jueves, 18 de diciembre de 2025

La esperanza va más allá del mero optimismo


 La esperanza va más allá del mero optimismo. El optimismo depende de si las circunstancias salen bien. La esperanza cristiana, sin embargo, encuentra su fuente en la fidelidad de Dios, que es constante, incluso en las peores situaciones. La verdadera esperanza no niega el dolor ni la incertidumbre, sino que los presenta ante Dios. Reminiscencia de la indiferencia ignaciana, la esperanza nos ayuda a encontrar a Dios en todas las cosas: En la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, en la abundancia y en la escasez. La espera no debilita la verdadera esperanza, sino que la agudiza y nos enseña a perseverar y a confiar aún más profundamente.

En un mundo que valora las respuestas inmediatas, el Adviento nos hace ralentizar. Nos enseña a esperar y a encontrar a Dios trabajando en silencio, en los lugares ocultos donde la esperanza echa raíces. Cuando aprendemos verdaderamente a encontrar a Dios en los días ordinarios, en los momentos tranquilos y en nuestros anhelos sinceros, la esperanza se convierte en un espacio fértil de encuentro. La esperanza se convierte en nuestra motivación para sobrevivir al “hambre” que no puede matarnos. La esperanza se hace vida misma.

Compañía de Jesús en España

Ciao.


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