lunes, 7 de octubre de 2019

Aprender a confiar


Todos necesitamos a alguien en quien confiar y alguien que confíe en nosotros. Sin embargo, hoy la confianza parece ser algo difícil de construir.
Algo que es tan frágil, que, de pronto, cualquier cosa la puede romper de manera irreparable.
¿Qué podemos hacer frente a esto? Empezar por uno mismo, aprendiendo a confiar y a ser una persona que los demás confíen en nosotros.
La confianza, como tantas otras cosas, se puede aprender por imitación. Podemos aprender a confiar mirando a Jesús, que es el que siempre confía en nosotros a pesar de  nuestras desobediencias a Dios.
Jesús también confía en el Espíritu Santo, que sabe que vendrá a animar a sus amigos cuando Él no esté y que nos explicará las cosas que Él no ha podido…
Y Jesús también confía en sus amigos los discípulos y seguidores, porque sabe que entenderán su partida aunque al principio les cueste separarse de Él, y permanecerán unidos un tiempo más, qué se dejarán guiar y que se animarán a salir a compartir ese amor que Él les ha enseñado.
Y al confiar en ellos, les da la oportunidad de crecer, de expandirse, de ser más plenos y de reconocerse a sí mismos en vidas que antes hubieran sido inimaginables.
Sin embargo, Jesús sigue estando y viviendo para sus amigos. Ellos, igual que nosotros, siguen confiando y creyendo en Él. Siguen hablándole, presentándole sus dudas, sus alegrías, sus dones… Siguen pidiéndole perdón.
Si nos animamos a confiar en los demás y que lo demás confíen en nosotros, nuestras vidas tendrán un efecto similar al de Jesús con sus amigos con aquellos que nos rodean.

¿Os gustaría que fuera así? A mi, confieso que si. Confiemos.

Ciao.

No hay comentarios: