jueves, 30 de junio de 2016
¿Cuándo desvirtuamos la cruz de Cristo?
¿Cuándo desvirtuamos la cruz de Cristo?
Cuando vivimos, pensamos, sentimos como si las enseñanzas del Maestro no fuesen importantes.
San Pablo advirtió fuertemente sobre el peligro de desvirtuar la cruz de Cristo, de vivir como enemigos de la Redención que se hizo concreta en el Calvario (cf. 1Cor 1,17; Flp 3,18-19).
¿Cuándo desvirtuamos la cruz de Cristo?
La cruz de Cristo se desvirtúa si olvidamos el centro del mensaje cristiano, el amor misericordioso y salvador de Dios, y buscamos sucedáneos en la sabiduría del mundo, en la técnica, en los estudios científicos, en los medios materiales.
Desvirtuamos la cruz de Cristo si no pensamos ni hablamos del pecado, ni de la conversión, ni de la gracia, ni de las bienaventuranzas, ni de los sacramentos, ni de la Iglesia.
Desvirtuamos la cruz de Cristo si, por miedo al mundo, nos acomodamos a su mentalidad y usamos un vocabulario tibio, vacío de contenidos, que oscurece las maravillas de la acción de Dios en la historia humana.
Desvirtuamos la cruz de Cristo si denunciamos sólo aquello que ya denuncian los dueños de la cultura moderna, mientras guardamos un silencio cómplice ante pecados e injusticias sumamente graves, como las que se cometen con la trivialización de la sexualidad, con el aborto, con el desprecio al matrimonio.
Desvirtuamos la cruz de Cristo si promovemos un falso ecumenismo, que deja de lado la verdad revelada, que no se alimenta de la fe, tal y como está expresada en la Palabra de Dios a través de la Escritura y de la Tradición, y como es tutelada por el Magisterio de la Iglesia católica.
Desvirtuamos la cruz de Cristo si tenemos vergüenza de rezar en público para no “incomodar” a los demás, si ocultamos nuestra condición de católicos para camuflarnos entre familiares, amigos, compañeros de trabajo.
Desvirtuamos la cruz de Cristo si aceptamos entre los católicos el espíritu maligno de las murmuraciones, las envidias, los golpes bajos, el desprecio a otros porque pertenecen o no pertenecen a tal o cual grupo eclesial.
Desvirtuamos la cruz de Cristo si vivimos apegados al dinero, si damos el primado a los bienes materiales, si nos interesa más el progreso tecnológico que el estudio de la Biblia.
Desvirtuamos la cruz de Cristo si olvidamos la invitación a rezar continuamente, a vigilar para no caer en la tentación, a invocar y acoger el perdón a través del sacramento de la Penitencia.
Desvirtuamos la cruz de Cristo si no confiamos en la Providencia del Padre, si acudimos a horóscopos, a la magia o a otros métodos que buscan “controlar” un futuro que no nos pertenece.
Desvirtuamos la cruz de Cristo, en definitiva, cuando vivimos, pensamos, sentimos como si las enseñanzas del Maestro no fuesen importantes, mientras recurrimos a lecturas y a técnicas de autoestima, autorrealización, autosatisfacción, autocontrol, y otras parecidas en la galaxia New Age, para lograr la “salvación” por nosotros mismos.
El verdadero creyente no vacía de su fuerza esa cruz que salva, que lava, que abre el cielo. Desde la asistencia del Espíritu Santo, tiene certezas inamovibles: sólo hay un Salvador: Jesucristo. Sólo hay una Iglesia verdadera: la católica. Sólo hay un medio para seguir al Maestro: negarnos y tomar la propia cruz cada día... (cf. Mc 8,34).
Autor: P Fernando Pascual LC
Ciao.
miércoles, 29 de junio de 2016
El regalo
1.- El regalo de Escuchar.
Pero realmente escuchar sin interrumpir, bostezar, o criticar. Sólo escuchar.
2.- El regalo del Cariño.
Ser generoso con besos, abrazos, palmadas en la espalda y apretones de manos. Estas pequeñas acciones demuestran el cariño por tu familia y amigos.
3.- El regalo de la Sonrisa.
Llena tu vida de imágenes con sonrisas, dibujos, caricaturas y tu regalo dirá: "Me gusta reír contigo".
4.- El regalo de las Notas Escritas.
Esto puede ser un simple "gracias por ayudarme", por ejemplo. Un detalle como este, puede ser recordado de por vida e incluso cambiarla.
5.- El regalo de un Cumplido.
Un simple y sincero "te ves genial de rojo", "has hecho un gran trabajo" o "fue una estupenda comida", puede hacer especial un día.
6.- El regalo del Favor.
Todos los días procura hacer un favor a alguien.
7.- El regalo de la Soledad.
Hay días que no hay nada mejor que estar solo. Sé sensible a aquellos días y da este regalo o solicítalo a los demás.
8.- El regalo de la Disposición a la Gratitud.
La forma más fácil de hacer sentir bien a la gente es decirle cosas que no son difíciles de decir como "Hola" y "Muchas Gracias".
Los amigos son raras joyas que pueden hacerte enfadar y sonreír, que poco a poco aprenden a escucharte, a alentarte y ellos siempre abrirán su corazón a nosotros. Demuéstrale a tus amigos cuanto es lo mucho que los quieres.
Ciao.
Pero realmente escuchar sin interrumpir, bostezar, o criticar. Sólo escuchar.
2.- El regalo del Cariño.
Ser generoso con besos, abrazos, palmadas en la espalda y apretones de manos. Estas pequeñas acciones demuestran el cariño por tu familia y amigos.
3.- El regalo de la Sonrisa.
Llena tu vida de imágenes con sonrisas, dibujos, caricaturas y tu regalo dirá: "Me gusta reír contigo".
4.- El regalo de las Notas Escritas.
Esto puede ser un simple "gracias por ayudarme", por ejemplo. Un detalle como este, puede ser recordado de por vida e incluso cambiarla.
5.- El regalo de un Cumplido.
Un simple y sincero "te ves genial de rojo", "has hecho un gran trabajo" o "fue una estupenda comida", puede hacer especial un día.
6.- El regalo del Favor.
Todos los días procura hacer un favor a alguien.
7.- El regalo de la Soledad.
Hay días que no hay nada mejor que estar solo. Sé sensible a aquellos días y da este regalo o solicítalo a los demás.
8.- El regalo de la Disposición a la Gratitud.
La forma más fácil de hacer sentir bien a la gente es decirle cosas que no son difíciles de decir como "Hola" y "Muchas Gracias".
Los amigos son raras joyas que pueden hacerte enfadar y sonreír, que poco a poco aprenden a escucharte, a alentarte y ellos siempre abrirán su corazón a nosotros. Demuéstrale a tus amigos cuanto es lo mucho que los quieres.
Ciao.
martes, 28 de junio de 2016
Tengo muchas responsabilidades que cumplir
Tengo responsabilidades que cumplir hoy. Soy importante. Mi trabajo es escoger qué clase de día voy a tener.
Hoy puedo quejarme porque el día está lluvioso, o puedo dar gracias a Dios porque las plantas están siendo regadas.
Hoy me puedo sentir triste porque no tengo más dinero o puedo estar contento de que mis finanzas me empujan a planear mis compras con inteligencia.
Hoy puedo quejarme de mi salud o puedo regocijarme de que estoy vivo.
Hoy puedo lamentarme de todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo o puedo sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido.
Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas o puedo celebrar que las espinas tienen rosas.
Hoy puedo auto-compadecerme por no tener muchos amigos o puedo emocionarme y embarcarme en la aventura de descubrir nuevas amistades.
Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar o puedo gritar de alegría porque tengo un trabajo que hacer.
Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a la escuela o puedo abrir mi mente enérgicamente y llenarla con nuevos y ricos conocimientos.
Hoy puedo murmurar amargamente porque tengo que hacer las labores del hogar o puedo sentirme honrado porque Dios me ha dado un techo para mi mente, cuerpo y alma.
Hoy el día se presenta ante mí esperando a que yo le dé forma, y aquí estoy, el escultor que tiene que darle forma. Lo que suceda hoy depende de mí, yo debo escoger que tipo de día voy a tener.
Ten un gran día, a menos que tengas otros planes.
Ciao.
lunes, 27 de junio de 2016
Un día de colores en tu vida
Un día puede ser un momento más....
Un día puede tener el color que diga tu corazón: Nublado, lleno de vida, azul como las ilusiones, rosa como los sueños...
Pero un día siempre será un instante, si todos los días de tu vida son iguales, al final de tu vida, en ese parpadeo de un segundo, te habrá parecido que has vivido un solo día de tu vida.
Haz de cada día un instante único, quizás sólo lo consigas con una mirada, con una sonrisa, con un pensamiento, pero intenta que cada día sea una foto única en el paseo de tu vida.
Si en algún momento de esa vida, he pasado por allí, me conformo con haberte proporcionado esa sonrisa, ese pensamiento, ese brillar de tus ojos.
Ciao.
domingo, 26 de junio de 2016
Yo elegí confiar en Dios ¿Y tu?
“No permitas que las crisis se apoderen de ti, comienza a ver las oportunidades y de seguro vas a triunfar”.
Te has fijado que la palabra más popular de estos tiempos es “crisis”.
Leemos la prensa o vemos las noticias en la televisión y nos encontramos con la crisis, estamos en el trabajo o en nuestra casa y lo que escuchamos es crisis, esto por supuesto hace que mucha gente cristiana y no cristiana se paralicen y no avancen por temor a la crisis.
¿Eres tú de esas personas que se han detenido ante la crisis o eres de las que avanzan en búsqueda de lo extraordinario?
La vida es un asunto de actitud y la actitud es un asunto de decisión, y nosotros elegimos que actitud vamos a tomar ante las crisis, los problemas o situaciones que se nos puedan presentar.
Podemos optar por una actitud positiva o una actitud negativa. La actitud positiva hace la diferencia porque busca solucionar problemas, no es que deja los problemas así y no le importa, una persona con actitud positiva busca siempre resolver, disfruta las circunstancias, ve mas oportunidades y vive la vida con entusiasmo.
Una persona con actitud positiva tiene presente lo siguiente:
* No eligió las circunstancias que le tocó vivir, pero si eligió cual actitud manifestar.
* Se esfuerza por desarrollar una actitud positiva y no soltarla.
* Sus acciones están determinadas por su actitud.
La actitud de su gente o entorno es un reflejo de la suya.
“Dios decide por lo que vamos a pasar. Nosotros decidimos como lo vamos a pasar”.
Es nuestra decisión como decidamos pasar el día de hoy, es nuestra decisión si decidimos confiar en Dios para todos los asuntos de la vida. Los límites los tenemos nosotros en nuestras mentes.
El Evangelio nos cuenta la historia de un centurión romano que se acerca a Jesús a pedir por la sanación de su sirviente que sufría muchos dolores y no podía moverse.
Jesús le dice que ira a sanarle pero el centurión le dice que no es digno de que Él entre a su casa, que solamente ordene la palabra y el enfermo sanará.
Jesús se asombra por la fe del centurión, jamás encontrada entre sus más fieles seguidores.
Aquí podemos ver la fe y la actitud del centurión que pudo haber hecho varias cosas sin tener que ir él a pedirle el favor a Jesús:
El centurión pudo mandar a otro criado a pedir a Jesús para que fuera a su casa. Pudo mandar a un soldado con el mensaje, o buscar otro sirviente sin que le importara los dolores del otro. Sin embargo él buscó soluciones y siendo extranjero se acercó a Jesús, se esforzó en acercarse al Maestro y eligió poner toda su confianza en Dios al pedirle que ordenara, que dijera la palabra de sanidad y el enfermo sanaría.
Jesús elogia ante los presentes en ese momento esta actitud con asombro y se maravilla de la fe del extranjero y le afirma que como creyó así sucedería.
Ahora me pregunto:
¿Qué es lo que estamos creyendo para nuestra vida?
¿Qué es lo que esperamos que suceda a partir de ahora?
¿Somos capaces de asombrar a Jesús?
¿Cómo es nuestra actitud ante la vida?
¿Estamos confiando en Dios para nuestros problemas, necesidades y tentaciones?
Nuestra actitud determinará nuestras acciones. Podemos ser víctimas o protagonistas, podemos ser bendición o maldición, podemos ser esclavos o libres, podemos confiar en Dios o no confiar, es nuestra decisión.
Hay una historia que lo ilustra muy bien.
"Cuentan que un alpinista, con el afán por conquistar una altísima montaña, inició su travesía después de años de preparación, pero quería la gloria solo para él, por lo que subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo, y oscureció. La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, la luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.
Subiendo por un acantilado, a solo unos pocos metros de la cima, se resbaló y se desplomó por el aire, cayendo a velocidad vertiginosa.
El alpinista solo podía ver veloces manchas oscuras y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.
Seguía cayendo… Y en esos angustiosos momentos, le pasaron por su mente todos los episodios gratos y no tan gratos de su vida. Pensaba en la cercanía de la muerte, sin embargo, de repente, sintió el fortísimo tirón de la larga soga que lo amarraba de la cintura a las estacas clavadas en la roca de la montaña.
En ese momento, suspendido en el aire, gritó:
- ¡Ayúdame Dios mío!
De repente, una voz grave y profunda de los cielos le contestó:
-¿Que quieres que haga?
- Sálvame Dios mío
-¿Realmente crees que yo te pueda salvar?
- Por supuesto Señor
-Entonces corta la cuerda que te sostiene…
Hubo un momento de silencio; el hombre se aferró más aún a la cuerda….
Cuenta el equipo de rescate, que al otro día encontraron a un alpinista colgando muerto, congelado, agarradas sus manos fuertemente a la cuerda… A tan solo un metro del suelo…"
¿Cuál es la cuerda a la cual nos aferramos para no recibir las bendiciones que Dios tiene preparado para nosotros en el día de hoy?
Hoy es el mejor día para confiar en Dios y disfrutar de todo lo que nos da, busca tu resultado extraordinario.
Yo elegí confiar en Dios ¿Y tu?
Ciao.
sábado, 25 de junio de 2016
Olvidando lo que quedó atrás
Hay cosas que pasan en la vida que quisiéramos olvidar para siempre. En muchas ocasiones el pasado nos golpea fuertemente y deseamos con toda el alma, borrarlo de nuestras mentes y si puediéramos de nuestra vida..
Algunas personas nunca hablan de su pasado y lo lógico y normal es que sus amigos y conocidos quieran saber quienes eran ellos, de donde eran, quienes eran sus familias, etc... En fin, como fue la trayectoria de su vida hasta que los conocimos.
Hay un dicho popular que dice: "No debemos mirar atrás ni para coger impulso."
Quizás hay pasados brillantes en la vida, pero eso no nos va a dar crédito para el futuro que tenemos que recorrer, y pasados menos brillantes, que tampoco nos van dar la garantía de que nuestro presente va a seguir siendo igual.
No podemos apalancarnos en los laureles pasados ni en las desgracias vividas. Cada día, cada semana, cada mes, y cada año traen nuevos retos, nuevas experiencias, nuevas demandas, etc. etc.
Tenemos que apoyarnos en el presente, en la fuerza y el poder de Dios que nos asiste ahora, en el momento que estamos viviendo, para ir ganando el futuro.
Tenemos que proyectarnos para alcanzar nuestra meta durante el año. Como el atleta que corre, no podemos mirar atrás porque así nunca alcanzaremos la meta.
La fe y la esperanza que tengamos ahora nos proyectará hacia adelante. Aunque tengamos muchas batallas perdidas en el pasado, todavía no se ha perdido la guerra. La meta todavía no la hemos alcanzado, pero la carrera no ha terminado, ¡Sigamos adelante!
La vida que honra a Dios es la de aquel que lucha contra el mundo, la carne y el diablo y vence en el nombre de Jesús, pues por Su sangre derramada, nosotros obtendremos la victoria, y la gloria que será para Jesús.
Si tu pasado fue bueno, ha llegado el tiempo de enterrarlo para destapar su futuro. Si tu pasado fue malo, tienes una razón adicional para enterrarlo y de todos modos encaminar sus pasos hacia el futuro.
Ahora es el momento de decir: ¡Lo mejor está por llegar!
Ciao.
viernes, 24 de junio de 2016
Aprender a orar en 10 pasos
1.- Comienza por saber escuchar. El Cielo emite noche y día.
2.- No ores para que Dios realice tus planes, sino para que tú interpretes los planes de Dios.
3.- Pero no olvides que la fuerza de tu debilidad es la oración. Cristo dijo: "Pedid y recibiréis".
4.- El pedir tiene su técnica. Hazlo atento, humilde, confiado, insistente y unido a Cristo.
5.- ¿No sabes qué decirle a Dios? Háblale de vuestros mutuos intereses. Muchas veces. Y a solas.
6.-No conviertas tu oración en un monólogo, harías a Dios autor de tus propios pensamientos.
7.- Cuando ores no seas ni engreído, ni demasiado humilde. Con Dios no valen trucos. Sé cual eres.
8.-¿Y las distracciones involuntarias? Descuida. Dios, y el sol, broncean con solo ponerse delante.
9.- Si alguna vez piensas que cuando hablas a Dios Él no te responde..., lee la Biblia.
10.- No hables nunca de "ratos de oración"; ten "vida de oración".
Ciao.
jueves, 23 de junio de 2016
La auténtica suerte
¡La vida es como una lotería!
Muchos creen haber perdido; peor todavía: Creen que su vecino, más alegre y confiado, ha ganado.
Sin embargo, los números de la lotería son tan diferentes entre sí. La diferencia radica en la forma de ver y en la forma de valorar. Y ésto depende de cada uno de nosotros.
He encontrado un gran número de personas sensiblemente distintas entre sí.
He escuchado sus más profundos secretos. Pero nunca he encontrado a nadie a quien le hubiera tocado "la lotería", " el premio gordo" de la pura y perfecta felicidad.
Cada uno, de alguna forma, tenía algo que le contrariaba. Los creyentes llaman a esto " la propia cruz". Los indiferentes y los ateos lo llaman "no tener suerte".
Había incluso personas que, a pesar del sufrimiento y la desgracia, seguían contentas bajo el peso de las dificultades y contrariedades. Otras estaban abatidas, asqueadas y disgustadas.
A menudo, unas y otras, habían vivido la misma realidad, pero, ¡Cuán distintos eran los resultados!
La vida es como una lotería. Sin embargo, cada uno puede poner mucho de sí.
Señor, libérame de este deseo solapado y enmascarado de las cosas, las cuales nunca llegan a satisfacerme, sino todo lo contrario, continúan aumentando mi hambre insensata.
Señor, libérame de las cosas que considero mías, porque son ellas las que me poseen y me deprimen. Libérame de la autosuficiencia; ella me desfigura y me empequeñece. Libérame de la codicia, que me intoxica y me embrutece.
Phil Bosmans
Ciao.
miércoles, 22 de junio de 2016
¿Qué regalamos al niño?
Una joven pareja entró en el mejor comercio de juguetes de la ciudad.
El hombre y mujer se entretuvieron en mirar sin prisas los juguetes de colores alineados en las estanterías y colgados del techo, en alegre desorden.
Había muñecas que lloraban y reían, juegos electrónicos, cocinas en miniatura donde se hacían tartas y pasteles. No llegaban a decidirse.
Se les acercó una dependienta muy simpática.
- Mire, le dijo la mujer: Nosotros tenemos una niña pequeña, pero estamos casi todo el día fuera de casa y, a veces, hasta de noche.
- Es una cría que apenas sonríe, dijo el hombre.
- Quisiéramos comprarle algo que la hiciera feliz, añadió la mujer, incluso cuando no estuviéramos nosotros... Algo que le diera alegría aún cuando estuviera sola.
- Lo siento, sonrío la dependienta con gentileza, pero es que aquí no vendemos padres...
De Homilética
Ciao.
martes, 21 de junio de 2016
Como llenar ese vacío que sientes en el corazón
Existen motivos de sobra que dan lugar a los sentimientos de soledad, alguna pérdida familiar, el final de una relación, de una amistad, cambios de residencia, etc. Cualquier circunstancia en la que a falta de cierta compañía se deja sentir ese sentimiento de vacío, mismo que muchas veces a pesar de estar rodeado de personas sigue estando ahí.
Hay vacíos y espacios que se sienten en el corazón, y que independientemente del motivo que lo provoca, el dolor es grande y deja sentir la soledad, huecos que sin importar lo que haces para llenarlos siguen existiendo.
Tal vez has intentado remediar tu soledad con amigos, pero a ellos no les es posible acompañarte cada segundo del día, puedes buscar refugio en tu trabajo, pero al llegar la hora de salida te das cuenta que el sentimiento continúa, puede ser que ya las actividades o “momentos de escape” dejaron de ser suficientes, y créeme “todos alguna vez lo hemos sentido”.
A veces el sentirte solo te lleva a pensar que realmente lo estas, pero si hoy es el caso, y sientes que te identificas con esto, entonces estas palabras son para ti: Después de haber intentado buscar algo que llene ese vacío, sin lograrlo, y aun cuando parece que estas solo, sea cual sea el motivo que te ha llevado a donde estas hoy, llorando o angustiado, Dios lo ha visto todo, ha escuchado cada una de tus palabras y quiere que le permitas llenar ese vacío que hoy sientes, nadie mejor para comprenderte y ayudarte que Él, pues es quien realmente te conoce, te ama y te acompaña, su amor por ti es mas grande de lo que puedes imaginar, hay vacíos que son tan profundos que nada puede llenarlos, pero Dios puede sanarlos si tu lo dejas actuar.
A veces vamos de un lugar a otro buscando llenar un vacío para el que parece que nada es suficiente, ni el dinero, ni la compañía, ni el trabajo, ni el deporte, pero olvidamos buscar lo mas importante, lo único que da la medida del vacío que sientes, y ese es el amor de Dios, el que llena todos los espacios, el que encuentras en sus brazos, si has intentado de una y mil maneras llenar un vacío inexplicable, prueba los brazos de Dios, ellos siempre estarán abiertos para ti, y para llenar cada área, y cada necesidad de tu corazón.
Maite Leija
Ciao.
En este momento especial de la vida...
En este momento especial de la vida...
Piensa libremente. Practica la paciencia. Sonríe con frecuencia.
Saborea los momentos especiales. Vive el mensaje de Dios.
Haz amigos nuevos. Redescubre los de antes.
Di a tus seres amados que los amas. Siente profundamente.
Olvida los problemas. Perdona a un enemigo. Ten esperanzas.
Crece. Sé loco. Cuenta tus bendiciones. Observa los milagros. Óbralos.
Descarta las preocupaciones. Da . Cede. Ten esa confianza que permite recibir.
Corta algunas flores. Compártelas. Cumple una promesa.
Busca arcos iris. Contempla las estrellas. Percibe la belleza por doquier.
Trabaja mucho. Sé prudente. Trata de comprender. Reserva tiempo para la gente.
Reserva tiempo para ti mismo. Ríe con ganas. Esparce la alegría.
Acepta un riesgo. Ofrécete. Ábrete a alguien. Prueba algo nuevo.
Aminora la marcha. Sé blando, a veces. Cree en ti mismo. Confía en otros.
Mira un amanecer. Escucha la lluvia. Rememora. Llora cuando te sea preciso.
Cree en la vida. Ten fe. Disfruta de lo maravilloso. Reconforta a un amigo.
Alberga ideas buenas. Comete algunos errores. Aprende de ellos.
¡CELEBRA LA VIDA!
Jan Michelsen
Ciao
lunes, 20 de junio de 2016
Un hombre pregunta
¿Dónde está Dios? Se ve o no se ve.
Si te tienen que decir dónde está Dios, Dios se marcha.
De nada vale que te diga que vive en tu garganta.
Que Dios está en las flores y en los granos,
en los pájaros y en las llagas,
en lo feo, en lo triste, en el aire, en el agua.
Dios está en el mar y a veces en el templo,
Dios está en el dolor que queda y en el viejo que pasa,
en la madre que pare y en la garrapata,
en la mujer pública y en la torre de la mezquita blanca.
Dios está en la mina y en la plaza,
es verdad que está en todas partes, pero hay que verlo,
sin preguntar que dónde está como si fuera mineral o planta.
Quédate en silencio,
mírate la cara,
el misterio de que veas y sientas, ¿No basta?
Pasó un niño cantando,
tú lo amas,
ahí está Dios.
Lo tienes en la lengua cuando cantas,
en la voz cuando blasfemas,
y cuando preguntas dónde está:
esa curiosidad es Dios, que camina por tu sangre amarga,
en los ojos lo tienes cuando ríes,
en las venas cuando amas
ahí está Dios en ti,
pero tienes que verlo tú,
de nada vale quien te lo señale,
quien te diga que está en la ermita, de nada,
has de sentirlo tú
trepando, arañando, limpiando las paredes de tu casa:
de nada vale que te diga que está en manos de todo el que trabaja,
que se va de las manos del guerrero,
aunque este comulgue o practique cualquier religión, dogma o rama;
huye de las manos del que reza y no ama,
del que va a misa y no enciende a los pobres velas de esperanza,
en el hospital, y en la casa enrejada.
Dios está en eso tan sin nombre
que te sucede cuando algo te encanta;
pero de nada vale que te diga que Dios está en cada ser que pasa.
Si te angustia este hombre que se compra alpargatas,
si te inquieta la vida del que sube y no baja,
si te olvidas de ti y de aquellos, y te empeñas en nada,
si sin porqué una angustia se te enquista en la entraña,
si amaneces un día silbando a la mañana
y si sonríes a todos y a todos das gracias,
Dios está en ti, debajo mismo de tu corbata.
Gloria Fuertes
Ciao.
domingo, 19 de junio de 2016
Adorar es...
Adorar es...
Adorar es postrarse, es reconocer desde la humildad la grandeza infinita de Dios. Sólo la verdadera humildad puede reconocer la verdadera grandeza, y reconoce también lo pequeño que pretende presentarse como grande.
Quizá una de las mayores perversiones de nuestro tiempo es que se nos propone adorar lo humano dejando de lado lo divino. "Sólo al Señor adorarás" es el gran desafío ante tantas propuestas de nada y vacío.
No adorar a los ídolos contemporáneos -con sus cantos de sirena- es el gran desafío de nuestro presente, no adorar lo no adorable es el gran signo de los tiempos de hoy. Ídolos que causan muerte no merecen adoración alguna, sólo el Dios de la vida merece "adoración y gloria".
Adorar es mirar con confianza a Aquel que aparece como confiable porque es dador de vida, instrumento de paz, generador de encuentro y solidaridad.
Adorar es estar de pie ante todo lo no adorable, porque la adoración nos vuelve libres y nos vuelve personas llenas de vida.
Adorar no es vaciarse sino llenarse, es reconocer y entrar en comunión con el Amor. Nadie adora a quien no ama, nadie adora a quien no considera como su amor.¡Somos amados! ¡Somos queridos!, "Dios es amor". Esta certeza es la que nos lleva a adorar con todo nuestro corazón a Aquel que "nos amó primero".
Adorar es descubrir su ternura, es hallar consuelo y descanso en su presencia, es poder experimentar lo del salmo 22: "Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo... Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida".
Adorar es ser testigos alegres de su victoria, es no dejarnos vencer por la gran tribulación y gustar anticipadamente de la fiesta del encuentro con el Cordero, el único digno de adoración, quien secará todas nuestras lágrimas y en quien celebramos el triunfo de la vida y del amor, sobre la muerte y el desamparo.
Adorar es acercarnos a la unidad, es descubrirnos hijos de un mismo Padre, miembros de una sola familia, es como lo descubrió Francisco: cantar las alabanzas unidos a toda la creación y a todos los hombres. Es atar los lazos que hemos roto con nuestra tierra, con nuestros hermanos, es reconocerlo a Él como Señor de todas las cosas, Padre bondadoso del mundo entero.
Adorar es decir "Dios", y decir "vida". Encontrarnos cara a cara en nuestra vida cotidiana con el Dios de la vida, es adorarlo con la vida y el testimonio. Es saber que tenemos un Dios fiel que se ha quedado con nosotros y que confía en nosotros.
¡Adorar es decir AMEN!
Entresacado de un discurso del Card. Jorge Mario Bergoglio (Hoy Papa Francisco) ,en el día del catequista en Argentina.
Ciao.
sábado, 18 de junio de 2016
Ese es Dios
¿Alguna vez te has sentado por ahí y de repente sientes deseos de hacer algo agradable por alguien a quien le tienes cariño?
Ese es Dios... Que te habla a través del Espíritu Santo.
¿Alguna vez te has sentido derrotado y nadie parece estar alrededor tuyo para hablarte?
Ese es Dios... Él quiere hablar contigo.
¿Alguna vez has estado pensando en alguien a quién amas y no has visto hace tiempo y la próxima cosa que pasa es verlo o recibir una llamada de esa persona?
Ese es Dios...
No existe la coincidencia.
¿Alguna vez has recibido algo maravilloso que ni siquiera pediste?
Ese es Dios... Que conoce los secretos de tu corazón.
¿Alguna vez has estado en una situación problemática y no tenías indicios de cómo se iba a resolver y de pronto todo queda resuelto sin darte cuenta?
Ese es Dios... Que toma nuestros problemas en sus manos y les da solución.
¿Alguna vez has sentido una inmensa tristeza en el alma y al día siguiente la tristeza ha pasado?
Ese es Dios... Que te dio un abrazo de consuelo y te dijo palabras dulces.
¿Alguna vez te has sentido tan cansado de todo, al grado de querer morir y de pronto un día sientes que tienes la suficiente fuerza para continuar?
Ese es Dios... Que te cargó en sus brazos para darte descanso.
¿Alguna vez has sentido que tienes tantos problemas y las cosas ya se están saliendo de su cauce y de pronto un día todo está resuelto?
Ese es Dios... Que tomó todas las cosas y las puso en su lugar.
Todo es tan sencillo como....PONERSE EN MANOS DE DIOS...
Ciao.
viernes, 17 de junio de 2016
Lo que duele madurar
De niños tendemos a creer que todo será más sencillo una vez que seamos adultos.
El poder de tomar decisiones propias, nos impulsa a ansiar ese momento con desesperación. Pero conforme vas creciendo, te das cuenta de que con cada decisión viene implícita una responsabilidad que muchas veces no estás listo para afrontar. ¡Duele tanto tener que madurar! Y es que abres los ojos hacia un sinfín de cosas y ves las dificultades que encierran.
Aprendes a amar de forma sincera y te expones a que te rompan el corazón. Te arriesgas a confiar en personas que pueden apuñalarte por la espalda. Tomas consciencia de que quizá valerte por ti mismo, no va a ser tan fácil como creías porque hay muchos retos en el camino.
Conseguir un trabajo, ganar dinero, tener una bonita casa y formar tu propia familia. Buscar y encontrar a la persona adecuada para hacerlo, antes de que se te haga demasiado tarde.
A veces me parece que son muchas presiones para alguien que ha comenzado a vivir y quiere hallar su camino en la vida.
Ciao.
jueves, 16 de junio de 2016
Las virtudes humanas
Hace tiempo aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único en la que no podemos retroceder.
¿Cuál puede ser una vida que comienza entre los gritos de la madre que la da y los lloros del hijo que la recibe?
Queridos amigos, hoy quiero que todos seamos conscientes de la responsabilidad que implica el criar y educar a un niño en armonía con las virtudes humanas.
No podemos olvidarnos que los niños son como esponjas que absorben todo, que nuestros actos y palabras son modelos a seguir para ellos, y que el resultado de su infancia condicionará el resto de sus vidas. Educar en el amor. Educar en nombre de Dios.
Ciao.
miércoles, 15 de junio de 2016
Arreglando el mundo
Un científico, vivía con preocupación todos los problemas del mundo.
Estaba decidido a encontrar por todos los medios una solución. Pasaba días en su laboratorio, en busca de respuestas.
Cierto día, su hijo de 7 años, invadió su lugar de trabajo, dispuesto a ayudarle a encontrar esa ansiada solución.
El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lugar.
Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiera distraer su atención. Encontró una revista, donde había un mapa del mundo, ¡justo lo que precisaba!
Con una tijera, recortó el mapa en varios pedazos y se los entregó al niño con un rollo de cinta, diciendo:
- Hijo, como te gustan tanto los rompecabezas, te voy a dar el mundo en pequeños pedazos, para que lo repares.
El científico pensaba, quizás se demoraría meses en resolverlo, o quizás nunca lo lograse, pero por lo menos, le dejaría tranquilo por un tiempo; pero no fue así.
Pasada algunas horas, escuchó la voz del niño:
- "Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo".
Al principio el padre no dio crédito a las palabras del niño.
¡No puede ser, es imposible que a su edad, haya conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes!
Levantó la vista de sus anotaciones, con la certeza de que vería un trabajo digno de un niño: Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo había sido capaz?
- "Hijito, tú no sabías cómo es el mundo, ¿Cómo lograste armarlo?"
-"Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi del otro lado la figura de un hombre. Así que le di la vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía cómo era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y me di cuenta que había arreglado al mundo."
PARA ARREGLAR EL MUNDO EMPIEZA POR TI
Reflexión:
Los grandes cambios se consiguen con cambios pequeños, en nosotros mismos y nuestro entorno. Para "arreglar el mundo" hemos de empezar por nosotros mismos.
Share Buttons
Ciao.
martes, 14 de junio de 2016
El Coleccionista de insultos
Cerca de Tokio vivía un gran samurai, ya anciano, que se dedicaba a enseñar el budismo zen a los jóvenes.
A pesar de su edad, corría la leyenda de que era capaz de vencer a cualquier adversario.
Cierto día un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos pasó por la casa del viejo.
Era famoso por utilizar la técnica de la provocación: Esperaba que el adversario hiciera su primer movimiento, y, gracias a su inteligencia privilegiada para captar los errores, contraatacaba con velocidad fulminante.
El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una batalla.
Conociendo la reputación del viejo samurai, estaba allí para derrotarlo y aumentar aún más su fama.
Los estudiantes de zen que se encontraban presentes se manifestaron contra la idea, pero el anciano aceptó el desafío.
Entonces fueron todos a la plaza de la ciudad, donde el joven empezó a provocar al viejo:
Arrojó algunas piedras en su dirección, lo escupió en la cara y le gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus ancestros.
Durante varias horas hizo todo lo posible para sacarlo de sus casillas, pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, ya exhausto y humillado, el joven guerrero se retiró de la plaza.
Decepcionados por el hecho de que su maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron:
- ¿Cómo ha podido soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usó su espada, aun sabiendo que podría perder la lucha, en vez de mostrarse como un cobarde ante todos nosotros?
El viejo samurai repuso:
- Si alguien se acerca a ti con un regalo y no lo aceptas, ¿A quién le pertenece el regalo?
- Por supuesto, a quien intentó entregarlo -respondió uno de los discípulos.
- Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos, añadió el maestro, cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los cargaba consigo.
Reflexión:
¿Qué pasaría si no cedemos a provocaciones, insultos e intentos de humillación? No podemos cambiar la actitud de los demás, pero podemos elegir no entrar en el juego, y no caer en la provocación. ¿Se os ocurre algún ejemplo de vuestro día a día en donde podáis aplicar las enseñanzas del maestro samurai...?
Share Buttons
Ciao.
lunes, 13 de junio de 2016
Todo es prestado
Pensemos en todo lo que forma parte de nuestra vida: Los seres queridos, los amigos, el dinero, la casa, el coche... Y todo lo material que tenemos.
¿Ya lo has pensado? Pues quiero que sepas que nada de eso nos pertenece.
Todo, absolutamente todo lo que está en nuestro poder nos ha sido prestado y si pensamos que somos los dueños de todo lo que tenemos, estamos muy equivocados.
Cuando nacemos Dios nos presta la vida, una familia, un lugar en el mundo y todo lo que nos rodea.
La mayoría de la gente no entiende que venimos a este mundo y que tenemos un tiempo limitado de vida pero lo cierto es que cuando somos llamados, muchas veces sin previo aviso, tenemos que irnos y por supuesto, sin llevarnos nada.
Tanto si hemos tenido éxito en la vida o no, debemos ser conscientes que lo mucho o poco que tenemos es un regalo o un préstamo que Dios nos está haciendo para que lo administremos bien.
Muchas veces no sabemos administrar y aprovechar lo que Dios nos está prestando y esta situación en principio es buena, se puede convertir en una verdadera tragedia si despilfarramos esos regalos y no le damos la utilidad que debemos darle y para la cual Dios nos lo ha prestado. Porque la mayoría de las veces el tener muchas riquezas hace que nos volvamos avaros y que tengamos muchas más tentaciones y deseos de hacer cosas que nunca antes pasaron por nuestra mente.
Mientras el dinero nos dure nos sentiremos muy felices, pero... ¿Cuánto tiempo puede durar en nuestras manos todo lo que tenemos? ¿Qué pasaría si de pronto lo perdieramos todo? ¿Vale la pena hacer tanto sacrificio, que en la mayoría de los casos afectan la salud, la familia o nos cuestan la propia vida?
Personalmente creo que no merece la pena hacer un esfuerzo desmedido por correr detrás del dinero, cuando lo que tenemos es suficiente. esta carrera hace que nuestra vida se transforme en una permanente maratón, en busca de tener más y más y pienso honestamente que dicha actitud no tiene ningún sentido.
Quiero que entiendas que nada es nuestro, que todo lo que tenemos es un préstamo que Dios nos ha dado por el tiempo que estemos en esta vida y cuanto antes lo asumamos, más libre viviremos.
No está mal, que tengamos dinero y riquezas materiales, lo bueno es que las disfrutemos y las compartamos para que sean parte de nuestra felicidad. No está bien que ellas nos conviertan en un esclavo de nuestra propia vida.
Ciao.
domingo, 12 de junio de 2016
Somos Bendecidos
A veces no nos damos cuenta lo bendecimos que somos por Dios, al despertar y experimentar de un día más, al ver el rostro de tu esposa que con mucho amor te despide antes de salir a trabajar, al ver la sonrisa de tu hijo para el cual eres un héroe y muchas más cosas que pasan desapercibidas muchas veces para nosotros.
Y es que nuestra naturaleza, nos hace muchas veces querer más de lo que realmente necesitamos, nuestra naturaleza pecaminosa muchas veces trata de llenar nuestro vacío espiritual a través de cosas que realmente no lo llenaran.
Somos seres carnales, fácilmente fallamos, fácilmente hacemos el mal, pero no podemos negar también que hay en nosotros una necesidad espiritual fuerte. Y es que fuimos creados con ese propósito, fuimos hecho por Dios y para Dios, su intención al crearnos era que lo buscáramos, que lo agradáramos, pero hemos distorsionado ese propósito, hemos hecho lo que supuestamente nos satisface, cuando en realidad tenemos que ser sinceros: Nada nos llenara de la forma en que Dios nos llena.
Hoy pido perdón a Dios por las veces que no he sido agradecido, por las veces que no he valorado lo que me ha dado y por lo débil que he sido en algunos momentos de mi vida.
Somos más bendecidos de lo que creemos y si tenemos a Dios de nuestra parte, no nos falta nada más.
¿Recuerdas la vez que por poco y te asaltan?, pues Dios estuvo allí para cuidarte.
¿Recuerdas la vez que no tenías dinero para pagar las cuentas?, fue Dios quien utilizo ese medio para enviarte la provisión.
¿Recuerdas esa vez que te escapaste de ese accidente?, no fue tu capacidad o la del que iba al volante, sino que fue Dios quien te guardo.
¿Recuerdas esa vez que estabas enfermo?, pues fue Dios quien te sano.
Hay tantos detalles de la vida que no percibimos, cosas que no le damos la importancia que merecen pero que realmente ha sido la mano poderosa de Dios obrando en nuestra vida.
Fuimos creados con el propósito de buscar de Dios, fuimos creados con una necesidad profunda del Señor, y aun cuando quieras negarlo o tratar de llenar esa necesidad de Dios por cualquier otra cosa, siempre volverás al mismo lugar, porque tú fuiste creado para estar de la mano de Dios, porque esa es su voluntad.
¿Por qué no nos volvemos a Dios?, ¿Por qué no comenzamos a ser agradecidos con El por lo que nos ha dado?, es hora de comenzar a vivir como a Él le agrada, es momento de hacer un alto a nuestra vida tan acelerada y darnos cuenta que somos más bendecidos de lo que imaginamos.
Hoy al llegar a casa le daré un beso enorme a mi esposa y le diré lo mucho que la amo, abrazare a mi hijo hermoso y le diré que tratare de ser el mejor padre que pueda ser, que mi anhelo será siempre parecerme a Jesús, porque un día quiero que él, mi pequeño se parezca a mí.
“¡Gracias a Dios por lo que nos ha dado! ¡Es tan valioso que no hay palabras para describirlo!” 2 Corintios 9:15
¡Somos más bendecidos de lo que creemos!
Enrique Monterroza
Ciao.
sábado, 11 de junio de 2016
No te preocupes, todo está bajo control
Todo lo relacionado con nuestra vida está ahora bajo el dominio absoluto de Dios. ¡Todo!
Nada se escapa de Su control, aun hasta las consecuencias que propiciamos en el pasado por no seguir sus indicaciones.
Su presencia real y activa nos satura, nos envuelve, nos dirige y obra siempre a nuestro favor, así que no desesperemos ante ese inconveniente inesperado que se ha presentado en estos instantes. ¡Hay un propósito soberano de Dios!
Dios nos enviará personas específicas para que nos despejen el camino por donde debemos transitar.
Todo esto no será por suerte. Todo nos lo está preparando justamente ahora para nuestro beneficio y para las personas que nos rodean.
Traigamos a nuestra memoria todas las ocasiones pasadas en las que comprobamos su divina intervención. Así lo volverá a hacer otra vez a pesar de no merecerlo.
“Acordaos de las maravillas que ha hecho, de sus prodigios y los dichos de su boca”
Salmo 105:5
Que Dios nos abra los ojos para que podamos “verlo” en medio de todos nuestros acontecimientos, y no dudemos nunca más de su poderosa y eterna bondad...
¡Dios tiene el control de nuestras vidas, no lo olvidemos nunca!
Ciao.
viernes, 10 de junio de 2016
Esto es lo que necesitamos ahora...
Necesitamos recordar que Dios nos ha diseñado y creado para la eternidad...
Necesitamos descansar en el proceso formativo de Dios, aunque no entendamos sus procedimientos...
Necesitamos “ver” más allá de las realidades terrenales...
Necesitamos amar a nuestro prójimo, comenzando obviamente desde nuestro hogar...
Necesitamos alumbrar con nuestro testimonio cristiano el entorno que nos rodea...
Necesitamos recordar que Dios permanece pendiente de cada circunstancia que nos toca vivir...
Necesitamos cultivar nuestra vida espiritual mediante la oración y la reflexión bíblica.
Ciao.
jueves, 9 de junio de 2016
¿Qué será, será?...
A veces me pregunto lo de la canción: ¿Qué será? ¿Qué será? ¿Qué será de mi vida? ¿Qué será?
Y la incertidumbre hace de las suyas con mi futuro… Crea inseguridades, planes basados en el ego más profundo: “Yo, mí, me, conmigo” en torno a ilusiones y proyectos de alta gama que imagino cumplidos. Lo de Dios no entra en esas preguntas.
A veces me pregunto si me equivoco, si la cuestión debería ser: ¿Cómo quiero posicionarme ante la vida? ¿Cómo es la persona que quiero ser?
Y ahí es donde Dios irrumpe, porque el Evangelio me da pistas, Jesús me da una manera de estar en este mundo: Aliviando sufrimientos, alentando a los cansados, curando a los que tienen heridas…
A veces me pregunto si no es más fácil seguir divagando sobre qué acontecerá, antes que ponerme a construir…
Pero… ¿Es así como quiero vivir?
Ciao.
miércoles, 8 de junio de 2016
Salir de nosotros mismos
Impone pensar en el carácter cada vez más individualista y narcisista del hombre. Construye autopistas o se vuelca en las redes sociales, pero no sale de su “yo”; vive con una urgencia que desgasta, ensimismado en sus intereses, en una soledad sumergida pero cómoda, dentro de los muros de su castillo. Aterra considerar que estemos perdiendo la capacidad de sentir y de expresar amor.
Y, sin embargo, el encuentro con Jesús nos invita siempre a otro estilo: Agradecer, acoger, sembrar… A tener un corazón inquieto, que rompa esos muros que nos aíslan, y nos permita mirar hacia un mundo necesitado de personas con deseos de trabajar por la justicia y por el Reino de Dios.
Este corazón inquieto lo tienen los voluntarios, que desligándose de la lógica de la productividad, dan su tiempo a los demás abriendo las murallas de su castillo, adquiriendo en la vida una dimensión nueva y más profunda, una dimensión que bebe del amor gratuito y dinamizador, una dimensión que nos recuerda que en nuestra vida lo urgente no puede sustituir a lo importante.
Espiritualidad Ignaciana
Ciao.
martes, 7 de junio de 2016
Charla entre la razón y el corazón…
¿Y si en realidad el tiempo no lo pudiese todo, si no fuese tan cierto que las cosas con el pasar de los días se van olvidando, o las heridas no se van cerrando, cuantas cosas cambiarían?
Porque es muy fácil pensar que con solo dejar pasar los días, meses o años las cosas se solucionan, y lo peor es que uno se auto convence, y se cree un superado, alguien que tuvo la suerte de superar un dolor y sobreponerse, y se vuelve a sentir fuerte…
Sin embargo, un buen día, quizá el menos pensado, todo el castillo que creías tan sólido comienza a temblar, porque te encuentras de nuevo cara a cara con el dolor, con ese sentimiento tan helado y tan dormido del que ya casi ni te acordabas, y que, muy a pesar de todo, sigue ahí, y comienza a despertarse con todas las fuerzas acumuladas por el tiempo en que estuvo inactivo y quiere salir, quiere gritar que está vivo y que va a dar pelea, por que la RAZÓN piensa:
”¡Otra vez no! ¿O acaso no te acuerdas el tiempo que te costó volver a ponerte en pie?, ¿O no te acuerdas de esas noche sin dormir, de esos desvelos y angustias, de tus días vacíos, de tus noches sin estrellas? ¿Quieres realmente volver a vivir todo eso, o ahora que ya estas de pie no sería mejor que anduvieras por otros caminos? Porque, sinceramente, amores no te faltan, tienes la capacidad de enamorar a quien quieras, y te vas a hacer problema por un hombre/una mujer que, en realidad, no sabes si te quiere, no sabes si te engaña…
¡Piensa! ¡No te equivoques! Una vez creíste tocar el cielo con las manos y en un instante descendiste al más profundo de los infiernos, ¿Crees que vale la pena?
Haz lo que te digo, no existen los amores eternos, y seguramente, todo eso lo único que te va a hacer es ilusionarte y volverte a lastimar“
Y se hace un silencio eterno…
El CORAZÓN, aturdido por las palabras de la RAZÓN, se queda sin aliento, pero después de un rato de pensar, donde la RAZÓN ya creía tener ganada la partida, el CORAZÓN replica:
“No sé si tus palabras son del todo ciertas, pero sí sé que no son tampoco del todo equivocadas: No es lo mismo pensar que sentir, no es lo mismo razonar que hacer las cosas impulsivamente, porque los que piensan son aquellos que nunca se arriesgan, y pobre de aquel que no esté dispuesto una vez en su vida a perderlo todo por la persona que ama, pobre de aquel que no está dispuesto a olvidar, porque nunca será perdonado, pobre de aquel que es tan ciego y vacío, que no es capaz de dejar de lado todas las trivialidades de la vida por amor… Pobre de quien teniendo en frente el amor de su vida, no es capaz de quitarse la careta y sentir… Porque el amor no sólo es alegría, no solo es paz y ternura, el amor es también dolor y lágrimas, es angustia y desvelo, es muchas cosas, pero bueno… la verdad es que no sé qué pesa más, si la RAZÓN o el CORAZÓN.
Lo que si sé es que si uno no siente se transforma simplemente en una roca, una cosa que no es capaz de demostrar cariño y confianza, un cuerpo sin alma.
Por eso creo que uno debe jugarse por lo que siente… le puede salir bien o mal, puede equivocarse o vivir el resto de su vida con la persona que ama… lo que sí es cierto es que jamás perdonaría a alguien que por rencor o desconsuelo no sea capaz de tomar a la persona que ama, y gritarle a todo el mundo que por ella daría la vida…
Y, por último, otra cosa que tengo bien clara, es que el que se enamora soy yo, y el amor se siente con el CORAZÓN, no con la CABEZA“.
Se hizo el silencio… Y sin mediar palabra, el CORAZÓN, decidió tomar el camino correcto… Y fue tras el amor…
Autor desconocido
Ciao.
lunes, 6 de junio de 2016
"Necesito mi espacio"
¿Necesitas espacio? Dátelo...
"Necesito mi espacio". He ahí una frase muy conocida cuando la situamos en el contexto de las relaciones personales. Quien la dice, reclama libertad de movimientos a otra persona, porque siente que le está haciendo un marcaje más estrecho de la cuenta.
El espacio representa holgura, tranquilidad, descanso… Y, tal vez, lo necesitamos en más áreas y circunstancias. Por ejemplo, en éstas que vamos a enumerar.
En los objetivos personales:
Hay poco espacio en un plan rígido, donde las expectativas estén cerradas a cal y canto y los detalles se calculen al milímetro.
Por contra, te estás dando espacio cuando aceptas errores o pobres resultados, afrontas imprevistos, ajustas los planes, aprovechas alguna oportunidad con la que no contabas, etc.
Tu objetivo sigue claro y bien definido. Pero te estás dando margen de acción para adaptarte a las circunstancias.
En las tareas cotidianas:
Hay poco espacio en una agenda con escasas horas libres. Todo está programado, tanto el trabajo como la diversión, y hay que aprovechar a tope cada minuto.
Una agenda con huecos, en cambio, te da espacio para ser espontáneo y para descansar cuando lo necesitas.
En tu cabeza:
Sí, ahí mismo. Tu cabeza se llena de problemas, de planes o del ruido de las interrupciones constantes.
Cuando desconectas un rato de todo ese lío, te estás dando espacio.
¿Un ratito de relax sin pensar nada más que en la delicia de café que te estás tomando? ¡Ay… Quién no necesita espacios de éstos…!
En tu casa:
El desorden y la acumulación excesiva son estresantes: La mesa llena de papeles, el trastero a rebosar de cajas que ni se sabe lo que contienen, el armario atestado de ropa que no te gusta y no piensas usar, etc. Al quitar lo que no sirve, también te estás dando espacio.
En tu presupuesto:
Si gastas cada céntimo que entra, no te das espacio para atender gastos imprevistos, que no son tan imprevistos, ya que surgen con más frecuencia de lo que uno quisiera.
En cambio, cuando tienes la oportunidad de reservar un poco de dinero y la aprovechas, sí te das espacio para atender emergencias o gastos extra y, con suerte, hasta puedes ahorrar. Así no vives tan ahorcado.
¿Cuál es la moraleja de esto? ¿Cómo puedes darte espacio, independientemente del área de la que hablemos? Quitando lo que sobra.
El exceso puede ser asfixiante en muchas áreas (gastos, preocupaciones, compromisos, tareas, objetos que estorban, etc.).
Si estás agobiado en alguna de ellas, prueba a quitar un poquito de lo que sobra. El hueco que ganes aunque sea pequeño, regálaselo a tu paz mental.
Ciao.
domingo, 5 de junio de 2016
¿Sales a la calle sin tu móvil?
Érase una vez una persona muy sociable, de ésas que conocen a mucha gente y disfrutan del contacto con unos y otros. Y, qué curioso, no necesitaba llevar consigo un teléfono las 24 horas para estar localizable.
Solían llamarle a casa y, cuando no estaba, dejaban un mensaje en un aparato que se llamaba “contestador”. Él les respondía cuando tenía un ratito y, si el interesado no le atendía en ese momento, llamaba después.
Cuando surgía un asunto importante fuera de casa y necesitaba hacer una llamada, esta persona utilizaba una cabina o un locutorio telefónico.
Veinte años más tarde, sólo veinte, la revolución tecnológica había cambiado su vida. Ahora sí que estaba localizable, gracias a su teléfono móvil.
La gente ya no llamaba a su casa, sino al móvil. Cuando no recibían respuesta inmediata, probaban con un sms, con un e-mail, con el Whatsapp, con Twitter, con Facebook…
Si, por alguna razón, no atendía el mensaje, la gente se impacientaba:
– ¿Dónde estás? No hay manera de hablar contigo.
Eso pudo pasar hoy mismo, que nuestro protagonista decidió salir de casa sin teléfono para charlar tranquilamente con sus amigos en una terraza. Se puso de acuerdo con ellos y todos se dejaron el teléfono atrás por un rato.
Descansaron de interrupciones, actualizaciones y noticias, y decidieron vivir la experiencia de los viejos tiempos; ésos en los que podías estar escuchando una historia, sin que quien hablaba la detuviera para contestar varias llamadas.
Esos tiempos en los que la gente veía un partido de fútbol, un programa o una película, sin la urgencia de no perder comba en las redes sociales.
Esos tiempos en los que no estábamos disponibles durante las 24 horas.
Los de ahora son muy divertidos, muy prácticos, muy rápidos, muy flexibles. Pero, de vez en cuando, qué bien sienta retomar la costumbre de saborear una tarde con los amigos, por ejemplo.
¿Te atreverías tú a vivir una experiencia de la prehistoria tecnológica saliendo a la calle sin teléfono móvil?
Ciao.
sábado, 4 de junio de 2016
¿Quién me habrá mandado meterme en este lío?
¿Quién me habrá mandado meterme en este lío?
Cuántas veces nos hacemos esta pregunta cuando nos vemos envueltos en un pequeño o gran lío ¿Verdad? Nadie nos obligó a meternos ahí. Fue nuestra propia decisión. Y, ya que nos metimos, también vamos a salir del lío.
Quédate tranquilo no eres el primero que se hace la pregunta. Yo me la he hecho a menudo al aceptar ir a ciertos eventos o haciendo ciertas cosas a las que me he comprometido y después me he dado cuenta de que no me gustaban. (¿Qué hago aquí? ¿Quién me mandaría venir?) Otro, se la habrá hecho al ofrecerse para un trabajo. Así, muchos más.
Tomamos decisiones que, a veces, distan de ser las mejores. O que van bien al principio y después les sale lo engorroso, pero que debemos de apechugar con ellas, lo mismo que nos alegramos con los aciertos.
Si somos libres para elegir, somos responsables frente a las consecuencias de nuestras decisiones.
Lo abrumador es que estamos continuamente decidiendo. De hecho, la suma de nuestras decisiones es lo que nos ha traído hasta aquí.
Ahora mismo, ¿Estás de pie o sentado? Si estás sentado, ¿En un sofá o en una silla? Incluso en la posición actual de nuestro cuerpo hay decisiones involucradas. Y solo nosotros somos los responsables de las mismas.
De acuerdo. Pocas veces somos plenamente conscientes y racionales tomando decisiones. Como son tantas al cabo del día, echamos mano de atajos y respuestas automáticas.
Es lo que pasa cuando nos invitan a una fiesta y no somos capaces de negarnos y le decimos que sí. Una vez allí, nos lamento y arrepentimos de haber ido y nos preguntamos: ¿“Quién me mandaría venir”?
Pongamos que el anfitrión nos presionó. Pero él no es culpable. No nos obligó a punta de pistola a aceptar la invitación. Fuimos nosotros los que decidimos ir a la fiesta. Y, por tanto, somos nosotros los responsables de sacarnos (lo antes posible, en este caso).
Conviene que esto siempre lo tengamos en cuenta, porque vamos a tomar bastantes decisiones equivocadas. Es prácticamente imposible ser racional a tiempo completo, y conocer cada aspecto y consecuencia de cada decisión que tomamos.
Pero, ya que nos damos cuenta de que hemos desembocado en un punto donde no queremos estar, está en nuestra mano “sacarnos” de ahí y tomar una nueva decisión.
Si yo me metí, yo me sacaré, como me he sacado de tantas decisiones tontas que he tomado en la vida. Y como me sacaré de otras, cuando me dé cuenta de lo tontas que son.
Aprenderé. Tomaré nota para decisiones similares en un futuro. Seguiré aceptando la responsabilidad por aciertos y errores… Es que ser libre da mucho trabajo. ¿Quién me mandaría ser libre?
Ciao.
viernes, 3 de junio de 2016
¿Sumamos?
Cada día que despertamos tenemos la oportunidad de realizar pequeños avances allá donde cada uno de nosotros decidamos. Avances que se sumarán a los que ya hemos hecho y que mañana serán la base desde donde poder seguir sumando.
Las pequeñas sumas suelen ser fáciles de hacer: Un abrazo que refuerza una relación, una monedita más en la hucha, un ratito haciendo ejercicio… Quizás su mayor inconveniente es que, como son tan fáciles, no les damos importancia y nos las saltamos.
En un día común y corriente, como éste mismo, perdemos la perspectiva. No advertimos el poderoso alcance de las acciones pequeñas. Olvidamos que, gracias a ellas, construimos con el tiempo cosas valiosísimas.
Por eso es necesario que lo recordemos a menudo. Las pequeñas acciones realizadas consistentemente nos cambian la vida.
Los giros inesperados que suponen enormes cambios positivos (o negativos) son menos frecuentes.
Pero, con estas pequeñas sumas, sí que podemos contar a diario. Tal vez sean imperceptibles en un día dada su insignificancia, que pensamos que son muy poquita cosa y po eso no los valoramos como se merecen. Lo que no impide que con el tiempo se transformen en algo grande.
Y hoy tenemos unas cuantas oportunidades para sumar: Un pasito aquí; un ajuste allá; una pequeña mejora en el otro lado. Con las acciones que realicemos estaremos progresando, moviéndonos en la dirección que queremos.
¿En qué vas a sumar tú? ¿Qué oportunidades vas a aprovechar HOY para darle forma a la vida que quieres?
Visto así el día, con oportunidades y sumas que celebrar, dan más ganas de ponerse manos a la obra con las cuestiones importantes en las que cada uno de nosotros trabaja
¿Verdad? Pues, ¡Adelante! Porque hoy es día en que vamos a empezar a sumar donde a cada uno de nosotros nos interese.
Ciao.
jueves, 2 de junio de 2016
¿Qué hacemos cuando estamos tristes?
Todos pasamos por días o rachas en las que nos sentimos tristes, pero cada cual sobrelleva estos momentos a su manera.
Como las energías no acompañan, hay personas que prefieren bajar el ritmo y tomarse esos días con calma para reflexionar. En el extremo opuesto, están quienes prefieren distraer las penas participando en actividades variadas.
¿Hacia qué lado te decantas tú más?
Supongo que si estamos muy tristes, tal vez no nos alivie mucho pasar todo ese tiempo quietos, dándole vueltas al dolor. Y tampoco anestesiarlo con un exceso de actividad que nos libere de pensar o de llorar. Porque, cuando menos lo esperemos, la tristeza “nos cazará” de nuevo.
Habría que encontrar un término medio, una respuesta menos extrema, que no sea ni dejarnos engullir por la tristeza regodeándonos en nuestras penas, ni escapar de ella haciendo tantas actividades, que no podamos pensar en el verdadero motivo de nuestra tristeza, y tratar de averigualo para intentar ponerle solución.
En las medidas que nos recomiendan los psicólogos encontramos una saludable postura intermedia y flexible, para que cada cual la adapte a su estilo y a la situación en la que está viviendo.
El punto de partida sería aceptar la emoción, concediéndonos el derecho a estar tristes y dándonos ese espacio para reflexionar sobre qué es lo que nos falta, que es la función que cumple la tristeza. Y lo que sigue es encontrarle un cauce a la emoción.
En cuanto a encontrar el cauce, es donde cada uno se decantará por sus opciones favoritas y es a lo que se refiere la pregunta de la entrada.
¿Cuáles son las tuyas? Os dejo cinco de mis preferidas.
1. Dormir: El día ha sido agotador y trabajoso. Y, cuando estamos cansados, los ánimos también pueden venirse al suelo. A veces basta un buen descanso para ver las cosas de un modo distinto.
2. Salir de nosotros y ver otras realidades: Escuchar y ayudar a otros cuando estamos de bajón, nos sirve para desconectar un rato de esa tristeza. Además, ver que el otro se siente mejor, nos anima a nosotros también. Y, si no es así, nos anima el hecho de que hemos dado algo valioso de nosotros mismos.
3. Salir de casa, especialmente si nos movemos con la agilidad que nos permita el cuerpo. Un paseo por un escenario natural es un remedio efectivo y mirad lo barato que sale.
4. Realizar actividades creativas: Bienvenidos sean los hobbies en los momentos de tristeza: Pintar, escribir, tocar un instrumento… Son otro bálsamo para el alma atribulada.
5. Limpiar y ordenar: ¿Estoy de broma? Pues no. Ésta es otra actividad que aplaca el estrés y levanta los ánimos, especialmente cuando acabamos la faena y contemplamos nuestra obra.
Ninguna de esas opciones nos fuerzan a estar alegres. Si estamos tristes, estamos tristes. Ni es malo, ni es raro.
Pero, ya que hemos escuchado a la tristeza a través de algunas de estas actividades realizadas, nos permiten descansar e ir prestando atención a otras actividades, cosa que hará que pase antes la borrasca emocional, para que podamos ver la realidad de un modo distinto.
Ciao.
miércoles, 1 de junio de 2016
Palabra de Vida Junio 2016
«Vivid en paz unos con otros» (Mc 9, 50).
¡Qué entonada esta invitación de Jesús a la paz en medio de los conflictos que desgarran a la humanidad en tantas partes del mundo! Mantiene viva la esperanza, sabiendo que Él es la paz y ha prometido darnos su paz.
El Evangelio de Marcos recoge esta palabra de Jesús al término de una serie de dichos que dirige a sus discípulos, reunidos en casa en Cafarnaúm, en los que explica cómo debería vivir su comunidad. La conclusión es clara: todo debe llevar a la paz, la cual contiene todo bien.
Y esta paz estamos llamados a experimentarla en la vida cotidiana: En la familia, en el trabajo, con quien piensa distinto en política. Una paz que no teme encontrarse con opiniones discordantes, de las que hay que hablar abiertamente si queremos una unidad cada vez más verdadera y profunda. Una paz que exige al mismo tiempo que estemos atentos a que la relación de amor nunca falte, porque el otro vale más que las diferencias que pueda haber entre nosotros.
«Dondequiera que llega la unidad y el amor recíproco –afirmaba Chiara Lubich–, llega la paz, la paz verdadera. Porque donde hay amor recíproco, está presente en cierta medida Jesús en medio de nosotros, y Él es la paz, la paz por excelencia».
Su ideal de unidad había nacido durante la segunda guerra mundial, y enseguida se reveló como un antídoto al odio y a la aflicción.
Desde entonces, ante cualquier nuevo conflicto, Chiara siguió proponiendo con tenacidad la lógica evangélica del amor.
Por ejemplo, cuando estalló la guerra de Irak en 1990, expresó su amarga sorpresa al oír «palabras que creía sepultadas, como “el enemigo”, “los enemigos”, “comienzan las hostilidades”, además de los partes de guerra, los prisioneros, las derrotas […]. Nos dimos cuenta con consternación de que se hería en lo más profundo el principio fundamental del cristianismo, el “mandato” por excelencia de Jesús, el mandamiento “nuevo”. […] En lugar de amarse mutuamente, en lugar de estar dispuestos a morir el uno por el otro», la humanidad volvía a caer «en el abismo del odio»: desprecio, torturas, matanzas.
¿Cómo salir de ahí?, nos preguntábamos. «Debemos tejer, donde sea posible, relaciones nuevas, o profundizar en las ya existentes, entre los cristianos y los fieles de las otras religiones monoteístas: Los musulmanes y los judíos», o sea, entre quienes estaban entonces en conflicto.
Lo mismo vale para cualquier tipo de conflicto: Tejer entre personas y pueblos relaciones de escucha, de ayuda recíproca, de amor, diría Chiara, hasta «estar dispuestos a morir el uno por el otro».
Hace falta dejar de lado nuestras propias razones para entender las del otro, aun sabiendo que no siempre llegaremos a entenderlo hasta el fondo. También el otro hará probablemente lo mismo que yo y quizá tampoco él me entenderá a mí ni mis razones. Sin embargo, queremos permanecer abiertos al otro, aunque persistan las diferencias y la incomprensión, y salvar ante todo la relación con él.
El Evangelio lo plantea como un imperativo: «Vivid en paz», señal de que requiere un compromiso serio y exigente. Es una de las expresiones más esenciales del amor y de la misericordia que estamos llamados a vivir unos con otros.
FABIO CIARDI
Ciao.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)





























