lunes, 19 de abril de 2021

Hemos "domesticado la Cruz"


 Muchas veces se dice que hemos domesticado la cruz. Que ya no tiene ese poder aterrador que ostentaba antes de que la fe cristiana, adorándola, la dulcificara.

Quizás sea así... Y, sin embargo, la cruz sigue provocando rechazo, incomodidad, persecución, humillaciones. 

La cruz sigue siendo difícil de abrazar. Adorar a un Dios crucificado y no triunfante, humillado y no victorioso no ha perdido su aspereza. Así hay no creyentes que se burlan, ningunean o incluso eliminan la cruz. También, lamentablemente, puede ser ocultada, camuflada o maquillada por aquellos con una fe débil.

Y Cristo, desde la cruz, nos pide que seamos fuertes y que miremos la cruz como lo que es y así la adoremos. Que en su humillación está su victoria, en su dolor, su triunfo, en su pena y su gloria. 

«Quien quisiere venir conmigo, ha de trabajar conmigo, porque siguiéndome en la pena, también me siga en la gloria». 

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

No hay comentarios: