miércoles, 16 de mayo de 2018

Reconocer a Dios


La posibilidad de reconocer a Dios en la vida cotidiana es nuestro desafío. Al mismo tiempo es el regalo que nos hace.
Siempre podemos percibirlo a través de nuestros sentidos. Dios es el que siempre llega, aunque a nosotros tantas veces nos cueste distinguirlo.
Toda la persona, todas las tareas que realiza, aparecen unificadas al descubrir la presencia de Dios en lo ordinario de nuestra vida. Es una presencia que lo anima todo, con un dinamismo que lo atraviesa todo.
Esta es la experiencia a la que nos invita Ignacio de Loyola al final de los Ejercicios Espirituales, “mirar cómo Dios habita en las criaturas: En los elementos dándoles el ser, en las plantas dándoles la vida vegetativa, en los animales la vida sensitiva, en los hombres dándoles también la vida racional, y así en mí dándome el ser, la vida, los sentidos y la inteligencia” [235].

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

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