Me llamaron Libertad. Pero solo soy un símbolo. El mundo no ha aprendido nada, todo es poder, ambición, lucha de religiones.
Me tapo los ojos por los inocentes que mueren cada día. Algunos porque pasaban por ahí, otros por sus ideas. Y lloro...
No quiero seguir viendo el mundo así. No entiendo que la voz, la palabra no sirva para la paz. Que usen niños como escudos humanos, que maten a mujeres por querer imponerles un modo de vestir, un modo de vivir.
Todos somos iguales, todos somos humanos, nadie tiene el derecho de decidir quién debe morir y cuándo.
Me tapo los ojos...
Dejo de llamarme Libertad en un mundo oprimido por unos cuantos fanáticos que no respetan los derechos humanos…
Sigamos luchando por esa… Libertad.
Ciao.
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