domingo, 31 de mayo de 2015

No dejes escapar la oportunidad


Si lo deseo…pero no es el momento…
Me llama…aunque no me siento preparado…
Si yo quiero seguirte…pero es que…
El tiempo pasa, se te escapan oportunidades, hay opciones que no te van a estar esperando toda la vida. Hablamos de decisiones importantes y también de lo pequeño y cotidiano; cuando se trata de dar pasos puedo sentir miedo hacia lo nuevo y desconocido; y es que el sueño de Dios para mi vida no es una llamada a lo estático e inamovible.
Y podemos poner barreras a lo que Dios propone, acallar los gritos que nos salen desde dentro y vivir sin poner los medios para construir una vida con sentido. ¿Es así cómo quieres crecer y caminar?
Si lo deseo…ayúdame a dar pasos…
Si me llamas…dame gracia porque sólo no puedo…
Si quieres que te siga…aquí estoy Señor…

Espiritualidad ignaciana

Ciao.

sábado, 30 de mayo de 2015

¿Cómo usamos los talentos que nos han dado? (2/2)



Jesús, en la parábola de los talentos, habla de algo mucho más profundo que no llegamos a comprender fácilmente. Jesús no habla de números, los usa para sorprendernos, para sacarnos de nuestra mezquina mentalidad, para ensanchar nuestro corazón y nuestra vida. Porque habla de confianza; de nuestra confianza en Él.
Dios nos deja encargados de sus bienes y confía en nosotros. Nos entrega todo lo suyo, todo lo que Él es, sin reservarse nada, y confía en nosotros.
Además, diríamos, no sabe de números: No cuenta lo que da, ni lo que recibe.
Él se nos ha dado por completo y espera que cada uno de nosotros, con nuestras posibilidades, nos demos a Él también por completo. El Señor mira nuestra actitud, no nuestros logros. Lo que le importa es que tengamos una actitud de entrega y trabajo, de generosidad y apertura, de riesgo y audacia para llegar a los demás y tenderles nuestra mano misericordiosa.
Es este acto de amor, de buscar a los demás para servirles, lo vale una vida entera. Donde una vida entera de pecado se olvida por un segundo de perdón. Porque el amor de Dios es un amor sin medida, y sin medida quiere que lo demos.
Por eso, nos sorprende y nos rompe los esquemas, que Dios haga exactamente lo mismo con el que tenía cinco denarios y le devolvió diez, que con el que tenía dos y le devolvió cuatro. Dios no premia por nuestros merecimientos, sino por nuestro amor. Dios da por amor y pide por amor, por eso solo mira nuestro corazón; para conocer qué nos mueve a actuar en nuestra vida.
Dios, que lo llena todo, que siempre se desborda en sus dones, que nos llena con su alegría, que nos mira con infinito amor, nos da aquellos talentos que son los mejores para avanzar en nuestro camino; Él los eligió al crearnos.
Es por ello que, cuando arriesgamos lo nuestro y lo compartimos, nos regalamos a nosotros mismos.
Porque, aunque parece contradictorio, cuando nos despojamos de lo nuestro nos multiplicamos; multiplicamos los talentos que Dios nos dio. Por el contrario, si escondemos y guardamos nuestros dones, si no damos lo que tenemos, nos cerramos en nuestro egoísmo y nuestro miedo: no confiamos en el Señor; estamos muertos a la esperanza, vivimos sin fe.
Quizás, el que recibió un solo talento y lo guardó, temeroso de perderlo y envidiando los talentos de los demás, deseándolos, vivió sin saber que el suyo merecía la pena que, quizás, el suyo era más valioso que los otros; pero su envidia y su miedo le impidieron hacer uso de él.
Dios nos da mucho, pero necesita nuestra colaboración. Jesús, en esta parábola, habla de la confianza de Dios, que nos da sus bienes para utilizarlos en esta tierra, en esta vida. Habla de los dones que ha puesto en nosotros al crearnos, de nuestras cualidades y capacidades como personas. De cómo necesita que dediquemos nuestra vida para reconocerlos y entregarlos, gastándolos en los otros sin envidia, por amor, con misericordia.
Dios nos pide que seamos fieles. No nos que tengamos éxito, ni que seamos fecundos. Él se encargará de hacer germinar la semilla que sembremos. Nosotros, simplemente, hemos de ponernos a trabajar con los talentos que tenemos. Y, si creemos que no tenemos talentos apreciables, pongámonos en marcha; y descubriremos que somos mucho más valiosos que por lo que nos teníamos. Porque los dones de Dios, los talentos, solo se manifiestan en la acción, tanto en el fracaso como en el éxito, se fortalecen con el uso y se desarrollan antes las dificultades.
Especialmente si los engrasamos con un producto único: Con amor.

(AB. Meditaciones)

Ciao.

viernes, 29 de mayo de 2015

¿Cómo usamos los talentos que nos han dado? (1/2)


La fuerza de nuestra debilidad

Entreguémonos totalmente desde nuestra imperfección...
Riesgo en esta vida que Dios nos regala es muy importante hacer buen uso de nuestros talentos. Recibimos muchos dones, muchas capacidades y muchos carismas. Pero muchas veces no los explotamos, no los utilizamos para amar más y mejor; para ser más santos, para ser más de Dios. Muchas veces los usamos egoístamente para nuestro bien, sin entregarlos a los demás.
La gran tentación es no invertir en nada por el temor al fracaso. Y, para evitar el fracaso, no arriesgamos. Sin embargo, el que se despoja es el que multiplica sus talentos. El que arriesga lo suyo, comparte lo suyo y regala lo que es, es el que recibe en abundancia.
Muchas personas perfeccionistas terminan por postergar sus acciones, como medida de autoprotección; así, si no hago, no me equivoco. Sin embargo, lo importante es estar en movimiento, intentar lo que nos proponemos aunque fallemos; y aprendiendo de nuestros errores, volverlo a intentar. Lo importante es no dejar de intentarlo por temor a no estar a la altura. Dejamos de estar a la altura cuando lo dejamos de intentar.
La tendencia al perfeccionismo nos lleva a querer hacer todas las cosas de forma perfecta y si no es así, no las hacemos; nos quedamos en la inacción. Nos asusta el fracaso.
El miedo al fracaso es muy común, mucho más común de lo que quisiéramos. Nos lleva a no arriesgarnos, para no cometer errores. Así acabamos enterrando nuestro talento bajo la tierra; pensamos que, al no usarlo, no se pierde. Lo guardamos celosos para que no se pierda y devolvérselo íntegro a Dios. Pero es como el agua estancada, que no sirve para nada. Actuando de esta manera los dones que Dios nos regala se quedan inertes; como la luz escondida debajo del celemín, que no ilumina ningún camino.
¿Cómo invertimos los talentos que Dios nos ha dado, qué dones tengo que aún no he puesto al servicio de la vida? Muchos, la vida nos los va mostrando nuestros talentos y nuestras capacidades a medida que caminamos. Somos importantes para Dios; Él tiene una misión para nosotros. Tenemos que poner nuestros talentos en acción, aunque, a veces, no nos lleven por el camino que nos gustaría seguir, sino por otros que tenemos que seguir.
Parece evidente que donde está nuestra fuerza está nuestro camino. Si tenemos un don para curar, seguramente nuestra misión tendrá que ver con los enfermos. Si tenemos un don para educar, es muy probable el cumplimiento de nuestra misión tenga que ver con la educación. Pero hay ocasiones en las que nuestra debilidad, nuestras heridas, son las que marcan el camino a seguir. Que el camino pasa, precisamente, por esos momentos de nuestra historia difíciles de asumir y aceptar.
Nuestras heridas se convierten en las huellas que tenemos que seguir para realizar nuestra misión. Así son los renglones torcidos de Dios; el camino al que nos llama. Así es la vida muchas veces. Dios nos educa desde nuestra indigencia. Nos pide lo que no tenemos y hace de nuestra limitación un camino de salvación. Nuestras debilidades, que tantas veces rechazamos, son el camino de nuestra salvación. En la debilidad, que es lo contrario a un talento, que es una carencia, que es ausencia de un bien, se encuentra nuestra plenitud.
Es el camino que Dios nos muestra para que nuestra vida sea fecunda.
Debemos, pues, arriesgarnos y entregarnos hacia aquello que pretendemos obtener o conseguir; ya sea estudiar, solicitar un trabajo o arriesgarnos en el amor. Debemos luchar por lo que deseamos, aun a riesgo de fracasar. Porque Dios, en nuestra debilidad, nos soporta, nos ayuda y nos lleva a la plenitud.

(AB. Meditaciones)

Ciao.

jueves, 28 de mayo de 2015

Superficialidad, narcisismo y dependencia: Riesgos de las redes sociales



Cada vez nos cuesta más improvisar conversaciones cara a cara. Estamos más centrados en nosotros mismos (nuestro estatus, nuestros tuits...) y menos en los demás.
Además, nos comparamos con otros, envidiamos la vida que muestran en sus fotos, y proyectamos una imagen idílica y ficticia sobre quiénes somos.
Si no las sabemos manejar, las redes sociales nos pueden llevar a la dependencia, superficialidad y narcisismo.

Dependencia 

Es un hecho: Nos cuesta concentrarnos en una sola tarea durante mucho tiempo seguido sin mirar nuestros móviles para comprobar si hemos recibido algún whatsapp.
No podemos hacer turismo sin la necesidad de sacar la cámara para compartir en las redes sociales la belleza del lugar en el que nos encontramos o lo mucho que estamos disfrutando de una celebración familiar...

Con la promesa de hacernos la vida más fácil, las redes sociales se han vuelto intermediarias de nuestras relaciones y han invadido de lleno nuestras vidas.

A golpe de tecla, podemos concertar una cita con un amigo o interesarnos por la operación de un familiar que vive al otro lado del mundo. Aparentemente, estamos más relacionados que nunca antes en la historia.

Sin embargo, la doctora en Sociología y Psicología de la Universidad de Harvard, Sherry Turkle, afirma que “lo que la tecnología hace fácil no siempre es lo que alimenta nuestra alma”. 
Y es que, tras quince años estudiando las nuevas tecnologías y entrevistando a miles de personas sobre sus vidas “conectadas”, la doctora Turkle ha llegado a la conclusión de que “esos pequeños aparatos que llevamos en nuestros bolsillos son tan poderosos que no solo transforman lo que hacemos, sino también quiénes somos”.

Tal como explica Sylvia Hart Frejd, experta en coaching y coautora del libro The digital invasión. How technology is shaping you and your relationships (que, en español, podría traducirse como La invasión digital. Cómo la tecnología te moldea a ti y a tus relaciones, Baker Publishing Group, 2013), la tecnología digital está reconectando nuestros cerebros para la distracción y la adicción.

Un escáner del cerebro de una persona que abusa del mundo digital arroja una lectura similar al de un adicto a la cocaína: “De hecho, estas tecnologías actúan como la cocaína electrónica en nuestro cerebro: Cada vez que recibimos un mensaje de texto o un tuit, o publicamos algo en nuestro perfil, nuestro cerebro descarga dopamina, la hormona que hace que nos sintamos bien. 
Al ser adictiva, cada vez experimentamos más necesidad de esa sensación, tal como les ocurre a quienes padecen alguna adicción”.

Así, casi sin darnos cuenta, las redes sociales nos empujan a desarrollar comportamientos adictivos que, hasta hace pocos años, nos habrían parecido de pésima educación, como wasapearnos con amigos en medio de una comida familiar o en clase, durante la explicación del profesor.

Turkle explica que, de esta forma, hemos desarrollado una nueva forma de estar “juntos, pero solos”, lo que provoca que nuestras relaciones se vuelvan cada vez más superficiales e impersonales, hasta el punto de que podemos estar conectados con muchas personas a la vez, pero sin establecer una verdadera comunicación con ninguna de ellas.

Cuando no existían los mensajes instantáneos, e incluso antes de la llegada de los móviles, quedábamos personalmente con un ser querido para saber cómo estaba.
Hoy en día, evitamos al máximo el trato personal, lo que nos lleva a perder mucho más de lo que nos imaginamos: “Cuando tenemos una conversación cara a cara, podemos mirar a los ojos del otro para saber lo que está sintiendo; podemos leer su lenguaje corporal, apretar su mano o darle un abrazo. Esto es para lo que hemos sido creados”, explica Hart Frejd.

Sin embargo, con los mensajes instantáneos toda esta información que nos ofrece el lenguaje corporal queda suprimida. “Mucha gente me cuenta que prefiere enviarse mensajes de texto a tener una conversación. Dicen que las conversaciones en persona les asustan porque son desordenadas, impredecibles y exigen mayor cantidad tiempo. Por el contrario, cuando envían mensajes de texto, pueden controlar lo que dicen, editarlo o incluso borrarlo hasta que sea lo correcto”, opina Hart Frejd.

Más narcisistas

“Necesitamos darnos cuenta de que, sin conversación, no entablaremos relaciones verdaderas”, explica la doctora Hart Frejd.
¿Qué implica mantener una relación con alguien? Dar de nosotros mismos a los demás; gastar nuestro tiempo y paciencia en escucharles, en implicarnos psicológica y emocionalmente en la conversación. Algo que no hacemos al comunicarnos digitalmente.

Más bien al contrario: El uso de las redes sociales provoca que estemos menos preocupados por los demás y mucho más por nosotros mismos, ya que hacen que nos veamos como el centro del universo.

“Las redes sociales hacen de nosotros meros actores y de nuestros amigos, espectadores, lo que alimenta el narcisismo, es decir, un mundo en el que todo se vuelve alrededor de mí: Mi estatus, mis tuits, mis fotos…”, afirma la experta en coaching.
En pocas palabras: “Nos hemos vuelto un 40% menos empáticos ante las necesidades de los demás y un 30% más narcisistas”.

Raúl Parker, cocinero de 35 años, decidió cerrar su cuenta de Facebook hace un año. Cuenta cómo el no estar continuamente viendo la vida de los demás, le ha traído mucha paz. Y es que, como opina Hart Frejd, las redes sociales fomentan la envidia y la insatisfacción continua ante la vida, ya que nos empujan a compararnos con los demás.

Es el caso de Facebook o Instagram, donde los jóvenes compiten por ser los más populares colgando fotos en las que pretenden demostrar que visten a la moda o tienen una vida social muy activa. Es un mundo del “yo artificial” con mi estatus, mi número de ‘me gusta’, mis fotos…

Superficialidad: Todos tan sonrientes

Una de las consecuencias más graves de “vivir en las redes sociales” es que muestran una realidad que no existe, porque en ellas damos una imagen falsa de nosotros mismos, aquella que nos interesa ofrecer en cada momento. ¿Realmente vivimos o hacemos que vivimos?

La anécdota de Sara García, joven madrileña de 27 años, parece responder a la pregunta. Celebró una despedida de soltera en Madrid con sus amigas, quienes acudieron a la capital desde un pueblo de la provincia de Cáceres, expresamente para la ocasión.
Sara cuenta cómo sus amigas no pararon de quejarse durante todo el día: De las enormes distancias que tenían que recorrer andando por la gran ciudad, del lugar elegido para la cena, y que apenas disfrutaron de los lugares emblemáticos por los que pasaron. Sin embargo, al día siguiente, colgaron las fotos en sus perfiles de Facebook en las que posaban sonrientes por las calles de Madrid, como si hubieran disfrutado de una despedida de soltera perfecta, ante el desconcierto de Sara, que había estado todo el día sufriendo las quejas de sus amigas.

Al final se deduce que cuanto más conectados estamos, más solitarios nos volvemos. “Estamos juntos, pero cada uno de nosotros se encuentra inmerso en su propia burbuja, furiosamente conectados a teclados y pantallas táctiles”, opina Turkle.
Esta escena se repite cada día en cualquier hogar: Todos los miembros de la familia reunidos en el salón o en el comedor, pero cada uno de ellos pendiente de una pantalla, lo que ocasiona que apenas hablen entre ellos.

Por eso, Sylvia Hunt Frejd propone maximizar la utilidad de la tecnología digital y minimizar su capacidad para destruirnos. Para ello, aconseja utilizarla para transmitir información necesaria rápidamente, pero nunca para tratar de resolver un conflicto ni para comunicar pensamientos y emociones más profundos.

Y, aunque cada vez nos cueste más, tomarnos la molestia de quedar con nuestros amigos y conocidos si queremos saber realmente cómo se encuentran.

“Necesitamos volver a aprender, entre mensajes de texto y correos electrónicos, a escucharnos los unos a los otros, incluso los bits aburridos, porque, a menudo, es en los momentos sin editar, en esos momentos en los que dudamos, tartamudeamos o nos quedamos en silencio, cuando nos revelamos a los demás”.

Publicado originariamente en la Revista Misión

Ciao.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Momentos en la vida


Hay momentos en la vida en que echas tanto de menos a alguien, que te dan ganas de sacarlos de tus sueños y darles un abrazo de verdad.
Cuando una puerta se cierra, otra se abre, pero hay veces que nos quedamos tanto tiempo mirando a una cerrada que no nos deja ver todas las demás que si están abiertas para nosotros.
No te guies sólo por las apariencias, pueden engañarte.
No busques la riqueza, incluso eso se desvanece.
Ve a por aquella persona que te haga sonreir,
basta una sonrisa para que se haga la luz en un día oscuro.
Encuentra a esa persona que haga sonreir a tu corazón.
Sueña con lo que quieras soñar. Ve a donde quieras ir.
Sé lo que quieras ser… Sólo tienes 1 vida y 1 oportunidad,
para hacer todo aquello que tu quieras y te propongas.
Espero que tengas…
Suficiente felicidad para hacerte dulce...
Suficientes pruebas para hacerte fuerte...
Suficientes tristezas para seguir siendo humano...
Suficiente esperanza para hacerte feliz.
El más feliz no es necesariamente el que tiene “lo mejor de todo” sino el que sabe sacar lo mejor de todo lo que se le cruza en su camino.
El más brillante futuro se basará siempre en un pasado olvidado.
No podrás ir hacia delante hasta que no tires fracasos y
penas pasados hacia atrás.
Cuando naciste, tu llorabas y los demás sonreían.
Vive tu vida de tal manera que cuando se termine tú estés sonriendo.
¡No cuentes los años cuenta los recuerdos!

Irene Villa.

Ciao.

martes, 26 de mayo de 2015

Controlar los pensamientos


Nuestra mente se alimenta de los pensamientos que le damos.
Si siempre tenemos pensamientos tristes, pesimistas, llenos de dolor… Pues así actuará nuestro cerebro y condicionará nuestra vida y nuestra forma de ser.
Hay personas que tienen mucha dificultad en concentrarse en lo que desean y otras personas siempre tienen una y otra vez los mismos pensamientos, que son incapaces de quitar de su mente.
En lugar de controlar los pensamientos, son los pensamientos quienes controlan a la persona…
Cuando una persona dice “No soy capaz de olvidar lo que me han hecho…” “Lo tengo presente continuamente…” Y otras frases parecidas, supone que la persona no tiene la capacidad de mirar fríamente lo que ha ocurrido y reflexionar para encontrar una solución al problema que le hace sufrir.
Tenemos que aprender a guiar nuestro pensamiento; él va a donde nosotros le guiemos.
Tenemos que acostumbrar a nuestra mente que piense en aquello que nos interesa y que reduzca al mínimo las barreras e interferencias.
El pensamiento y su actividad están relacionados con el estado físico de la persona. A mayor bienestar y relajación, más calidad de pensamiento. A mayor cansancio, menor actividad y calidad.

¿Qué podemos hacer para guiar nuestro pensamiento?

1. No cargues inútilmente tu mente. Recuerda cosas que de verdad merezcan la pena; el resto lo puedes escribir o apuntar en una libreta.

2. Ten objetivos y metas claras y concretas.

3. Procura realizar ejercicios de concentración cuando notes que estás algo despistado.

4. Intenta siempre traer a tu mente cosas positivas.

5. Cuando estés sufriendo algo duro y difícil en tu vida, trata de concentrarte en las posibles soluciones que puede tener ese problema. No te concentres ni te estanques en el dolor que te hace sentir.

6. Habla con alguien de lo que te pasa, pero no le estés contando a todo el mundo tu problema.

7. La relajación ayuda a concentrarse y a dirigir bien los pensamientos.

8. Date tiempo. Las prisas nunca son buenas para nada que tengamos que hacer en la vida, mucho menos para aprender a controlar nuestro pensamiento.

9. Sé paciente. Muchas personas sufren porque no tienen paciencia. Quieren todo “ya”, “ahora”, “en este momento”. La impaciencia es una de las señales que denotan la inmadurez de la persona.

10. Ten los pies en el suelo. Muchas veces nos creamos castillos en el aire porque no queremos afrontar las cosas que nos suceden en la vida. La mejor manera de enfrentarse a los problemas es viéndolos de frente y luchando por controlarlos.
No dejes que los problemas te hundan la vida. Hunde con tu vida los problemas…
En la mano de cada persona está guiar su mente hacia lugares más serenos y más cómodos, para poder analizar y ver con lucidez las cosas que le ocurren.
Si te desesperas no conseguirás absolutamente nada. Imagina que tus pensamientos son como esos niños pequeños que hay que ir enseñando para que no hagan ni se hagan daño.

IRENE VILLA

Ciao.

lunes, 25 de mayo de 2015

¡Digo yo!


Ayer vivivmos y celebramos el Domingo de Pentecostés: La venida del Espíritu Santo sobre los Apótoles de Jesús y de todos nosotros. Pero... ¿No hemos preguntado alguna vez qué supone esa venida en la vida de la Iglesia y en nosotros mismos? Aquí os dejo una estupenda reflexión del Padre javier Leoz, que nos aclara lo que es y hace realmente el domingo de Pentecostés.

Que, PENTECOSTÉS, hace posible una casa en la que todos tenemos un sitio, algo que ofrecer y algo que realizar: LA IGLESIA

Que, PENTECOSTÉS, nos une y no nos separa. Que no hay que confundir Espíritu Santo con los vientos de cada uno o con aquellos que, sólo, queremos que entren por nuestra puerta o por la ventana de nuestras ideas.

Que, PENTECOSTÉS, nos lanza al futuro. Que nunca ha sido fácil ser cristianos y que, sería una torpeza, pensar que estamos en la época más difícil del cristianismo. Generaciones pretéritas las pasaron canutas.

Que, PENTECOSTÉS, nos invita a hablar sin tapujos, sin timidez. Y, precisamente por eso, nuestro mensaje o nuestra posición frente a algunos temas hará que salten chispas. El cristiano es sal y pimienta. Desde luego no es insípido.

Que, PENTECOSTÉS, reaviva y nos rearma. Nos sitúa frente a la banalidad de las cosas, al lado de la dignidad humana y nos aleja del personalismo para agarrarnos a lo divino.

Que, PENTECOSTÉS, es la asignatura pendiente del catolicismo, de la catequesis, de los curas y hasta de los obispos. Que es más fácil hablar de la cruz, que se toca en madero, que del Espíritu que nos habla pero no se palpa con la mano.

Que, PENTECOSTÉS, es una mirada a los orígenes de la Iglesia y, por lo tanto, es abrir las manos a la creatividad pero sin dejar de lado lo esencial. A veces podemos confundir el susurro del Espíritu Santo con el zumbido de una abeja. Y eso… Nos lleva a los consabidos picotazos de los unos con los otros.

Que, PENTECOSTÉS, es un subirnos de nuevo a la proa y babor de la Iglesia. ¡Sí! Subirnos para conquistar o recuperar espacios que, por torpeza, buenismo o negligencia, hemos dejado de lado: Hay que amar a Dios pero sembrándolo allá donde nos movemos.

Que, PENTECOSTÉS, nos pone las pilas en el alma y el calor en el corazón. Es compañía, fortaleza, honestidad, luz, transparencia, vitalidad, ansias de conquistas para Dios.

DIGO Y PREGUNTO YO: ¿QUÉ ES TU PENTECOSTÉS? ¿O SÓLO VIVES DE COSTADO?

Javier Leoz

Ciao.

domingo, 24 de mayo de 2015

¡Ven Espíritu Santo!



Hoy Domingo de Pentecostés os dejo la entrega al Espíritu Santo para pedir sus dones y frutos.

Espíritu Santo, Dios eterno, cuya gloria llena los cielos y la tierra, heme aquí postrado humildemente en tu presencia.
Te ofrezco y te hago entrega de mi cuerpo y de mi alma. Adoro el resplandor de tu pureza, de tu justicia inmutable y del poder de tu amor.
No permitas que te ofenda o resista a las inspiraciones de tu gracia; antes bien dirige mi entendimiento, a fin de que escuche dócilmente la voz de tus inspiraciones y las siga, hallando en tu misericordia un amparo contra mi debilidad.
Espíritu de Sabiduría, domina todos mis pensamientos, palabras y obras.
Espíritu de Entendimiento, ilumíname e instrúyeme.
Espíritu de Consejo, guíame en mi inexperiencia.
Espíritu de Ciencia, ahuyenta mi ignorancia.
Espíritu de Fortaleza, hazme perseverante en el servicio de Dios; dame fuerzas para proceder en todo con bondad y benevolencia, con mansedumbre y sinceridad, con paciencia y caridad, con alegría y longanimidad.
Espíritu de Piedad, hazme afectuoso y filial en mis relaciones con Dios.
Espíritu del Santo Temor de Dios, líbrame de todo mal.
Espíritu de Paz, dame tu paz.
Espíritu de Santidad, adorna con las celestiales virtudes de pureza y modestia el templo que has elegido por tu morada y preserva siempre mi alma, con tu gracia omnipotente, de la ruina del pecado.

Así sea.

Ciao.

sábado, 23 de mayo de 2015

Felicidad



La felicidad no depende de lo que pasa a nuestro alrededor… Sino de lo que pasa dentro de nosotros mismos...
La felicidad se mide por el espíritu con el cual nos enfrentamos a los problemas de la vida...
La felicidad… ¡Es un asunto de valentía!; es tan fácil sentirse deprimido y desesperado…
La felicidad… ¡Es un estado de ánimo!; no somos felices en tanto no decidamos serlo...
La felicidad… ¡No consiste en hacer siempre lo que queramos!; pero sí en querer todo lo que hagamos...
La felicidad nace de poner nuestro corazón en el trabajo… Y de hacerlo con alegría y entusiasmo.
La felicidad, no tiene recetas… Cada quien la cocina con la sazón de su propia meditación.
La felicidad… ¡No es una posada en el camino… Sino una forma de caminar por la vida!

Ciao.


viernes, 22 de mayo de 2015

La Madurez es...


MADUREZ es la habilidad de controlar y equilibrar pensamiento, voluntad y sentimientos.
MADUREZ es paciencia. Es el saber posponer el placer inmediato en favor de un beneficio de largo plazo.
MADUREZ es perseverancia. Es la habilidad para cumplir las metas y sacar adelante un proyecto o una situación a pesar de las dificultades.
MADUREZ es la capacidad de tomar una decisión y sostenerla. Los inmaduros pasan su vida explotando posibilidades para al fin no hacer nada.
MADUREZ es la capacidad de encarar disgustos y frustraciones, incomodidades y derrotas, sin queja ni abatimiento.
MADUREZ es humildad. Es ser suficientemente grande para decir “me equivoqué” y, cuando se esté en lo correcto, la persona madura no necesita experimentar la satisfacción de decir “te lo dije”.
MADUREZ significa confiabilidad. Mantener la palabra, superar las crisis. Los inmaduros son maestros de la excusa; son los confusos y desorganizados.
MADUREZ es el arte de vivir en paz y armonía con las personas y las cosas que nos rodean.
Sus vidas son una confusión de PROMESAS ROTAS, AMIGOS PERDIDOS, NEGOCIOS SIN 
TERMINAR Y BUENAS INTENCIONES QUE NUNCA SE CONVIERTEN EN REALIDAD.

Ciao.



jueves, 21 de mayo de 2015

Aprender



He aprendido que es muy difícil determinar donde fijar el límite entre no herir los sentimientos de los demás y defender lo que creo.
He aprendido que no puedo compararme con lo mejor que hacen los demás, sino con lo mejor que puedo hacer yo mismo.
He aprendido que no puedo hacer que alguien me ame, sólo convertirme en alguien que debe amar.
He aprendido que se pueden requerir años para construir la confianza y únicamente segundos para destruirla. Por eso debo cuidarla.
Y si Dios quiere... Seguiré aprendiendo…

Ciao.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Me preguntan si creo en Ti


José Luis Martín Descalzo, español, fue sacerdote, periodista y poeta. Murió a los 61 años de edad, en el año 1991, tras estar cerca de diez años sometido a diálisis, que, al final de su vida, le llevó a estar casi constantemente unido a la máquina. 
En vísperas de su muerte escribió una poesía, es la que está a continuación.

En medio de la sombra y de la herida
me preguntan si creo en Ti. Y digo
que tengo todo cuando estoy contigo:
El sol, la luz, la paz, el bien, la vida.
Sin Ti, el sol es luz descolorida.
Sin Ti, la paz es cruel castigo.
Sin Ti, no hay bien, ni corazón amigo.
Sin Ti, la vida es muerte repetida.
Contigo el sol es luz enamorada
y contigo la paz es paz florecida.
Contigo el bien es casa reposada
y contigo la vida es sangre ardida.
Pues, si me faltas Tú, no tengo nada:
ni sol, ni luz, ni paz, ni bien, ni vida.

Ciao.

martes, 19 de mayo de 2015

El Libro de tu Vida



Tu vida es como un libro. El título que lleva es tu nombre. El prefacio es tu introducción al mundo. Las páginas son las crónicas diarias de tus esfuerzos.
El asunto principal de tu libro puede ser la profesión, el negocio, el Amor, la ciencia, la literatura o la religión.
Día a día tus pensamientos y actos se inscriben en él, como evidencia de tu éxito o de tu fracaso.
Lo que anotes en cada una de las páginas, es de vital importancia, queda escrito allí por siempre.
Un día habrá de escribirse en él la palabra fin.
Haz que entonces pueda decirse que tu libro es un modelo de nobles propósitos y servicio generoso al mundo. Sé valiente, esfuérzate, da lo mejor de tú mismo y aparecerá escrito en lo mejor de tu vida.

Ciao.

lunes, 18 de mayo de 2015

Nueve consejos para echar a perder a un niño



La licenciada Mónica Coronado, autora del libro "Padres en Fuga. Escuelas Huérfanas", repasa, con ironía, las diversas maneras en que los adultos convierten a un niño que podría ser "sano" y "feliz" y en un chico terrible, incapaz de convivir en un entorno reglado.

 1. El niño REY, tirano, dictador
Cuando nazca deja de lado todo: Pareja, salud, otros familiares, hobbies o actividades deportivas. Dedícate al niño en forma exclusiva y excluyente.
Tu pareja puede esperar, lo mismo tu salud, tu vida personal... ¿Qué es eso? Eso que hacías y te hacía feliz, como hacer ejercicio, leer, tener un hobby, charlar con amigos, etc. Tu objetivo de vida debe ser estar pendiente del niño. Haz de tu maternidad/paternidad una cruzada.

2. "Lo que quieras con tal que dejes de chillar"
Los niños, todos, tienen berrinches. Si quieres echarlo a perder no dejes que el berrinche llegue. Apenas frunza el ceño trata de concederle todo lo que desea, aunque sea inadecuado. Apenas ensaye unos pucheros porque no le compras ese juguete, corre a conseguirlo, no vaya a ser que el niño sufra por no tener lo que el 0,02% de los niños tienen.

3. No...pero
Si consideras que lo que el niño quiere es descabellado (como, por ejemplo, jugar con el florero de cristal de tu tía Clarita), intenta parecer una buena madre o un buen padre y dile un NO adornado de excusas, explicaciones e intentos de razonamiento.
Indudablemente el niño hará un berrinche de proporciones descomunales, con cortes de respiración y sofocos fríamente calculados como para causarte la suficiente ansiedad, inquietud o culpa como para que, finalmente cedas real o vicariamente a sus deseos.

4. No quiero traumatizarte
Los límites verbales, penitencias, retos o cualquier medida de sanción no le van a funcionar cuando quieras echarlo a perder, todo lo contrario.  Insisto en que el niño debe desarollarse según su "naturaleza", sin que le pongas restricciones de ningún tipo.
Si quiere dormirse a las 12 y media de la noche, dibujar las paredes recién pintadas, comer en el piso, hacer pis en una maceta, acariciar abofeteando a padre y abuelos, atropellar a otros niños para obtener un juguete, tienes que dejarlo que actúe a sus anchas, o ¿No son así todos los niños/as? No permitas que ninguna frustración, por pequeña que sea, nuble su esplendorosa infancia.

5. El niño florero
En cualquier reunión social, tu niño debe ocupar un lugar preeminente. Las conversaciones, por más elevadas que sean, deben interrumpirse para escuchar primero sus balbuceos, luego sus gritos, canciones o lo que el niño haga, incluyendo, por supuesto, sonidos indecorosos.

6. Pero... ¡Si es superdotado!
Ya seguramente te habrás dado cuenta de que tu niño es especial; todas sus acciones manifiestan una inteligencia muy por sobre lo normal, a su lado cualquier niño de la misma edad parece una lechuga mustia. Debe haber algo de cierto en eso de "de tal palo tal astilla", el niño seguramente es una copia mejorada de ti.
Por eso, aun cuando el resto de la gente lo considere perfectamente común, tu sabrás que es extraordinario y que no tienes que dejar de lado cualquier oportunidad de mostrarlo al mundo.

7. ¡Qué va a saber tu maestra/o!
Si quieres continuar tu tarea de echar a perder al niño, cuando ingrese a la escuela no pierdas la oportunidad de hablar mal de su maestra/o, de contradecirla/o en sus pautas o de discutir con ella/él frente al niño. Si quieres echar a perder a tu niño debes descalificar la acción educativa de cualquier agente externo a su propia persona y, sobre todo, interferir en cualquier puesta de límites.

8. Y todo a medio hacer...
Para echarlo a perder debes permitir que deje todo a medio camino. Si se sienta a comer puede levantarse cuantas veces quiera, no le exijas guardar los juguetes luego de jugar, ni los útiles dentro de la mochila, ni promuevas la formación de ningún hábito que coarte la libre expresión de su personalidad. Que se lave los dientes o tire la cadena si quiere, pues tu no te vas a fijar en esas nimiedades.

9. El cliente, perdón...
El niño, tiene siempre la razón: Ya te debes haber dado cuenta de que la gente no advierte lo especial, inteligente y destacado que es tu niño. Si lo quieres echar a perder y la gente que lo rodea no colabora en tu tarea, puedes pensar que todos se la agarran con él o lo rechazan porque es superior en belleza, inteligencia, talento y demás a los otros niños. Debes apañarlo, cubrirlo o justificarlo en cualquier acción, por deleznable que sea, también excusarlo permanentemente o defenderlo a muerte. Siempre le echan la culpa a él, pero ¡Si no ha hecho nada!

Empiezan entronizados, idolatrados, adorados, como pequeños tiranos, dorados reyes o emperadores, pronto se convierten en temibles dictadores, y muchos de ellos llegan a ser esos adolescentes sin rumbo. 
El exceso de atención, la sobreprotección, obstaculiza los procesos de desarrollo y el logro progresivo de autonomía, que es un proceso que tiene muchas pequeñas frustraciones (cosas que no puede hacer, que no puede tener), que además de ser parte de la vida, le permiten aprender a soportarlas (tolerarlas), avanzando en su madurez y preparándose para la vida.
Los niños necesitan muy poco para vivir: Alimento, cuidados, amor, respeto, abrigo, oportunidades para aprender, límites, compañía, diversión, etc. Muchas de esas cosas no tienen precio.

Ciao.

domingo, 17 de mayo de 2015

XLIX Jornada mundial de las comunicaciones sociales



MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA XLIX JORNADA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES

Comunicar la familia: Ambiente privilegiado del encuentro en la gratuidad del amor.

El tema de la familia está en el centro de una profunda reflexión eclesial y de un proceso sinodal que prevé dos sínodos, uno extraordinario –apenas celebrado– y otro ordinario, convocado para el próximo mes de octubre. En este contexto, he considerado oportuno que el tema de la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales tuviera como punto de referencia la familia. En efecto, la familia es el primer lugar donde aprendemos a comunicar. Volver a este momento originario nos puede ayudar, tanto a comunicar de modo más auténtico y humano, como a observar la familia desde un nuevo punto de vista.

Podemos dejarnos inspirar por el episodio evangélico de la visita de María a Isabel (cf. Lc 1,39-56). «En cuanto Isabel oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó a voz en grito: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!”» (vv. 41-42).

Este episodio nos muestra ante todo la comunicación como un diálogo que se entrelaza con el lenguaje del cuerpo. En efecto, la primera respuesta al saludo de María la da el niño saltando gozosamente en el vientre de Isabel. Exultar por la alegría del encuentro es, en cierto sentido, el arquetipo y el símbolo de cualquier otra comunicación que aprendemos incluso antes de venir al mundo. El seno materno que nos acoge es la primera «escuela» de comunicación, hecha de escucha y de contacto corpóreo, donde comenzamos a familiarizarnos con el mundo externo en un ambiente protegido y con el sonido tranquilizador del palpitar del corazón de la mamá. Este encuentro entre dos seres a la vez tan íntimos, aunque todavía tan extraños uno de otro, es un encuentro lleno de promesas, es nuestra primera experiencia de comunicación. Y es una experiencia que nos acomuna a todos, porque todos nosotros hemos nacido de una madre.

Después de llegar al mundo, permanecemos en un «seno», que es la familia. Un seno hecho de personas diversas en relación; la familia es el «lugar donde se aprende a convivir en la diferencia» (Exort. ap. Evangelii gaudium, 66): diferencias de géneros y de generaciones, que comunican antes que nada porque se acogen mutuamente, porque entre ellos existe un vínculo. Y cuanto más amplio es el abanico de estas relaciones y más diversas son las edades, más rico es nuestro ambiente de vida. Es el vínculo el que fundamenta la palabra, que a su vez fortalece el vínculo. Nosotros no inventamos las palabras: las podemos usar porque las hemos recibido. En la familia se aprende a hablar la lengua materna, es decir, la lengua de nuestros antepasados (cf. 2 M 7,25.27). En la familia se percibe que otros nos han precedido, y nos han puesto en condiciones de existir y de poder, también nosotros, generar vida y hacer algo bueno y hermoso. Podemos dar porque hemos recibido, y este círculo virtuoso está en el corazón de la capacidad de la familia de comunicarse y de comunicar; y, más en general, es el paradigma de toda comunicación.

La experiencia del vínculo que nos «precede» hace que la familia sea también el contexto en el que se transmite esa forma fundamental de comunicación que es la oración. Cuando la mamá y el papá acuestan para dormir a sus niños recién nacidos, a menudo los confían a Dios para que vele por ellos; y cuando los niños son un poco más mayores, recitan junto a ellos oraciones simples, recordando con afecto a otras personas: a los abuelos y otros familiares, a los enfermos y los que sufren, a todos aquellos que más necesitan de la ayuda de Dios. Así, la mayor parte de nosotros ha aprendido en la familia la dimensión religiosa de la comunicación, que en el cristianismo está impregnada de amor, el amor de Dios que se nos da y que nosotros ofrecemos a los demás.

Lo que nos hace entender en la familia lo que es verdaderamente la comunicación como descubrimiento y construcción de proximidad es la capacidad de abrazarse, sostenerse, acompañarse, descifrar las miradas y los silencios, reír y llorar juntos, entre personas que no se han elegido y que, sin embargo, son tan importantes las unas para las otras. Reducir las distancias, saliendo los unos al encuentro de los otros y acogiéndose, es motivo de gratitud y alegría: del saludo de María y del salto del niño brota la bendición de Isabel, a la que sigue el bellísimo canto del Magnificat, en el que María alaba el plan de amor de Dios sobre ella y su pueblo. De un «sí» pronunciado con fe, surgen consecuencias que van mucho más allá de nosotros mismos y se expanden por el mundo. «Visitar» comporta abrir las puertas, no encerrarse en uno mismo, salir, ir hacia el otro. También la familia está viva si respira abriéndose más allá de sí misma, y las familias que hacen esto pueden comunicar su mensaje de vida y de comunión, pueden dar consuelo y esperanza a las familias más heridas, y hacer crecer la Iglesia misma, que es familia de familias.

La familia es, más que ningún otro, el lugar en el que, viviendo juntos la cotidianidad, se experimentan los límites propios y ajenos, los pequeños y grandes problemas de la convivencia, del ponerse de acuerdo. No existe la familia perfecta, pero no hay que tener miedo a la imperfección, a la fragilidad, ni siquiera a los conflictos; hay que aprender a afrontarlos de manera constructiva. Por eso, la familia en la que, con los propios límites y pecados, todos se quieren, se convierte en una escuela de perdón. El perdón es una dinámica de comunicación: una comunicación que se desgasta, se rompe y que, mediante el arrepentimiento expresado y acogido, se puede reanudar y acrecentar. Un niño que aprende en la familia a escuchar a los demás, a hablar de modo respetuoso, expresando su propio punto de vista sin negar el de los demás, será un constructor de diálogo y reconciliación en la sociedad.

A propósito de límites y comunicación, tienen mucho que enseñarnos las familias con hijos afectados por una o más discapacidades. El déficit en el movimiento, los sentidos o el intelecto supone siempre una tentación de encerrarse; pero puede convertirse, gracias al amor de los padres, de los hermanos y de otras personas amigas, en un estímulo para abrirse, compartir, comunicar de modo inclusivo; y puede ayudar a la escuela, la parroquia, las asociaciones, a que sean más acogedoras con todos, a que no excluyan a nadie.

Además, en un mundo donde tan a menudo se maldice, se habla mal, se siembra cizaña, se contamina nuestro ambiente humano con las habladurías, la familia puede ser una escuela de comunicación como bendición. Y esto también allí donde parece que prevalece inevitablemente el odio y la violencia, cuando las familias están separadas entre ellas por muros de piedra o por los muros no menos impenetrables del prejuicio y del resentimiento, cuando parece que hay buenas razones para decir «ahora basta»; el único modo para romper la espiral del mal, para testimoniar que el bien es siempre posible, para educar a los hijos en la fraternidad, es en realidad bendecir en lugar de maldecir, visitar en vez de rechazar, acoger en lugar de combatir.

Hoy, los medios de comunicación más modernos, que son irrenunciables sobre todo para los más jóvenes, pueden tanto obstaculizar como ayudar a la comunicación en la familia y entre familias. La pueden obstaculizar si se convierten en un modo de sustraerse a la escucha, de aislarse de la presencia de los otros, de saturar cualquier momento de silencio y de espera, olvidando que «el silencio es parte integrante de la comunicación y sin él no existen palabras con densidad de contenido» (Benedicto XVI, Mensaje para la XLVI Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 24 enero 2012). La pueden favorecer si ayudan a contar y compartir, a permanecer en contacto con quienes están lejos, a agradecer y a pedir perdón, a hacer posible una y otra vez el encuentro. Redescubriendo cotidianamente este centro vital que es el encuentro, este «inicio vivo», sabremos orientar nuestra relación con las tecnologías, en lugar de ser guiados por ellas. También en este campo, los padres son los primeros educadores. Pero no hay que dejarlos solos; la comunidad cristiana está llamada a ayudarles para vivir en el mundo de la comunicación según los criterios de la dignidad de la persona humana y del bien común.

El desafío que hoy se nos propone es, por tanto, volver a aprender a narrar, no simplemente a producir y consumir información. Esta es la dirección hacia la que nos empujan los potentes y valiosos medios de la comunicación contemporánea. La información es importante pero no basta, porque a menudo simplifica, contrapone las diferencias y las visiones distintas, invitando a ponerse de una u otra parte, en lugar de favorecer una visión de conjunto.

La familia, en conclusión, no es un campo en el que se comunican opiniones, o un terreno en el que se combaten batallas ideológicas, sino un ambiente en el que se aprende a comunicar en la proximidad y un sujeto que comunica, una «comunidad comunicante». Una comunidad que sabe acompañar, festejar y fructificar. En este sentido, es posible restablecer una mirada capaz de reconocer que la familia sigue siendo un gran recurso, y no sólo un problema o una institución en crisis. Los medios de comunicación tienden en ocasiones a presentar la familia como si fuera un modelo abstracto que hay que defender o atacar, en lugar de una realidad concreta que se ha de vivir; o como si fuera una ideología de uno contra la de algún otro, en lugar del espacio donde todos aprendemos lo que significa comunicar en el amor recibido y entregado. Narrar significa más bien comprender que nuestras vidas están entrelazadas en una trama unitaria, que las voces son múltiples y que cada una es insustituible.

La familia más hermosa, protagonista y no problema, es la que sabe comunicar, partiendo del testimonio, la belleza y la riqueza de la relación entre hombre y mujer, y entre padres e hijos. No luchamos para defender el pasado, sino que trabajamos con paciencia y confianza, en todos los ambientes en que vivimos cotidianamente, para construir el futuro.

Francisco

Ciao.

sábado, 16 de mayo de 2015

El niño que pudo hacerlo...


Dos niños llevaban toda la mañana patinando sobre un lago helado cuando, de pronto, el hielo se rompió y uno de ellos cayó al agua. La corriente interna lo desplazó unos metros por debajo de la parte helada, por lo que para salvarlo la única opción que había era romper la capa que lo cubría.

Su amigo comenzó a gritar pidiendo ayuda, pero al ver que nadie acudía buscó rápidamente una piedra y comenzó a golpear el hielo con todas sus fuerzas.
Golpeó, golpeó y golpeó hasta que consiguió abrir una grieta por la que metió el brazo para agarrar a su compañero y salvarlo.

A los pocos minutos, avisados por los vecinos que habían oído los gritos de socorro, llegaron los bomberos.

Cuando les contaron lo ocurrido, no paraban de preguntarse cómo aquel niño tan pequeño había sido capaz de romper una capa de hielo tan gruesa.
-Es imposible que con esas manos lo haya logrado, es imposible, no tiene la fuerza suficiente ¿Cómo ha podido conseguirlo? -comentaban entre ellos.

Un anciano que estaba por los alrededores, al escuchar la conversación, se acercó a los bomberos.
-Yo sí sé cómo lo hizo -dijo.
-¿Cómo? -respondieron sorprendidos.
-No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo.

Ciao.

viernes, 15 de mayo de 2015

Magos del Alma



Cuando aceptas que eres diferente, empiezas a sentirte integrado.

Porque desde ese instante, lo que te separa de los otros,
ya no es una muro inmenso por franquear, sino un espacio apasionante por descubrir.

Y puedes, reconociendo lo que no eres, aprender a saborear todo lo que eres.

Y a la vez darte cuenta de que aquéllos que llamas "los otros”, en realidad también son, todos y cada uno de ellos,
genuinamente diferentes y únicos.

No es una batalla entre ellos y tú, sino una danza de múltiples solistas, con una misma coreografía simultánea y múltiple.

Tu luz, faro genuino e irrepetible, colabora en la travesía de otros marineros, pero también precisa de otros pedazos de cielo.

Luis Bueno - Coaching Generativo

Ciao.

jueves, 14 de mayo de 2015

¿Qué diferencia hay entre santiguarse, signarse y persignarse?



¿Qué significa la signación antes de la proclamación del Evangelio?

“Pues Dios tuvo a bien hace residir en él (en Cristo) toda la plenitud, y reconciliar por él y para él todas las cosas, las de la tierra y las de los cielos haciendo la paz mediante la sangre de su cruz” (Col 1, 19-20).

La insignia del cristiano es la cruz ya que Jesucristo crucificado en ella nos redimió y pagó por nuestros pecados. Llevar la cruz y llevar una cruz en el pecho con dignidad debe ser lo más natural del cristiano.

Hacer la señal de la cruz es un acto de la virtud de religión, que debemos hacer con toda devoción y decoro y no de cualquier manera. De la manera como hagamos nuestra señal de la fe decimos qué tan grande es nuestra fe y qué tanto hemos entendido del misterio de la cruz.

Muchas veces parece que algunas personas hacen una mueca en lugar de evocar el signo sagrado de nuestra salvación; es como si se avergonzaran de que los vieran y trataran de disimular.

La señal de la cruz se hace de dos maneras: Santiguándonos y signándonos.

¿Qué es santiguarse? 

Es una oración haciendo la señal de la cruz en la frente, en el pecho, en el hombro izquierdo y luego en el hombro derecho. Diciendo: En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo. Y luego Amén.

Cuando se hace la señal de la cruz después de tocar el agua bendita se puede decir primero, al sumergir los dedos en ella: "Que esta agua bendita nos sea salvación y vida".

Hay quienes acostumbran al final besar el dedo pulgar extendido sobre el índice formando una cruz, como reverencia y devoción al signo de nuestra redención. Sin embargo, por piadosa que sea, esta práctica no forma parte del acto de santiguarse.

¿Qué es signarnos?

Es una oración haciendo una pequeña cruz con el dedo pulgar en la frente, luego otra en la boca y luego otra en el pecho. Diciendo: Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro.

Cuando nos signamos y luego inmediatamente nos santiguamos, entonces nos estamos persignando.

Hay oraciones y momentos en que nos santiguamos (por ejemplo al inicio de la misa, al iniciar el día, al pasar al frente de una iglesia, etc..); hay oraciones y momentos en que nos signamos (antes de proclamar el evangelio); y hay oraciones y momentos para persignarnos (por ejemplo al inicio del Santo rosario, el viacrucis, las novenas, etc..).

Uno de los momentos en que nos signamos, como se decía antes, es antes de la proclamación del evangelio en la misa.

El sacerdote con las manos juntas dice: El Señor esté con vosotros o con ustedes; y el pueblo responde: Y con tu espíritu; y en seguida dice: Lectura del Santo Evangelio según San…., signando con el pulgar el libro y a sí mismo en la frente, en la boca y en el pecho, lo cual hacen también todos los demás.

El pueblo aclama diciendo: Gloria a Ti, Señor. En seguida proclama el Evangelio y al final dice la aclamación Palabra del Señor, y todos responden: Gloria a Ti, Señor Jesús.

¿Qué significa signarse?

Signarnos la frente es pedirle a Dios que bendiga nuestra mente y nos libre de pensamientos y deseos indebidos, signarnos la boca es pedirle a Dios que bendiga nuestros labios y nos ayude a evitar palabras ociosas y signarnos en el pecho es para pedirle a Dios que bendiga nuestro corazón y evitar las malas acciones.

Cuando nos signamos antes del evangelio es para predisponer nuestra mente a la escucha atenta del mismo, en la boca para que sepamos anunciar el evangelio y en el pecho para ser custodiado con amor y fe.

Todo de cara a permitir que el evangelio que se proclama se haga vida en nosotros y dé los debidos frutos.

PADRE HENRY VARGAS HOLGUÍN 

http://www.aleteia.org/

Ciao.

miércoles, 13 de mayo de 2015

¿Cómo educa un hombre?



El padre no es una segunda madre, y debe respetarse su estilo propio de educación, señala la profesora María Calvo.

La profesora María Calvo, autora del estudio "La importancia de la figura paterna en la educación de los hijos", del instituto The Family Watch, subraya lo imprescindible del padre en el crecimiento de los niños y las niñas, y ofrece cinco pistas para que ellos, los hombres, sepan cómo deben actuar con sus hijos.
"Son, señala la profesora Calvo, cinco claves que los padres y muy especialmente las madres deben conocer sobre el papel del padre en la crianza y educación de un hijo".

1. El padre biológicamente es un hombre:
La mujer debe saber que el padre es hombre y, en consecuencia, la forma de cuidar a los hijos y colaborar en el hogar será siempre diferente a la suya. Un estilo masculino de actuación que habrá de respetar en todo momento. Desde el punto de vista afectivo, la mujer debe acostumbrarse a no exigir imposibles al hombre.
De acuerdo con su naturaleza masculina el hombre no tiene la misma neuroquímica cerebral que la mujer y, por lo tanto, su forma de mostrar afecto o cariño es diferente (ni peor, ni de inferior calidad) y sus lazos de unión con los niños son asimismo distintos.
No se les puede exigir que sientan como lo hacen las mujeres tras la maternidad. Una vez asumido esto, el siguiente paso por parte de la mujer será ceder espacio de actuación al padre en el hogar.
Han sido muchos siglos de dominación femenina del ámbito doméstico y en la crianza de los hijos y a muchas mujeres les cuesta todavía asumir la necesidad de permitir al hombre entrar en ese espacio hasta ahora dominado prácticamente en exclusiva por ellas.
Es imprescindible y de justicia que la mujer muestre respeto, valoración y reconocimiento hacia la labor que realiza el hombre en el hogar, evitando las críticas y censuras injustificadas.
Los hijos captan estas recriminaciones y pierden el respeto a los padres a los que consideran inútiles y patosos en todo lo que tenga que ver con la educación y crianza de los niños o el ámbito del cuidado del hogar.

2. Hombres y mujeres son diferentes:
Existen diferencias evidentes entre hombres y mujeres a la hora de interactuar con los hijos y colaborar en el hogar.
Son distintas maneras de ver la vida que se traducen en diferentes formar de actuación. Ambos, padre y madre, han de actuar sin menospreciar la labor educativa del otro, dejando abierta la posibilidad de dejarse perfeccionar por la sensibilidad y aptitudes de la pareja.
Estas diferencias entre el estilo paterno y el materno nos permiten ver cómo la naturaleza ha dotado a hombres y mujeres de habilidades sustancialmente diferentes pero mágica y acertadamente complementarias, con el fin de lograr el equilibrio personal de los hijos.
El empeño por negar las diferencias llena nuestras relaciones de conflictos, tensiones y frustraciones.
Hombres y mujeres habitamos en dos realidades emocionalmente diferentes. Padre y madre forman un equipo, la educación individualista y atomizada de cualquiera de los dos cónyuges conduce necesariamente al fracaso educativo y al desequilibrio emocional de los hijos.

3.Único e irremplazable:
Nadie duda de que las madres son insustituibles en la vida afectiva y emocional de los hijos, así como en su desarrollo físico y equilibrio personal, pero el listado de beneficios que proporciona un padre implicado en la educación y configuración de la personalidad de los hijos es asimismo considerable y bien diferente.
La poderosa influencia de un padre sobre sus hijos es única e irremplazable. El estímulo paterno cambia la vida de los hijos. Los estudios demuestran una serie de diferencias cualitativas entre los niños que han crecido con o sin padre.
Los niños que se han beneficiado de la presencia de un padre interesado en su vida académica, emocional y personal, tienen mayores cocientes intelectuales y mejor capacidad lingüística y cognitiva; son más sociables; tienen mayor  autocontrol; sufren menos dificultades de comportamiento en la adolescencia; sacan mejores notas; son más líderes; tienen el autoestima más elevada; no suelen tener problemas con drogas o alcohol; desarrollan más empatía y sentimientos de compasión hacia los demás; son más sociables y cuando se casan tienen matrimonios más estables.
Pero un padre preocupado por la educación de sus hijos y su correcto desarrollo personal y social, no sólo beneficia a sus hijos y a la madre, sino que se beneficia a sí mismo, profesional y personalmente.
Diversos estudios muestran que los padres implicados en la atención a los hijos tienen mayor éxito profesional que los que no lo están.
El cuidado y atención de los hijos hace hombres más plenos y virtuosos. Los hombres que se tomen en serio su paternidad serán en el futuro los mejores candidatos para cargos de liderazgo político y empresarial.
Un  estudio desarrollado por la Universidad estatal de Ohio mostró beneficios también sobre la salud de los padres, pues su implicación está directamente asociada con una disminución del riesgo de depresión, drogadicción y comportamientos arriesgados, especialmente en padres de nivel de renta bajo.
Otra investigación del Wellesley College, en 1991, demostró que la participación activa de los padres en la educación y crianza de los hijos es un factor preventivo de enfermedades mentales en aquellos padres que no encuentran satisfacción ni reconocimiento en sus puestos de trabajo.

4. ¿Qué desea un hijo?:
Cuando se les preguntó a dos mil niños de todas las edades y circunstancias qué era lo que más les gustaba con respecto a sus padres, la respuesta universal fue: "Él pasa tiempo conmigo”.
Sin embargo la realidad es que a lo largo de los últimos cuarenta y cinco años, la suma del tiempo que los padres pasan con sus hijos ha bajado en un promedio de diez a veinte horas semanales. Cantidad es el prerrequisito insoslayable para que exista calidad, porque crear una relación de mutua confianza, que es la base para cualquier relación paterno-filial saludable, solo se consigue invirtiendo tiempo juntos.
La educación de los hijos no es un sprint, es una carrera de fondo. Un padre no puede aparecer y desaparecer de la escena según la mayor o menor dificultad en determinadas etapas de la vida de los hijos.
El padre debe implicarse desde el nacimiento del hijo hasta el final de sus días. La perseverancia y el compromiso son fundamentales. La educación de los hijos es una carrera de fondo con baches, pinchazos, curvas imprevistas y caídas. Es en los momentos complicados cuando se pone a prueba la grandeza del amor de un padre.
Nuestros hijos necesitan más tiempo con su padre, aunque durante ese tiempo surjan peleas, discusiones, silencios o conflictos. Todo ello es importante para la configuración personal del hijo y le ayuda a fortalecer su carácter. Nada eleva más la autoestima de un hijo que saber que a su padre le gusta estar con él. Se sienten seguros sabiendo que son importantes para sus padres y merecedores de su atención.

5. La libertad:
Ser padre supone crear el entorno óptimo donde los hijos puedan crecer en equilibrio, y darles seguridad afectiva y vínculos sin ataduras, sin prisiones, sin facturas y sin convertirlos en medios para conseguir nuestros fines.
Un hijo es descendencia, no pertenencia. A los hijos hay que amarles por su esencia, no porque cubran o cumplan nuestras expectativas. No debemos olvidar nunca un principio esencial: la tabla de salvación para los problemas emocionales de los jóvenes es sobre todo un padre que mantenga la conexión sean cuales sean las circunstancias.

Rosa Cuervas-Mons

Ciao.

martes, 12 de mayo de 2015

No es fácil...


NO ES FÁCIL...

... Pedir disculpas,
... Comenzar de nuevo,
... Reconocer un error,
... Recibir consejos,
... Ser considerado,
... Soportar el éxito,
... Seguir probando,
... Abandonar los malos hábitos,
... Perdonar y olvidar,
... Salir de la rutina,
... Sacar provecho de lo poco,
... Mantener una norma elevada,
... Descubrir el lado bueno de las cosas,
... Aceptar una represión merecida,
... Amar, aún a tus enemigos,
... Sonreír, aunque estés triste,
....Dar sin tener.

Ciao.

lunes, 11 de mayo de 2015

Vivir o sobre vivir...


Un dicho popular reza:

"La vida dura tres días y dos ya han pasado".

El tiempo pasa tan de prisa a nuestro alrededor que tan sólo nos damos oportunidad de "sobrevivir", somos esclavos de la rutina y pasamos cada uno de nuestros días sumergidos en un mar de problemas y de situaciones triviales que pocos momentos libres nos dejan.
He dedicado algunos instantes a recordar cuándo fue la última vez que estando en alguna reunión o simplemente hablando con alguien haya escuchado algún comentario que dijera algo tan simple, como, "ayer vi un hermoso atardecer", o bien, "vi a un grupo de aves volar hacia el sur", y aún no puedo recordarlo.
Piénsalo bien y estoy segura que estarás de acuerdo conmigo en que este tipo de comentarios ya no se escuchan fácilmente.
Alguno pensará en estos momentos que esos son comentarios superficiales y de gente que no tiene nada sobre que hablar, que mucho mejor sería discutir de temas de actualidad como son las crisis económicas en el mundo o la falta de valores que vive la sociedad, si bien es cierto que estos son temas de interés para todos ya que los vivimos 24 horas al día, todos los días, también es cierto que en el mundo existen muchas cosas más que vale la pena apreciar pero que por decisión propia o de la misma sociedad nos hemos abstraído de ellas.
Vivimos en un mundo en el cual es más importante saber a cuanto cerró la bolsa hoy que como amaneció nuestra madre, o bien, enterarnos sobre todos los detalles de los casos más resonantes a preguntar qué tal estará ese amigo que tengo tiempo sin ver.
Con esto quiero decir que hemos puesto a las personas en un segundo plano, que nos hemos vuelto frívolos y egoístas, que solo nos importa lo que está en "nuestro" mundo y cualquier situación, persona o cosa que no pertenezca a él, no nos importa.
Nos hemos olvidado que somos las personas las que movemos al mundo y no al revés, hemos olvidado el VIVIR para pasar tan sólo a SOBREVIVIR en un mundo regido por el caos y la complejidad.
Cuantificamos nuestro tiempo en dinero, no nos importa pasar algunas horas extras en nuestro trabajo para ganar una mejor posición en la empresa y sentir que así podemos ganar el mundo, pero nunca nos percatamos que al hacer eso estamos perdiendo cosas tan grandes como: la infancia de nuestros hijos, la oportunidad de disfrutar a nuestros padres o de visitar algún amigo.
Lo más irónico de esto es que estas cosas que alimentan y engrandecen al ser humano son gratis y tan sólo nos cuestan un poco de nuestro tiempo.
Me he dado cuenta de que me cuesta menos coger el teléfono y hablarle a mi madre para preguntarle sobre que tal amaneció hoy, a discutir largamente con mis colegas sobre el futuro de la economía.
Me he dado cuenta de que es más importante para mi escuchar los sueños de mis amigos, que ver las frivolidades que pasan por la televisión.
¡Me he dado cuenta de las cosas que me hacen sentir viva!
Estoy convencida de que nacimos para VIVIR.
Mira a tu alrededor y ante tanta grandeza, responde:

¿Piensas seguir SOBREVIVIENDO?

IRENE VILLA

Ciao.

domingo, 10 de mayo de 2015

10 señales divinas para una Primera Comunión



1.- Háblale a tu hijo/a del gran regalo de la fe y, sobre todo, de Jesús como centro y razón de nuestra vida cristiana. Si hablas de los obsequios materiales, estarás eclipsando el sentido más grande de ese día. Y, no olvidéis, que los regalos propios de una primera comunión (los que duran toda la vida) son: La Cruz, el Rosario, una medalla o una Biblia. ¡Esta cruz me la regaló mi madre, mi padre…En mi Primera Comunión!

2.- Acompáñale con tu testimonio de fe. Unos padres que rezan juntos, que bendicen la mesa, que recuerdan las oraciones de aquellos días en que fueron pequeños, son el mejor catecismo para un/a niño/a.

3.- La Misa del Domingo es imprescindible para entender y comprender el sentido de la Primera Comunión. Comulgar, sin ir a misa, es como ir a París y no ver la Torre Eiffel. La Primera Comunión no es un fin sino un medio para llegar más aún a identificarnos con Cristo.

4.- Lo importante nunca ha de ser esencial y, lo esencial, si que ha de ser siempre importante. De la Primera Comunión sobra la ostentación y es imprescindible la sobriedad. Lo superficial ensombrece, y con mucho, el brillo de los grandes momentos.

5.- En un mundo individualista, la Primera Comunión, sirve para renovar y acentuar los lazos de la familia. En la fiesta cristiana convergen muchos aspectos: Sincero diálogo, recuerdo de las horas grandes y mesa que se comparte. Pero no olvidemos que, no por llenar demasiado una mesa, es colosal un banquete.

6.- La oración (como diría Santa Teresa de Jesús “estar con Aquel que tanto se ama”) es un vehículo hacia el conocimiento de Dios, de Jesús, del Espíritu o de la Virgen María. Un/a comulgante ha de llegar a la Primera Comunión sabiendo hablar con el lenguaje de la oración.

7.- El Padrenuestro, el Ave María, el Credo, la Salve, el Gloria son oraciones que nos dan la clave de nuestra sensibilidad hacia Dios, la Virgen o la Iglesia. Un conductor, en plena autopista, domina la señalización para saber por dónde ir. Un cristiano, ante la comunión, ha de conocer unos mínimos que le ayuden a mantenerse en camino.

8.- La catequesis no es ninguna “exigencia u obligación para” sino una oportunidad para ser conscientes de lo qué se va a celebrar.
¿Es exigencia comer o beber? La catequesis nos alimenta y nos nutre de conceptos y, sobre todo, nos hace tomar conciencia de lo que decimos creer.

9.- Un reto de la Nueva Evangelización es que, aquello que pretendemos (dar a conocer a Cristo) sea un caldo de cultivo en las familias. Si la familia falla, de nada sirven las catequesis, ni los catequistas ni el esfuerzo del sacerdote más creativo y trabajador. La familia ha de volver a ser la base de la vida cristiana.

10.- No olvidéis que, los preparativos de la Primera Comunión, no os han de traer de cabeza con elementos secundarios. Por el contrario; lo que os ha de conquistar el corazón es el saber que, en ese día, el Señor entra en el sagrario del corazón de vuestros hijos. No olvidaremos, además, que la entrada de Cristo en nuestros hogares nos invita, además, a no olvidar los “otros cristos” sufrientes del mundo.

Que la Primera Comunión, lejos de ser un acto social, lo convirtamos en una oportunidad para renovar la vida cristiana de nuestras familias. Los niños, qué duda cabe, son una ventana abierta por la cual podemos divisar –de nuevo- aquellas sensaciones divinas que las dificultades, la secularización, el materialismo o la pereza hicieron estragos con ellas. ¿Lo intentamos?

Javier Leoz Ventura

Ciao.

sábado, 9 de mayo de 2015

Porque te necesito Señor...



PORQUE TE NECESITO...
Me colocas, Señor, en el inicio de este camino
para que, sintiéndome con todo y a la vez sin nada,
sepa distinguir lo eterno de lo efímero.
Me instalas, Señor, en mi propia indigencia:
¿Quieres ser rico? ¡Sígueme y te daré Vida Eterna!
¿Quieres ser pobre? ¡Quédate donde parece seducirte el oro!

PORQUE TE NECESITO...
Me llamas a iniciar este sendero de oración y de penitencia
a levantar las antenas de mi mente
para que, a través de ella, pueda yo sentirte;
para que, con ellas, sepa cómo mejor servirte

PORQUE TE NECESITO...
Me convocas a este tiempo de gracia y de búsqueda
de prueba y de discernimiento, de austeridad y de conversión
¡Gracias, oh Cristo!
Porque, ante tu Pasión, me convidas a no ser indiferente
a vivir, tus grandes horas, desde mi pequeñez humana
Me llamas, oh Señor, porque quieres librarme
de tantos eslabones que, en apariencia parecen ser hilos,
y no me dejan vivir mirándote frente a frente
Hilos que son cadenas que me esclavizan
y endurecen mis entrañas
y me hacen sentirme poderoso y casi dios
cuando, bien sé, que soy tierra, polvo….nada

PORQUE TE NECESITO...
No dejes que, la barca de mi existencia, vaya perdida
que seas Tú, Cristo sufriente, quien me levante en mis caídas
que seas Tú, Cristo con la cruz, quien me ayude a llevar la mía
que seas Tú, Cristo Redentor,
quien me abra los ojos ante tanto misterio que aguarda.

PORQUE TE NECESITO, SEÑOR...
Inclino mi cabeza y digo que… Sólo Tú eres grande
Abro mi corazón y confieso que… Necesito cambiar
Pienso en mi interior y pido… Que vengas a redimirme
Escucho tu Palabra y creo que sólo ellas son únicas y verdaderas
Quiero subir contigo, Jesús, al Monte Santo
Y si faltan cirineos, intentar con tu cruz ayudarte
Y si una cruz queda vacía, desde ella, poder yo gritarte:
¡Acuérdate de mí, cuando estés en tu Reino!

HERMANAS CLARISAS de OLIVA

Ciao.

viernes, 8 de mayo de 2015

Cristianos a medias


¿Qué es ser cristiano a medias? 

El Papa llama así a los cristianos que no sienten esperanza y languidecen en la tristeza. Sin esperanza, la fe deja de tener sentido y la caridad, se convierte en automatismo filantrópico.
Como ‪‎Evangelizadores‬ en las redes, tenemos que tener claro que hay dos actitudes que alejan a cualquier persona que se acerque a nosotros: La tristeza y la violencia.
Ambas impiden comunicar la fe, ya que no transparentamos a Dios a través de nosotros.
La gran pregunta es cómo puede evangelizar quien no siente la alegría de estar con Cristo.
Es imposible y la Medicina sólo puede ser la Gracia de Dios que nos transforma, cuando se lo permitimos. Muchas veces el posible evangelizador es el primero que debe ser evangelizado en la esperanza y la caridad.

Ciao.


jueves, 7 de mayo de 2015

Detrás de cada X hay una historia



Con el lema Detrás de cada X hay una historia, el Programa Xtantos anima a marcar la X a favor de la Iglesia en la Declaración de la Renta 2015. Un lema que recuerda a cada uno de los contribuyentes que con su X ayuda a desarrollar una amplia labor beneficiosa para la sociedad.

El programa Xtantos recuerda también que la casilla a favor de la Iglesia y la de Otros Fines de Interés Social son perfectamente compatibles, que se pueden marcar al mismo tiempo, y ni se paga más ni Hacienda devuelve menos dinero.

Campaña multimedia

"Detrás de cada X hay una historia" es el hilo conductor de la campaña de este año que presenta lo cotidiano de la Iglesia en carteles, faldones de publicidad, de vallas y en los spots de las principales cadenas de radio y televisión nacionales.

En ellos se muestra la labor de la Iglesia en seis historias, la de Pablo, Juan, Laura y Said, Marina, Joanna y Roberto. A través de esos personajes, se presentan vivencias del día a día de cristianos y no cristianos que se acercan a la Iglesia buscando apoyo espiritual o social tanto en España como más allá de nuestras fronteras: el bautizo de Pablo; la vida de Juan en una residencia de ancianos; Said, que se integra en un centro educativo de formación profesional; Marina vive su fe junto a otros jóvenes en el Camino de Santiago; las medicinas que Joanna recibe en África; y Roberto, que recibe alimento en los comedores de Cáritas.xtantos

https://www.youtube.com/watch?v=im2SwDSHVUY

La campaña, de carácter multimedia, ya está en los medios de comunicación. En radio y televisión se está desarrollando en dos fases: del 27 de abril al 8 de mayo y del 25 de mayo al 30 de junio. A lo largo del mes de junio, la campaña se podrá ver también en vallas publicitarias. Además, se han distribuido 40.295 carteles y casi dos millones de ejemplares del periódico Xtantos, 700.000 en las parroquias y el resto se encartarán en los principales diarios nacionales. La publicación incluye noticias, artículos de opinión y reportajes en torno al sostenimiento económico de la Iglesia. La agencia ARENA, central de medios para la Campaña Xtantos a partir de un concurso público, ha sido la encargada de la planificación y compra de medios.

https://www.youtube.com/watch?v=Ue8x_n-69dM

También se ha editado un cartel informativo para los que quieren cambiar el borrador y comenzar desde este año a escribir, con su X, una historia. En total, de este tipo de carteles se han editado y distribuido 30.525 ejemplares.

El Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, desde la página web portantos.es, trabaja los perfiles sociales desde 2010, comenzando pri-mero con Facebook (facebook.com/xtantos), y acercándose a sus seguidores en Twitter (@xtantos) en 2012.
Ambos perfiles cuentan con 37.000 fans o seguidores en Facebook y 18.000 en Twitter.

Desde ambas redes sociales da respuesta directa a todo aquello que se pueda plantear en relación a la financiación y sostenimiento de la Iglesia, a múltiples aspectos y dudas sobre la Declaración de la Renta y sobre la labor de la Iglesia.

Desde el año 2007, Xtantos

Desde el año 2008, el sostenimiento de la Iglesia en España depende exclusivamente de los católicos y de todas aquellas personas que reconocen su labor. Por este motivo, la campaña de la Iglesia acerca de la Renta, desde 2007, gira en torno a Xtantos, una marca sencilla y atractiva, que identifica todas las acciones que se llevan a cabo dentro del Programa de Sostenimiento Económico y de la labor de la Iglesia. Expresa de una forma clara su inmensa labor: son muchos los que, en la Iglesia Católica, dedican generosamente su vida a los demás (por tantos que necesitan tanto).

Xtantos dirige la comunicación a los católicos y a cualquier persona que valore la labor de la Iglesia. Por eso, en sus campañas anuales, además de la presencia en los medios de comunicación, se esfueza por informar al contribuyente sobre la existencia de las casillas (Iglesia y Otros fines de interés social), que se pueden marcar las dos (excepto en Navarra y Guipúzcoa), que un 0,7% se destinará a cada fin y que no supone ningún coste añadido para el contribuyente.

En el último ejercicio, correspondiente al IRPF de 2013 (Campaña de la Renta 2014), el porcentaje de declaraciones a favor de la Iglesia se ha vuelto a incrementar ligeramente. En el territorio de la Agencia Tributaria, sin incluir las Haciendas Forales, se ha incrementado en 2 décimas, pasando del 35,01% a 35,20%. En total, se han recibido 247,6 millones (todos los datos en nota de prensa de 8 de abril de 2015).

http://www.diocesisdejaen.es/

Ciao.





miércoles, 6 de mayo de 2015

Cuando aprendas a valorar tu vida...



Cuando aprendas a considerar tu vida y cuanto hay en ella como el milagro que es, comprenderás enseguida que quejarse es desperdiciar el milagro que eres.
Cada instante que pasas disgustado, desesperado, angustiado, furioso o dolido a causa del comportamiento de otra persona es un instante en el que renuncias al control sobre tu vida.
Obsérvate a ti mismo y a los demás en este mundo disparatado, y después decide que es mejor, pasear por ahí la rabia o desarrollar un sentido del humor que te proporcionará a ti y al prójimo el más preciado de todos los dones: La risa.
En la vida todo es paradoja. Cuanto más desees la aprobación, más contundente será la negativa de los demás a aprobarte; cuanto menos te importe el que te aprueben o no, más aprobación conseguirás.
Cuando alcanzas suficiente paz interior y te sientes realmente positivo, es prácticamente imposible que otra persona te controle y te manipule.
Si eres feliz, si vives cada momento aprovechando al máximo sus posibilidades, entonces eres una persona inteligente.
Si crees totalmente en ti mismo, no habrá nada que esté fuera de tus posibilidades.
En verdad no puedes crecer y desarrollarte si sabes las respuestas antes que las preguntas.
No necesitas admitir a nadie en tu vida a menos que llegue cargado de afecto y armonía.
El progreso y el desarrollo son imposibles si uno sigue haciendo las cosas tal como siempre ha hecho.
No dejes que los planes que tienes para ti sean más importantes que tú mismo.

¡Vive! ¡Ama! ¡Sé Feliz!

Ciao.

martes, 5 de mayo de 2015

¡Sueña...!



★Sueña, aunque el sueño parezca imposible.

★Lucha aunque el enemigo parezca invencible.

★Soporta el dolor aunque este sea insoportable.

★Transforma el mal en bien, aunque sea necesario atravesar el infierno.

★Ama lo puro e inocente, aunque parezca inexistente.

★Resiste, aún cuando el cuerpo no resista más.

★Y al final aunque parezca inaccesible, alcanzarás "tu estrella".

Ciao.

lunes, 4 de mayo de 2015

Enseñar valores a los hijos



Los padres queremos que nuestros hijos se comporten correctamente y que lleguen a ser buenas personas. Por ello es necesario que desde pequeños les inculquemos valores positivos a los hijos.
Educar a un hijo no es fácil, hay que ser pacientes y perseverantes en cuanto a su educación. Y cuando hablamos de educación no nos referimos a la formación escolar o académica, que, por supuesto, es importante, sino la que los padres ofrecen a sus hijos en el día a día, formándolos y enseñándolos en cada una de las situaciones que se viven.
Que nuestros hijos adquieran correctos valores dependerá no solo de su propio carácter, sino de lo que aprendan en el seno familiar.
Si el niño crece en un ambiente en el que se sienta querido, respetado y protegido aprenderá valores éticos adecuados. Los niños necesitan a alguien que les guíe, que les anime y les ayude en el transcurso de su vida. Necesitan sentirse apoyados, valorados, queridos…Y para eso estamos los padres, somos su mejor ejemplo, su modelo a seguir en todos los aspectos.
Hemos de enseñarles con el ejemplo y utilizar los valores que queremos que aprendan, no solo por ellos sino por nosotros mismos.
La vida es dura y difícil y los hijos no siempre estarán en nuestro regazo para cuidarlos y protegerlos, tarde o temprano tendrán que tomar sus propias decisiones, y que hagan lo correcto dependerá de la educación que les hayas dado y de los valores transmitidos.
Como dice José Mª Contreras en su libro Hablar con los hijos, “en el fondo, educar es un dialogo sobre valores”.

Ciao.