El mal no existe por naturaleza, y nadie es naturalmente malo, porque Dios no hizo nada que no fuera bueno.
Cuando alguien, en el deseo de su corazón, concibe y da forma a lo que en realidad no existe, entonces lo que deseas comienza a existir.
Por lo tanto, debemos apartar nuestra atención de la inclinación al mal y centrarla en recordar a Dios, porque el bien, que existe por naturaleza, es más poderoso que nuestra inclinación al malo.
Uno tiene existencia, mientras el otro no, excepto cuando le damos existencia a través de nuestras acciones.
Fotike diadoc, siglo V
Ciao.
No hay comentarios:
Publicar un comentario