martes, 8 de octubre de 2019

"Descentrarse": Salir de nosotros mismos


¿Cómo se hace para confiar en el otro? ¿Cómo se hace para estar y para poner distancia cuando es necesario? ¿Cómo se hace para saber cuándo callar y cuándo hablar? ¿Cómo para saber hasta dónde llega lo que yo puedo hacer y cuando lo del otro?

La respuesta está en descentrarse. A veces vivimos muy pendientes de nosotros mismos, y sabemos que los demás están, pero están en función de nosotros y de nuestro deseos. Y todo lo que nos importa de ellos, es lo que tenga que ver con nosotros y nuestros caprichos.
Salir del centro, de nuestro centro, implica asumir que ni el mundo ni mi vida pueden girar en torno a mí. Y desde ahí, la invitación está en mirar al otro por el otro mismo, más allá de si lo que vive, hace, piensa o siente, tiene algo que ver conmigo o no.
Pensaréis que no es un ejercicio fácil, y es cierto, pero debemos saber que sólo es posible hacerlo desde un amor gratuito y libre, que no busca la posesión sino la donación, el darse a sí mismo a los demás.
Este es el amor es el que brota del Corazón de Jesús. Es el amor que él tiene por cada uno de nosotros. Por eso, si queremos aprender a amar a los demás y a vivir para los demás, necesitamos acercarnos a Él y quedarnos muy cerquita suyo, para que, esa cercanía, nos vaya haciendo cada vaz más parecidos a Él y así vayamos transformando nuestra vida poco a poco para parecernos cada vez más a Jesús.

Ciao.

No hay comentarios: