martes, 8 de marzo de 2016

¿Cómo enseñar a los niños a ser emocionalmente inteligentes?


Muchas veces la causa del comportamiento del niño es que no acepta al otro, o no acepta la derrota, la frustración, la impotencia, un límite.
Esto lo conduce a una reacción de descarga, que en el fondo, no hace más que hacerlo sentir más dolido, abandonado, incapaz o inseguro.

Que el niño pueda sentirse frustrado, débil, ignorado, triste, y no necesite reafirmar su mundo emocional desde una actitud agresiva hacia algo o alguien, sino que pueda nombrar lo que le pasa, por lo menos una palabra; o pueda llorar con humildad, permitir que lo abracen, lo ayuden, sería el aprendizaje más importante que podría aportar la escuela o familia de hoy.

Si tu hijo o alumno te levanta la voz, si ha golpeado a alguien, si ha mentido, “fallado” con su palabra, si ha sido cruel, tirano, egoísta, puedes sentirte indignado, castigarlo, o decirle, mirándolo desde arriba como un juez, “estás equivocado”, pero con esta actitud ¿Fomentamos el desarrollo de su conciencia, la autobservación, la autodisciplina?

Debemos saber algo fundamental, el discurso moral, largos sermones sobre lo que está bien o mal, no solo no sirven, sino que además generan distancia en el vínculo.
Decir “haz esto” o “no hagas aquello”, sin ayudarlos a pensar y sentir, produce personas autómatas, que obedecen según su conveniencia. Sólo si alguien los está observando, hacen “lo correcto”.
No se les fomenta la consciencia, ni el registro de sus propias emociones, y menos aún, la de los otros.
En cambio, si en lugar de dictaminar sentencia, hacemos una pregunta:
“¿Qué te parece tu comportamiento?”,
“¿Qué te ha hecho sentir tan mal para que reacciones de tal modo?”
“¿Cómo se sentirá tal niño con lo sucedido?”,
“¿Cómo te sentirías si te lo hubieran hecho a ti?”,
“¿Qué podemos hacer para remediar esto?”, así ayudamos al autoconocimiento, y por ende, a construir una conducta saludable.

No ofrezcas soluciones, recetas, ni conclusiones cerradas, abra el dialogo, la pregunta. Permítele aprender, dejar ese espacio para el silencio, que lo coloca a la par, corazón a corazón.
Esto nos recuerdan los niños de esta era: No hay quien sabe más, todos estamos enseñando y aprendiendo a la vez y juntos, solo juntos, podemos construir una nueva forma de estar con otros, y hacer así del mundo, un lugar donde reine la conciencia.

Ciao.

No hay comentarios: