miércoles, 29 de agosto de 2012

Somos lo que hacemos



La CULTURA es el conjunto de todas las formas,  modelos o  patrones, explícitos o implícitos, a través de los cuales una sociedad regula el comportamiento de las personas que la conforman.
Como tal incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestimenta, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias.
La cultura brinda la capacidad de reflexionar sobre uno mismo, nos convierte en seres racionales, críticos y éticamente comprometidos.
Con ella discernimos los valores y elegimos entre múltiples opciones. Nos expresamos, tomamos conciencia de nosotros mismos, nos reconocemos como un proyecto inacabado, cuestionamos nuestras realizaciones, buscamos nuevas significaciones y creamos obras que nos trascienden.

La EDUCACIÓN, (del latín educere “guiar, conducir” o educare “formar, instruir”) puede definirse como "el proceso multidireccional mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar".
La educación no sólo se produce a través de la palabra. Ella está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes.
El proceso de vinculación y concienciación cultural, moral y conductual.
A través de la educación, las nuevas generaciones asimilan y aprenden los conocimientos, normas de conducta, modos de ser y formas de ver el mundo de generaciones anteriores, creando además otros nuevos.

La HONESTIDAD es una cualidad de calidad humana que consiste en comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad (decir la verdad), de acuerdo con los valores de verdad y justicia.
Se trata de vivir de acuerdo a como se piensa y se siente.
En su sentido más evidente, la honestidad puede entenderse como el simple respeto a la verdad en relación con el mundo, los hechos y las personas. En otros sentidos, la honestidad también implica la relación entre el sujeto y los demás, y del sujeto consigo mismo.

Dado que las intenciones se relacionan estrechamente con la justicia y se relacionan con los conceptos de honestidad y deshonestidad, existe una confusión muy extendida acerca del verdadero sentido del término.
Así, no siempre somos conscientes del grado de honestidad o deshonestidad de nuestros actos.
El autoengaño hace que perdamos la perspectiva con respecto a la honestidad de los propios actos, obviando todas aquellas visiones que pudieran alterar nuestra decisión.

La honestidad según Confucio es uno de los valores y componentes más importantes de una personalidad saludable, si entendemos por esta la capacidad de obrar el bien en todas las distintas relaciones y actividades que las personas sostienen.
La virtud se basa en la armonía con los demás, y en la aceptación de que en algún momento de nuestras vidas todos estamos a merced de otras personas. La honestidad consiste por lo tanto en ponerse en el lugar hipotético de la propia vida futura, y la de las generaciones pasadas y venideras, y elegir no hacer o decir nada que pueda mancillar el honor o la reputación de la familia.

La ÉTICA es una rama de la filosofía que abarca el estudio de la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir.
La ética estudia qué es lo moral, cómo se justifica racionalmente un sistema moral, y cómo se ha de aplicar posteriormente a los distintos ámbitos de la vida personal y social.
En la vida cotidiana constituye una reflexión sobre el hecho moral, busca las razones que justifican la utilización de un sistema moral u otro.
Una sentencia ética, juicio moral o declaración normativa es una afirmación que contendrá términos tales como “bueno”, “malo”, “correcto”, “incorrecto”, “obligatorio” o “permitido” referido a una acción, una decisión o incluso también las intenciones de quien actúa o decide algo.
Cuando se emplean sentencias éticas se está valorando moralmente a personas, situaciones, cosas o acciones. Se están estableciendo juicios morales cuando, por ejemplo, se dice: “Ese político es corrupto”, “Ese hombre es impresentable”, “Su presencia es loable”, etc.
En estas declaraciones aparecen los términos “corrupto”, “impresentable” y “loable” que implican valoraciones de tipo moral.

Según una corriente clásica, la ética tiene como objeto los actos que el ser humano realiza de modo consciente y libre (es decir, aquellos actos sobre los que ejerce de algún modo un control racional).
No se limita sólo a ver cómo se realizan esos actos, sino que busca emitir un juicio sobre estos, que permite determinar si un acto ha sido éticamente bueno o éticamente malo.
Ello implica establecer una distinción entre lo que sea bueno y lo que sea malo desde el punto de vista ético, y si el bien y el mal éticos coinciden o no con lo que serían el bien y el mal en sí.

Ciao.

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