martes, 28 de agosto de 2012

Sé honesto y no mires con quién



La deshonestidad no tendría ningún papel en un mundo si en él, imperara la realidad y estuviera habitado por seres humanos plenamente conscientes y honestos.
Desgraciadamente, debemos de convivir con la deshonestidad, y hay muchas personas que han hecho de ella su modo de vida y de aactuar.
Los humanos, abrigamos una variedad de tendencias e impulsos que no armonizan espontáneamente con la razón. Caemos en contradicciones, queriendo ser una cosa, mientras intentamos aparentar todo lo contrario.
Los seres humanos necesitan práctica y estudio para convertirse en personas benévolas en las que retomar la chispa divina de la que emergimos.
En ese intento, hacen muchas cosas que la prudencia o el miedo a ser descubiertos les aconseja ocultar.
Mentir es una “fácil” herramienta de ocultamiento y, cuando se emplea a menudo, pronto degenera en un vicio que arrastra hacia lo contrario.

Hay una gran diferencia entre tomar en serio la verdad y no dejarse pillar.
Los padres a menudo decimos a nuestros hijos “que no te pille de nuevo”, y es comprensible, pero una vida buena y honesta es más que eso. No es que "te pillen", sino que no se debe hacer.
El desarrollo moral no es un juego de “píllame si puedes”. Conviene concentrarse en lo que importa de verdad, la clase de persona que uno es, y la clase de persona que uno quiere ser.
No hay medias tintas con la honestidad. No es la simple honradez que lleva a la persona a respetar la distribución de los bienes materiales. La honradez es sólo una consecuencia particular de ser honestos y justos.

- No es el mero reconocimiento de las emociones "así me siento" o "es lo que verdaderamente siento".
Ser honesto, además implica el análisis de lo reales (verdaderos) son nuestros sentimientos y decidirnos a ordenarlos, buscando el bien de los demás y el propio.

- No es la desordenada apertura de la propia intimidad en aras de "no esconder quiénes somos realmente ". Ser honesto implicará la verdadera sinceridad, con las personas adecuadas y en los momentos correctos.

- No es la actitud cínica e impúdica por la que se habla de cualquier cosa con cualquiera… La franqueza tiene como prioridad el reconocimiento de la verdad en nuestra vida y no el desorden.

Hay que tomar la honestidad en serio y ser conscientes de cómo nos afecta cualquier falta de honestidad por pequeña que sea… Hay que reconocer que es una condición fundamental para las relaciones humanas, para la amistad y la auténtica vida comunitaria.
Ser deshonesto es ser falso, injusto, mentiroso y ficticio. La deshonestidad no respeta a la persona en sí misma y busca la sombra, el encubrimiento: Es una disposición para vivir en la oscuridad.
La honestidad, en cambio, tiñe la vida de confianza, sinceridad y apertura, y expresa la disposición de vivir a la luz, la luz de la verdad.

Ciao.

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