Ser el lápiz en las manos de Dios

Dios nos invita a ser como un lápiz en sus manos, un humilde instrumento con el que Él puede escribir historias de amor y esperanza en la vida de los demás. Así como un lápiz traza sin saber la extensión de la obra, Dios nos utiliza para dibujar su bondad en los corazones que nos rodean, incluso cuando no nos damos cuenta del impacto que podemos causar. En ocasiones, con una palabra, un gesto o una simple sonrisa, somos ese trazo que ilumina el día de alguien, que trae consuelo o que despierta una chispa de fe en momentos de oscuridad. Como lápices en sus manos, Dios nos da la gracia de ser agentes de su misericordia y paz, uniendo vidas, alentando corazones, y trayendo esperanza en medio de las pruebas.

Cuando nos rendimos a sus planes y nos dejamos guiar, descubrimos que nuestro valor no está en nuestras capacidades, sino en el poder que Dios tiene para multiplicar nuestras pequeñas acciones. En sus manos, nuestras limitaciones se convierten en fortalezas, y nuestros talentos, en puentes para llevar su mensaje a los demás. Cada trazo que Él dibuja a través de nosotros es una oportunidad para acercar el cielo a la tierra y recordar a otros que no están solos. ¿Estamos dispuestos a entregarle nuestro ser y permitir que Él nos use para dar vida, amor y esperanza a quienes más lo necesitan? 

Ciao.