un borrego. El que no cree en nada, tendrá que comerse sus pensamientos “con patatas” cuando le llegue la hora de cada revelación. Nuestro cerebro funciona así, por lógica, “o todo o nada” y para colores intermedios… El destino.

Nos espera un final de trayecto que sólo alcanzaremos a vislumbrar cuando sea el momento, ni antes ni después. El mundo está lleno de necios y de crédulos. Aquel que tiene criterio propio, tiene una seria ventaja sobre los demás, así que, déjate llevar por los mensajes que el camino te da, y tu intuición hará el resto. ¡Ah! No seas cobarde. Quien no atraviesa los senderos inhóspitos de la vida, y en ellos, tal vez, nuestros propios miedos, aparte de no ser nada en ella, no encontrará la salida en este laberinto y mucho menos llegará a realizarse como persona.

Cristor Mingora

Ciao.

 

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