domingo, 31 de mayo de 2020

Preparando el corazón para Pentecostés


Señor, ahora que nos preparamos para recibir tu Espíritu en Pentecostés, te quiero pedir me ayudes a abrir mi corazón para que todo lo que reciba me lleve a más amar y servir, así como tu Hijo Jesús.

Te pido:

- FORTALEZA para sostener a mis hermanos cuando se encuentren quebrantados, así como lo hacía Jesús con los enfermos, atormentados, excluidos y empobrecidos.

- PIEDAD para conmoverme hasta las entrañas cuando vea situaciones injustas y deshumanizantes. Y, así como hacía Jesús, trabajar por dignificar la vida de todas las personas.

- TEMOR DE DIOS para amarte sobre todas las cosas, que no sienta miedo de ser amado por ti así como amaste a Jesús y experienciar ese profundo vínculo de amor de Padre-Hijo(a).

- CONSEJO para que pueda consolar y orientar a otros desde el amor y la caridad, así como Jesús consolaba y sembraba esperanza y bondad en el corazón de las personas.

- ENTENDIMIENTO para saber discernir mis afectos y mis deseos y, así como Jesús, que sepa elegir sólo aquello que me acerque más a tu amor y a tu servicio, a través de los otros.

- SABIDURÍA para mirar y amar a la humanidad así como tú la amas, descubrir todo lo bueno que tú ves en el corazón humano y todo aquello por lo que Jesús entregó su vida por nosotros.

- CIENCIA para encontrarte en todo lo creado, descubrir cómo todo lo bueno proviene de ti y cómo es que cada día te vuelves a entregar a nosotros para que tengamos vida, alimento, amor, salud, fe y compañía.

Gracias Señor, por compartirnos tu Paternidad, por compartirnos a tu Hijo Jesús y tu Santo Espíritu. 
Gracias por compartirnos el mismo Espíritu que Jesús recibió cuando fue bautizado y lo dispuso para esa gran misión. 
Gracias por ser tus hijos muy amados.

P. Jorge Becerra, SJ 

Ciao.

sábado, 30 de mayo de 2020

El arte de estar solo


Todo es prisa y aglomeración en la vida moderna. Vivimos un ritmo tan apretado que apenas queda hueco para estar solo. Y, sin embargo, son cada vez más los que sienten el peso de la soledad. Por otra parte, la soledad es una experiencia compleja.
Hay una soledad mala que empobrece y destruye al individuo. Y hay también una soledad enriquecedora que ayuda a crecer. Por eso hay personas que sufren la soledad mientras otras la buscan.
Según los expertos, las situaciones pueden ser diversas. Hay personas que «están solas y se encuentran solas». Sienten la falta de compañía. No tienen con quien desahogarse. No conocen la experiencia de la comunicación confiada con alguien que las escuche y comprenda. Es fácil entonces la tristeza, el pesimismo o la depresión.
Hay también personas que «están acompañadas, pero se encuentran solas» Viven rodeadas de mucha gente, pero se sienten terriblemente solas. No aciertan a comunicarse. Han perdido la fe en los demás. Viven enclaustradas en sí mismas. Esta soledad mata la alegría de vivir.
Hay, sin embargo, personas que «están solas, pero no se encuentran solas». No hemos de pensar en los «solitarios» por excelencia, que buscan el «desierto» para vivir su propia experiencia.
Hay quienes necesitan momentos de soledad para encontrarse consigo mismos y sentirse en contacto más profundo con el mundo que los rodea. Esta soledad enriquece a la persona.
Por eso, para liberarse de una soledad dañosa es necesario, sin duda, abrirse a los demás, crear lazos, dejarse enriquecer por los otros. Pero es también importante saber encontrarse consigo mismo, escuchar lo mejor que hay en nosotros, acoger la vida que brota desde dentro.
En ese silencio interior vive el creyente la presencia del Espíritu de Dios. Sin miedos. Con confianza ilimitada. A solas con el que sólo es Amor y fuerza para vivir. Amando y sabiéndose amado.
Ese tiempo dedicado a silenciar nuestro sistema nervioso y a tomar conciencia de nuestro enraizamiento en Dios, no es tiempo perdido.
En ese silencio habitado por el Espíritu, Dios nos trabaja, nuestro yo más profundo se recupera, crece nuestra paz interior, nuestra vida se unifica. De esa experiencia extrae el creyente las mejores fuerzas para vivir.
En esta fiesta de Pentecostés en que pedimos a Dios el don de su Espíritu, quiero recordar esas «letrillas» con que San Juan de la Cruz describe esa soledad enriquecedora que el Espíritu de Dios nos puede hacer gustar: «Olvido de lo creado; memoria del Creador; atención a lo interior; y estarse amando al amado.» ...

José Antonio Pagola

Ciao,

Si perdemos el rumbo...


Hay días en los que parece que perdemos el rumbo, que nuestras búsquedas no tienen sentido, que los afanes están vacíos. Días en los que nos sentimos cansados, frustrados o inseguros. Vienen a nuestra vida, esos días en que necesitamos unos brazos que nos sostengan, una palabra amiga que nos anime, un corazón cercano que nos escuche, que nos comprenda y sin juzgar guarde silencio junto a nosotros.

Son esos días en los que necesitamos volver. Es decir, necesitamos ir a la fuente, volver a Aquel que nos sostiene, que corre a nuestro encuentro con los brazos abiertos (Lc 15,20), que nos ofrece el descanso (Mt 11,28), que nos escucha y comprende sin juzgarnos (Jn 3,17), que nos ama hasta el extremo (Jn 13, 1). 
Son esos días en los que la ternura de Dios esta a la puerta de nuestras vidas. Esos días en los que sus brazos nos esperan, porque su amor es siempre más fuerte. En esos días no dudemos en volver.

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

viernes, 29 de mayo de 2020

Orar


Orar...
Orar es perderse en un silencio habitado.
Es escuchar, anhelando la voz amiga.
Es confiar, más allá de la eficacia y el método.
Es pelear contra los propios demonios.

Orar es jugarse la vida a una promesa.
Es hacer silencio para que se llene de música.
Es confiar en lo prometido más allá de las evidencias.
Es jugarse el tiempo sin comodín ni garantías.

Orar es mirarse a un espejo distinto.
Es amar una caricia intangible.
Es hacerse niño en los anhelos
y volcar lo frágil en un concierto sin música.

Orar es bailar con la niebla.
Es darle libertad a Dios,
para cantar o callar, para llamar o esperar.

Orar es recordar de otro modo.

José María Rodríguez Olaizola, SJ

Ciao.

jueves, 28 de mayo de 2020

¿Cómo están ustedes?


Gracias a José Luis Olea SJ, por ayudarnos a recordar que si ocultamos los problemas tras una máscara de bienestar solo estamos sembrando problemas futuros...

Todos sabían que la respuesta era «¡Bieeeeen!». Así recibían los niños a los payasos de la tele, que saltaban al escenario del circo al grito de «¿Cómo están ustedeeees?». 
Sin duda es una forma educada de iniciar cualquier conversación, pero a poco que seamos honestos reconoceremos también que se trata de una pregunta exigente si se quiere responder con sinceridad.
A veces un «bien» puede ser una respuesta esquiva cuando no tenemos ganas de hablar o no queremos ahondar en nuestro malestar.
Otras veces, el silencio es respuesta y signo de que las cosas van mal. Si quien lo pregunta es un amigo, entonces solemos responder con más transparencia.
Pero ¿Qué ocurre cuando quien lo pregunta es un payaso? Los niños lo tenían claro, seguramente porque la presencia de aquellos hombres con grandes narices y vestidos rojos les alegraba realmente la vida y durante un tiempo hacían que todo fuese un poco más divertido.
Pero el payaso en el que ahora pienso es distinto. No viste con vestido rojo ni zapatones, ni tampoco lleva una de esas flores que escupen agua en la cara de los inocentes espectadores que se acercan para olerla.
No, este viste de traje y, en vez de flor, lleva un revolver que dispara pólvora. Efectivamente, se trata del Joker, el hombre que da título a uno de los estrenos más esperados del año.
Sin duda es el villano por antonomasia de la saga Batman, pero desde la perspectiva de la película dirigida por Todd Philips, este payaso tan alejado de los estereotipos quizás pueda enseñarnos un par de cosas sobre cómo responder al ¿Cómo están ustedes? de sus colegas payasos.
Y es que algunos están cansados de tener que dar una respuesta programada a esa pregunta. Porque muchas veces, lo políticamente correcto va contra la sinceridad. Y es legítimo responder que no estás bien, sin tener que sentirte culpable por ello. Parafraseando una de las frases de la película, lo peor de estar mal es que la gente pretenda que te comportes como si no lo estuvieses.
Dibujar una sonrisa cuando se está mal no tiene por qué ser la mejor de las opciones. Quizás lo sea alzar la voz, llorar, necesitar estar solo, dejarte acompañar… Porque todos tenemos nuestros problemas y van a seguir estando mientras los silenciemos.
Y el Joker nos enseña los daños colaterales de callar nuestro malestar: El peligro de acumular tanta rabia hasta ser capaces de matar.
Hay alternativas posibles: Y es la de dar voz a nuestras penas. Y en eso reside la otra gran enseñanza de la película. La necesidad que todos tenemos de encontrar nuestra voz.
Aquel modo de expresarnos que nos haga visibles, auténticos y únicos. Porque quien no tiene voz no cuenta, es invisible y despreciado.
El Joker la busca de manera desesperada, pero las negativas de la sociedad a escucharle y su silencio forzoso no le permitirán hacer otra cosa que acabar gritando y usar su voz de manera violenta.
Por eso quizás conviene que reflexionemos no solo sobre cómo es nuestra voz, sino sobre cómo es nuestra escucha y examinar cuántas veces podemos llegar a inhibir las voces de otros hasta apagarlas y enmudecerlas cuando no tengo tiempo o creo que mis problemas son más importantes que los del resto.
Expresar, dar voz y escuchar. No es poca cosa. Por todo ello, la próxima vez que alguien te pregunte cómo estás tal vez te merezca la pena detenerte unos segundos, pensar y solo entonces responder…

José Luis Olea, SJ

Ciao.

miércoles, 27 de mayo de 2020

Descolócame




Descolócame, Señor, una y otra vez. Lo necesito.
Muéstrate siempre original.
Desinstálame de mi comodidad y mis seguridades.
Recuérdame que nunca te comprenderé del todo.
Ayúdame a recibirte de modos siempre nuevos.
Enséñame a no poner límites a tu acción en mí ni en los demás.
Avísame cuando estés llegando y no te esté reconociendo.
Empújame al menos un poco, cuando esté mirando allí donde no vendrás.
Perdóname por creer que no puedes sorprenderme.
Prométeme tu presencia salvadora.
Regálame amarte esperándote.

(Matu Hardoy)

Ciao.

martes, 26 de mayo de 2020

Hay tanto bien en torno


La verdad es que sí. Pero las malas noticias siempre parecen invadirlo todo. Por eso es tan necesario aprender a mirar...

A veces, con la crisis, con tantas crisis, uno se olvida. O se ciega. O pierde la perspectiva. O se encierra en una burbuja.
Y parece más adecuado, y más con la época, indignarse por lo que falta, por las vidas rotas, preocuparse por los malos rollos, agobiarse ante los problemas o cabrearse con la gente que nos complica la vida.
Pero hoy no. Hoy me invitas a mirar alrededor, para encontrar lo que sí funciona... Y por eso, Señor, te doy las gracias.

Pastoral SJ

Ciao.

lunes, 25 de mayo de 2020

¿Cómo preparar a mi hijo para la vida?


Dice así esa narración que quiere representar un diálogo entre el ser humano y Dios con el tema de cómo preparar a un hijo para la vida.
“Le pregunté a Dios, ¿Cómo preparar a mi hijo para la vida?
Y Él me dijo:
– “Yo le doy la vista, tú enséñalo a observar.
– Yo le doy el oído, tú enséñalo a escuchar.
– Yo le doy el tacto, tú enséñalo a acariciar.
– Yo le doy la mente, tú enséñalo a pensar.
– Yo le doy el Alma, tú enséñalo a Amar”.

Éste era el mensaje. Me parece bonita esta dimensión que se sugiere en la que realmente SOMOS COLABORADORES DE DIOS EN EL PRECIOSO MISTERIO DE LA VIDA.

Y es un desafío hermoso para padres, para educadores, para todos nosotros sea cual sea nuestra situación en la vida, nuestro compromiso ... En definitiva, nuestra REALIDAD. 
Una realidad que tanto tiene que ver con Dios, por más que no siempre lo reconozcamos, o seamos conscientes o capaces de vivirlo con plena entrega.
Enseñemos a los más pequeños y aprendamos también nosotros a observar, escuchar, acariciar, pensar y Amar.

Ciao.


domingo, 24 de mayo de 2020

El contacto con mi manantial interior


Todos hemos atravesado momentos de crisis en la familia, durante los estudios, en lo económico, en lo afectivo, en las relaciones con los demás, enfermedades, ante los cambios...
Lo importante es ver cómo las afronté y viví sin ahogarme en ellos.
Cada uno de nosotros tenemos un “manantial”, es decir, una realidad en la que residen todas nuestras potencialidades, lo más autentico de nuestra identidad y la Gracia de Dios como “agua viva”.
Ayuda descubrir y darse cuenta de todo lo que en esos momentos más difíciles sentí, cómo salí de ellos, qué cosas, dentro de mí, me ayudó a salir a flote.
Quizá hoy sea un buen momento para hacer contacto con nuestro “manantial” del que podemos sacar vida, luces y ánimo para continuar el camino.

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.


sábado, 23 de mayo de 2020

"Santidad"


La palabra «Santa» o «Santidad» se relaciona con otras tres palabras: «Integridad», «Salud» y «Sanación». Y eso nos dice algo sobre lo que significa ser santo.
Ser santo es ser íntegro, estar en armonía, estar en paz con nosotros mismos. Pero no somos así al principio.
Estamos rotos, tenemos nuestras heridas, tenemos nuestros problemas, tenemos grandes egos, tenemos defectos en nuestro carácter. Por supuesto, somos humanos.
Por lo tanto, es necesario que haya sanación, y la oración profunda, es una sanación de toda la persona. Nos lleva a esa salud, a esa salud del alma, a esa salud de la mente, a esa salud del cuerpo, incluso a esa santidad.
No dejes de meditar para llegar a la santidad.

Padre, Laurence Freeman OSB

Ciao.

viernes, 22 de mayo de 2020

Estar contigo


Estar contigo, Señor,
con las cosas y los hechos del diario trajín,con los que parten sin saber a dónde van,
con la vida de todo lo que a mi lado se mueve, con la confianza ciega en un porvenir.

Estar contigo, Señor,
porque eres el que siempre está conmigo,porque siento que me esperas y me buscas,
porque todo puede ser de otra manera, porque en tu palabra se dibujan mis caminos.

Estar contigo, Señor,
aunque el entorno solo hable de tu ausencia,aunque la calma nunca llegue tras el golpe,
aunque la fatiga se infiltre en mis músculos, aunque viva lejos de lo que sueño y espero.

Estar contigo, Señor,
para escuchar más diáfano al corazón, para serenarme y poder así serenar, para aprender a hablar sin vaguedades, para tomar el amor y llevarlo por el mundo.

Seve Lázaro, SJ

Ciao.

jueves, 21 de mayo de 2020

¿Y si no somos eficientes?

No todo tiene que ser eficiente. Así lo plantea Javier Montes SJ y tiene buena razón.

Hoy tenemos una palabra de las que no podemos prescindir: La eficiencia. Parece que nació en ámbitos técnicos, referidas a máquinas y cosas así.
Se hablaba de la eficiencia de un motor por ejemplo. Pero este término se ha ido extendiendo y ya se usa para hablar de medicinas, de medidas económicas, de proyectos educativos, de equipos de futbol... Incluso se habla de personas eficientes. Lo que hay detrás de este concepto es importante. Se trata de ver qué objetivos cumplimos, qué resultados se obtienen y a cambio de qué recursos.
En nuestras culturas occidentales la eficiencia es un valor, y no cabe duda de que nos ayuda a progresar. Pero también parece que puede ser sano romper de vez en cuando, dejar esto a un lado y ser ineficiente.
Porque quizá muchas cosas importantes de la vida son un desastre desde el punto de vista de la eficiencia: Como recorrer cientos de kilómetros para ver a un amigo por un rato, pasarnos una semana de Ejercicios Espirituales, invertir años de esfuerzo en educar a tu hijo, dedicar horas a preparar una obra de teatro sabiendo que no saldrá adelante, plantar un árbol en un bosque por el que no va a pasar nadie...
¿Qué más cosas importantes son ineficientes?

Javi Montes, SJ

Ciao.

miércoles, 20 de mayo de 2020

El camino de la felicidad

El camino a la felicidad no es recto...
... Existen curvas llamadas EQUIVOCACIONES...
... Existen semáforos llamados AMIGOS...
... Luces de precaución llamadas FAMILIA, y todo se logra...
... Si tienes una llanta de repuesto llamada DECISIÓN...
... Un potente motor llamado AMOR...
...Un buen seguro llamado FE...
... Abundante combustible llamado PACIENCIA...
... Pero sobre todo un Experto Conductor llamado ¡DIOS!

Ciao.

martes, 19 de mayo de 2020

Al otro lado del espejo


Cantantes sin escenario, bailarines sin alas, artistas incomprendidos, sembradores de sueños sin cosecha, deportistas de cuarta fila, actores sin papel, modelos de belleza distinta, profetas rechazados por jueces de vidas y almas.
Nómadas de carteras vacías y manos gastadas, peregrinos sin dominios, desterrados de la tierra amada, aprendices sin título, enamorados sin respuesta, creyentes con preguntas, maestros sin discípulos, solitarios a la fuerza, perdedores,  pero no vencidos, hambrientos sin sitio en la mesa, luchadores de batallas sin tregua.

No os rindáis,  que los últimos son los primeros para Quien sabe mirar.
Y en el camino, en sus recovecos y caídas, en cada punto y aparte,  en cada abrazo inesperado, en cada sonrisa amanecida tras una noche de lágrimas, habéis vencido,  aun sin saberlo.

José María Rodríguez Olaizola, SJ

Ciao.

lunes, 18 de mayo de 2020

Cuando el niño era niño...


Cuando el niño era niño, andaba con los brazos colgando, quería que el arroyo fuera un río, que el río fuera un torrente, y este charco el mar.

Cuando el niño era niño,  no sabía que era niño, para él todo estaba animado, y todas las almas eran una.

Cuando el niño era niño,  no tenía opinión sobre nada,  no tenía ningún hábito, frecuentemente se sentaba en cuclillas, y echaba a correr de pronto, tenía un remolino en el pelo y no ponía caras cuando lo fotografiaban.

Cuando el niño era niño, era el tiempo de preguntas como: ¿Por qué yo soy yo y no soy tú?
¿Por qué estoy aquí y por qué no allá? ¿Cuándo empezó el tiempo y dónde termina el espacio?
¿Acaso la vida bajo el sol es tan solo un sueño?

Lo que veo oigo y huelo, ¿No es sólo la apariencia de un mundo frente al mundo? ¿Existe de verdad el mal y gente que en verdad es mala? ¿Cómo es posible que yo, el que yo soy, no fuera antes de existir  y que un día yo, el que yo soy?

Cuando el niño era niño,  no podía tragar las espinacas, las judías, el arroz con leche y la coliflor.
Ahora lo come todo y no por obligación.

Cuando el niño era niño, despertó una vez en una cama extraña, y ahora lo hace una y otra vez.
Muchas personas le parecían bellas,  y ahora, con suerte, solo en ocasiones.  Imaginaba claramente un paraíso y ahora apenas puede intuirlo.  Nada podía pensar de la nada,
 y ahora se estremece ante a ella.

Cuando el niño era niño,  jugaba abstraído,  y ahora se concentra en cosas como antes sólo cuando esas cosas son su trabajo.

Cuando el niño era niño,  como alimento le bastaba una manzana y pan y hoy sigue siendo así.

Cuando el niño era niño, las moras le caían en la mano como sólo caen las moras y aún sigue siendo así. Las nueces frescas le eran ásperas en la lengua  y aún sigue siendo así. En cada montaña ansiaba
la montaña más alta y en cada ciudad ansiaba  una ciudad aún mayor
 y aún sigue siendo así. En la copa de un árbol cortaba las cerezas emocionado como aún lo sigue estando.
Era tímido ante los extraños  y aún lo sigue siendo. Esperaba la primera nieve  y aún la sigue esperando.

Cuando el niño era niño, tiraba una vara como lanza contra un árbol,  y ésta aún sigue ahí, vibrando.

Peter Handke, Nobel de literatura 2019

Ciao.

domingo, 17 de mayo de 2020

¿Por qué buscamos más a Dios en tiempos de crisis? (PARTE 2)


En tiempos de crisis necesitamos reencontrar aquello en que se fundamenta nuestra existencia. San Ignacio de Loyola descubrió en su conversión que poner a Dios como Principio y Fundamento de la vida da sentido y trascendencia en todo lo que hacemos, somos y tenemos. Ignacio plantea que la búsqueda de Dios se hace a partir de las experiencias de amor más profundas que hemos vivido, las cuáles nos unen más a él dando la vida en amor por la humanidad y por todo lo creado.

El siguiente ejercicio puede ayudar a reflexionar lo anterior:

1. Haz un recuento de los momentos de tu vida en que te has sentido amado y amando profundamente.
2. Descubre si esos momentos te hacían sentir auténtico, es decir, que al amar así gozabas dando lo que tenías y te sentías consolado y agradecido de existir.
3. Examina si en todo lo anterior estaba la presencia viva de Dios en el deseo compartido que se movía en ti y en los demás de seguirse entregando mutuamente.
4. Mira tu momento actual y explora ¿Cómo te sientes con lo que haces y con la vida que llevas? Posiblemente sigues gozando la entrega generosa de tu vida a los demás; o, probablemente, te has ido enfriando a lo largo de la vida, la rutina te ha comido y Dios se ha convertido en un referente lejano.
5. Si te has ido apagando ¿En qué necesitas que Dios te ayude para volver a acercarte nuevamente y sentirte consolado por Él?
6. Si te ayuda alguna de las siguientes lecturas órala y pídele a Dios lo que necesitas. (Los huesos secos Ez 37,1-14 / El hijo pródigo Lc 15, 11-32)
En algún momento, todos nos hemos sentido en crisis, tibios o fríos, es honesto reconocerlo y pedir a Dios volver a su presencia.
Creerle a Dios es volver a creer en el amor y confiar. Dios no busca supermens o superwomen, busca hijos e hijas de carne y hueso que reciban su palabra para que sea luz y fecundidad en sus corazones y compartan con más personas esta esperanza.

P. Jorge Becerra, SJ 

Ciao.

sábado, 16 de mayo de 2020

¿Por qué buscamos más a Dios en tiempos de crisis? (PARTE 1)


Es común buscar a Dios cuando nos sentimos sobrepasados y ahogados en una crisis que supera nuestras fuerzas y recursos para enfrentarla.

San Ignacio de Loyola vivió esta experiencia cuando fue derrotado en la batalla de Pamplona y su mundo se vino abajo. No pudo continuar su carrera militar, su orgullo se derrumbó, ya no se sintió atractivo para las mujeres (al quedar cojo de una pierna) y vivía a expensas de su hermano mayor y su cuñada. Se sintió sumamente frustrado y, en ciertos momentos, deseaba haber muerto en la batalla.
En su tiempo de convalecencia reflexionó, profundizó y descubrió que muchas cosas por las que se había esforzado durante toda su vida eran efímeras.
Tenía el corazón vacío de Dios y no tenía un proyecto de vida que le inflamara su espíritu para entregar la vida con pasión duradera. Fue entonces cuando sacó más provecho de su crisis y buscó aquello que fuese lo fundamental en su vida.
Al ir leyendo la vida de Cristo y la de algunos santos, se preguntaba si todo aquello que había hecho antes de su crisis le había llevado a más amar, a encontrarse con Dios, y si su vida había sido luz para ayudar a otros. San Ignacio cayó en cuenta de que no fue así y que no servía de nada ganarse el mundo si perdía a Dios y su amor.
Ignacio entendió que el amor y la relación con Dios es lo Principal y Fundamental en la vida de cualquier persona para que todo lo que haga tenga sentido y trascendencia, porque todo aquello que se hace y se pone en manos de Dios genera un bien más universal y divino.
Ignacio aprovechó entonces su crisis para que Dios hiciera de él aquello que fuese más provechoso en su proyecto de salvación para la humanidad.
En este tiempo de crisis reflexiona, dialoga con Dios y dile cómo te sientes con el rumbo que lleva tu vida. Si descubres que le falta mayor profundidad y sentido, pídele que te ayude a descubrir cómo te invita a más amar y mejor servir.

P. Jorge Becerra, SJ 

Ciao.

viernes, 15 de mayo de 2020

¿Cuáles son nuestras batallas diarias?


¿Cuáles son nuestras batallas diarias? Y de ellas, ¿Cuáles son totalmente innecesarias?
No todas las guerras del día a día que vemos son nuestras, y de algunas de ellas nos podemos alejar tranquilamente.
Y en las guerras que sí son nuestras, o son causas que tenemos pendientes de solucionar, acuden con semblante tranquilo.
Las guerras, las verdaderamente importantes no se ganan con espadas, ni tanques... Las guerras se ganan también cuando amamos, cuando somos congruentes y coherentes, cuando dejamos el silencio para expresar las manipulaciones, las injusticias, las parálisis de nuestros pensamientos y resistencias a cambiarlos.
Cuando abandonamos el miedo, ganamos una guerra, cuando no nos dejamos manipular ganamos una guerra, cuando usamos palabras adecuadas serenas y coherentes ganamos una guerra, cuando alguien nos pone en tela de juicio delante de una manada y somos capaces de mantenernos firmes ganamos una guerra. Y así se ganan las guerras, desde uno mismo hacia fuera.
Cuando el amor que hay en nosotros y que a veces olvidamos, traspasa los límites de nuestro cuerpo y su honda expansiva y su luz, callan las  bocas de los mal hablados y mal pensados. Es ese amor el que restablece la salud del otro, viendo más allá de lo que aparentemente se ve.

Hoy Jesús nos dice : 
¡Levántate! Si, tú que necesitas ser atendido, a ti que te amo y quiero el mayor bien para ti
ponte en medio! Si, en medio de mi corazón, porque eres lo más valioso para Mi, por encima de cualquier acto que se imponga al respeto y a la dignidad de la vida humana.

Para Él todos estamos en el centro de su corazón, todos somos igual de importantes para Él, sin rangos ni distinciones. Hoy nos invita a hacer lo mismo, con estas preciosas palabras: Cuando veamos que un corazón está en guerra, llevémoslo al centro de nuestro corazón y al de Jesús y desde allí practiquemos la misericordia, la compasión y el amor más grande que hayamos conocido.
Y así se curan los males, así se atienden las necesidades, y así poco a poco se ganan las pequeñas batallas, las guerras insignificantes, las guerras importantes y las guerras mundiales. Así el amor del corazón supera cualquier guerra que se le pone por delante.

Ciao.

jueves, 14 de mayo de 2020

Hemos aprendido que somos débiles


Empezamos con este artículo una serie de propuestas sobre aprendizajes de este tiempo. Distintas personas irán compartiendo algo de lo que han podido aprender. No todos habremos aprendido lo mismo. Pero ojalá todos hayamos aprendido algo. Empezamos con el aprendizaje de la debilidad, que nos presenta Daniel Cuesta Gómez.

Una de las cosas más importantes que hemos aprendido durante esta cuarentena es que somos débiles. Algo que ya sabíamos, o al menos intuíamos, pero de lo que tratábamos de huir o intentábamos disimular.
Este tiempo de pandemia, en primer lugar, nos ha recordado que no somos dioses, sino que tenemos que lidiar con nuestra debilidad.
Resulta sobrecogedor ver como en pocas semanas pasamos de pensar en el transhumanismo y de la capacidad humana para prolongar la vida y detener la muerte, a constatar con dolor como todos nuestros esfuerzos no lograban detener la espiral de muerte creada por un virus invisible a nuestros ojos. Era como si la propia naturaleza nos recordara que, pese a estar en la cúspide de la pirámide de la evolución, el hombre sigue siendo una criatura débil e indefensa.

En segundo lugar, este tiempo de confinamiento nos ha hecho ver que nuestra debilidad pasa porque necesitamos a los demás para vivir nuestra vida. Y aquí cada cual puede pensar en aquellas personas con las que ha hablado durante estos dos meses, para expresarles su cariño, para compartir miedos y agobios, para interesarse por ellas, para reír y pasar un buen rato ante la pantalla, etc. Pero también podemos recordar en aquellos que han luchado diariamente contra el virus o han seguido realizando su trabajo para garantizar que el país siguiera contando con los servicios mínimos.
En el fondo, nos necesitamos como sociedad, a los de cerca y a los de lejos, porque somos más débiles de lo que nos pensamos.

En tercer lugar, creo que hemos experimentado también que esta debilidad tiene sus efectos en nosotros mismos. Y es que, creo que quien más o quien menos ha visto cómo, pese a sus ganas de trabajar o a la urgencia de las tareas, la productividad en este tiempo no era la misma que en circunstancias habituales.
En ocasiones también nos encontrábamos cansados, irascibles, tristes o agobiados, sin un motivo aparente y sin poder poner una solución a ello.
Esto nos ha hecho constatar que nuestra debilidad también pasa por la necesidad de salir, de pasar tiempos distendidos, de estar con los demás, de oxigenarnos, que contrastan con nuestra creencia de que con un poco de ánimo y organización, podemos con todo lo que nos echen encima.
Así, este tiempo de confinamiento nos ha hecho experimentar que no somos dueños de nuestro estado de ánimo y también que necesitamos dedicar un tiempo al descanso y la gratuidad.

Tres aprendizajes distintos que tocan una misma esencia humana: La debilidad. Es decir, la experiencia de que no somos omnipotentes ni dueños de nuestra propia vida.
Que hemos recibido la existencia de Dios, y por eso le necesitamos.
Que debemos asumir nuestro lugar en la naturaleza, y por esta razón respetarla.
Que necesitamos de los demás, y no solo ellos de nosotros, y por eso tenemos que cuidarlos. Y que no podemos controlar todas las variables de nuestra vida, ni nuestros sentimientos, y por ello tenemos también que cuidarnos.
Tres aprendizajes para no olvidar, o al menos para recordar y llamar por su nombre, cada vez que la omnipotencia vuelva a instalarse o desmoronarse en nuestra vida.

Dani Cuesta, SJ

Ciao.

miércoles, 13 de mayo de 2020

¿Puedo agradecer por algo en tiempo de Coronavirus?


En tiempos difíciles como los que vivimos en esta pandemia, ser agradecido es una manera de combatir la desolación que se puede ir generando en nosotros a partir de las frustraciones cotidianas.
Muchos sentimos frustración por el confinamiento, por no regresar a nuestras actividades cotidianas, por no encontrarnos con nuestros seres queridos y compañeros de trabajo. 
Si sólo miramos aquello que nos frustra, terminaremos viendo el mundo como tragedia.

Un buen ejercicio es mirar y agradecer todo aquello que sí hemos podido vivir, reflexionar y hacer desde que comenzó la cuarentena.

1. Haz el recuento de cuánto tiempo llevas viviendo el confinamiento. Al inicio se percibía todo muy incierto y catastrófico. Con el paso de los días, hemos ido desarrollando una capacidad de adaptación a un nuevo modo de vivir y también han sucedido cosas buenas.

2. Haz el recuento de lo bueno que ha sucedido en tu persona. Quizá aprendiste a estar contigo mismo, haz hecho las paces contigo en algunos temas, has dormido más o has terminado asuntos pendientes.

3. Haz el recuento de cómo te has relacionado con las personas con quienes vives en casa. Aunque salen los defectos también salen las virtudes. Cuáles virtudes han salido a relucir.

4. Haz el recuento de cómo estás reaprendiendo a relacionarte con tus seres queridos. Nuevas maneras de comunicación en línea, o les llamas con más frecuencia, han hecho las paces de algo, etc.

5. Haz el recuento de las nuevas habilidades que has desarrollado en las labores de la casa, en temas intelectuales, laborales, físicos y espirituales.

6. Haz el recuento de cómo la pandemia te ha movido a repensar más en el sentido de tu vida, en el rumbo de tus proyectos y si ese rumbo te lleva a amar y servir más a Dios y a los demás.

7. Escribe todo lo anterior y agradece a Dios y a quienes han estado a tu lado y te han ayudado a crecer en este tiempo de dificultad.

Que esta experiencia nos ayude a pensar, sentir y buscar profundamente el sentido de nuestras vidas. Quizá es una oportunidad para encontrar aquello que nos ayude a más amar y servir.

P. Jorge Becerra, SJ (México)

Ciao.

martes, 12 de mayo de 2020

Cuidar al prójimo que sufre


Cada persona que encontramos merece ser amada, pero aquellas que sufren merecen una atención especial porque podemos reconocer en ellas el rostro de Jesús Crucificado.
Muchas veces no podemos resolver la dificultad por la cual ese prójimo está pasando, pero nuestra presencia solidaria le brinda consuelo y luz para soportar y enfrentar los momentos de dolor con serenidad.
Estar disponibles, hacer todo lo que estuviera a nuestro alcance para aliviar su sufrimiento. Hacer al otro lo aquello que nos gustaría que hiciesen por nosotros si estuviéramos en la misma situación.
Quien ama, cuida: Da atención, tiempo, escucha los lamentos, asume los dolores como propios, “hacerse uno” en el sufrimiento. En otras palabras: ama a tu prójimo como a ti mismo. 

Apolonio Carvalho Nascimento


Ciao.

lunes, 11 de mayo de 2020

Yo sí creo en Ti. Credo "Siempre así"



La mejor canción - oración de acción de gracias que podemos hacer a Dios en cualquier momento de nuestra vida.
Una preciosa manera de confesar nuestra Fe a Dios y agradecerle su Amor y compañía y por haberse fijado en nosotros y tenernos como hijos suyos.

¡Gracias Señor por ser mi Padre! ¡YO SÍ CREO EN TI!

Ciao.

domingo, 10 de mayo de 2020

Por fin algo inteligente en esto de la pandemia


" Dr. FAHEM YUNUS, jefe de la Clínica de Enfermedades Infecciosas - Universidad de Maryland USA:

" 1- Viviremos con C19 durante meses... No neguemos ni tengamos pánico. No hagamos nuestras vidas inútiles. Aprendamos a ser felices y vivir con este hecho.
2- El virus no reducirá su efecto en verano. Es verano en Brasil y Argentina, pero el virus se está extendiendo rápido.
3- No puedes destruir los virus C19 que han penetrado las células bebiendo demasiada agua - solo irás al baño a menudo.
4- Lavado de manos y mantener una distancia de protección de 2 m es el mejor método para proteger contra el virus. Si no tienes un paciente de C19 en casa, no hay necesidad de desinfectar las superficies en tu casa.
5- Paquetes de carga, bombas de gas, carritos de compras o cajero automático no causa infección. Lávate las manos, vive tu vida como siempre.
6- C19 no es una infección alimentaria. Esto está asociado con gotas de infección como la gripe. No hay riesgo demostrado de que C19 se transmita ordenando alimentos.
7- Las sesiones de Sauna no matan los virus C19 que irrumpieron en la celda.
8- Puedes perder tu olor con muchas alergias e infecciones virales. Este es un síntoma no específico para C19.
9- Una vez en casa, no necesitamos cambiar nuestra ropa urgentemente y ducharnos. La pureza es una virtud, no paranoia.
10- El virus C19 no cuelga en el aire. Esta es una infección de infusión que requiere contacto cercano. El aire es limpio, puedes caminar por los jardines (manteniendo tu distancia de protección), por los parques.
11- C19 no distingue la raza ni la religión, se transmite a todas las personas.
12- Es suficiente usar jabón normal contra C19, no necesariamente jabón antibacteriano. El virus, de todos modos, no es una bacteria.
13- No tienes que preocuparte por tus pedidos de comida. Pero si quieres más procesados, puedes calentarlos un poco en el microondas.
14- La oportunidad de traer C19 a casa con tus zapatos y como resultado enfermarse es lo mismo que ser golpeado por un rayo dos veces al día. He estado trabajando contra virus durante 20 años - las infecciones por goteo no se propagan así.
15- No puedes ser protegido del virus tomando vinagre, azúcar, jugo y jengibre.
16- Llevar guantes es una mala idea; el virus puede acumular en el guante, se puede transmitir fácilmente si tocas tu cara. Es mejor lavarse las manos".

Hassan BELI - Psicólogo:

"Mira, haz que alguien que tiene 70 años vea las noticias con desastres todos los días, con el mensaje: " ¡Te llegará a ti también! ¡Vendrá a ti! ¡Vendrá a ti también!". 
El hombre morirá en unos meses. Estos programas degradan nuestro sistema inmunológico a través del estrés y la ansiedad No mires a los profesores de medicina que se convirtieron en profesores de terremoto.
Supongo que no hay mucho más que decir. Ya no compartiré nada sobre esta epidemia. Repetir las mismas cosas solo destruye nuestra calidad de vida."

¡PROTEGE TU SALUD MENTAL Y SALUD FÍSICA DEL CUERPO! ¡NO TE OLVIDES QUE UN ESTADO PSÍQUICO INESTABLE AFECTA TODO EL SISTEMA INMUNOLÓGICO DEL CUERPO!"

Ciao.

sábado, 9 de mayo de 2020

Semillas


¿Cuáles son las semillas que estamos plantando en esta etapa? Una reflexión de Agus Couto Picos.

Son muchos los que están aprovechando estos días de confinamiento para hacer semilleros en casa, plantar, y algunos que disponen de finca, hacer su propia huerta.
Cuando uno tiene en sus manos un puñado de semillas, se da cuenta de lo insignificantes y minúsculas que son. Es asombro que esos sencillos granos se conviertan en plantas, frutas u hortalizas.
A nosotros nos puede pasar como las semillas. Podemos sentir que nuestros actos son insignificantes y minúsculos, nos podemos dejar contagiar por la apatía y el desánimo y pensar que nuestras acciones son un grano de arena que nada cambia o caer en la tentación de que sean las autoridades o los que tienen dinero los que tienen que dar respuesta a los problemas de nuestro mundo.
Por eso hoy debemos sentirnos llamados a ser SEMILLAS para los demás, Semillas de entrega, de ayuda, de solidaridad, de cuidado, de VIDA. El mundo necesita que despleguemos nuestra mejor versión.
Pero estas acciones tienen que ser concretas y firmes. Hay tantas posibilidades de entregarse: Creando comunidad de vecinos, comprometiéndose con alguna acción solidaria, atendiendo a los que están solos, comprometiéndose a consumir en los pequeños comercios de barrio, perdonando un alquiler o ayudando a pagarlo al que no puede... La lista podría ser interminable. Solo hay que descubrir qué semilla necesita nuestra realidad concreta y plantarla.
Estos días he tenido el placer de leer de nuevo El hombre que plantaba árboles, quizás puede ser una lectura que nos aliente y anime a convertirnos en SEMBRADORES DE VIDA en lo concreto, en lo ordinario, con paso firme hacia un futuro para todos, conscientes de que Dios no nos llamó a cosechar sino a sembrar.

Agus Couto Picos

Ciao.

viernes, 8 de mayo de 2020

Escrito de unos médicos


Lo que no hemos visto... Para que ahora tú salgas a la calle, sin guardar las medidas de seguridad...

Es totalmente normal ver hoy ciclistas en pelotón, aglomeraciones de corredores y los abuelos juntos en los bancos y hasta que se pongan a jugar a la petanca.
Nos han enseñado de esta pandemia risas, aplausos y arcoíris, gente cantando, buen rollo y a los sanitarios bailando.
La pandemia se transmitirá a próximas generaciones (a quién no le ha tocado de cerca claro) como algo hasta bonito y a veces divertido.

⛔ Nadie ha visto la realidad de lo que sucedía.

⛔ Nadie ha visto la situación de guerra de los hospitales.

⛔ Nadie ha visto el pánico de quién tenía que trabajar, el pavor que se sentía.

⛔ Nadie ha visto las urgencias y aglomeraciones de enfermos uno tras otro que llegaban.

⛔ Nadie ha visto que ingresaban pacientes y a las 2-3 horas estaban muertos.

⛔ Nadie ha visto que en planta los pacientes estaban relativamente bien y al rato que enfermeros acudían a la habitación había en cada ronda unos cuantos muertos, al rato otros más, al rato más y así sin saber qué pasaba ni qué se podía hacer.

⛔ Nadie ha visto habitaciones llenas de bolsas y bolsas cada uno con su nombre.

⛔ Nadie ha visto 800 fallecidos juntos ni lo que ocuparía ni la magnitud del impacto que nos haría ver eso.

⛔ Nadie ha visto como entraba uno tras otro a las morgues.

⛔ Nadie ha visto el sufrimiento de las familias cuando daban entierro a una caja sin saber qué estaban enterrando.

⛔ Nadie ha visto como un sanitario daba la mano a un enfermo a minutos de morir para que no lo hiciera solo

⛔ Nadie ha visto como se dejaba ir a la mejor y más luchadora generación de todas, abandonados a su suerte y sin poder acompañarles en sus últimos momentos.

⛔ Nadie ha visto nada, solo quien ha estado en un hospital, en una ambulancia, un cementerio, una funeraria.

Se ha enseñado lo que se ha querido, la gente ha tenido miedo a hablar públicamente sabiendo las consecuencias que tendría en él/ella.
De todo lo que he visto en Tv y todo lo que he vivido desde dentro no he visto nada que se asemejara a la realidad.
Y ahora, ¿Qué? De verdad queréis que la gente tenga conciencia?
Conciencia tenemos de lo peligroso que era Siria, que veíamos cada día sin filtro como degollaban a cientos de personas.
No contéis a vuestros hijos nada de la pandemia, porque de verdad que no habéis sido conscientes de nada, es mejor que no sepan nada a que le contéis algo que ha sido todo mentira.
Me hubiera gustado haberos enseñado la realidad de lo que sucedió.
Ojalá alguien pueda sacar la realidad aunque sea en 30 años, será una lección para España y para el mundo.

Ciao.

Acercarme con los demás sin prejuicios


Los prejuicios nacen del hecho de que uno se cree mejor que los demás.
Para vencerlos es necesario desarrollar el concepto de igualdad no solo en nuestra mente, sino también en nuestro corazón. Es decir, debemos unir sentimiento y entendimiento para crear una nueva mentalidad entre nosotros.
El amor, entendido como servicio, no debe hacer distinciones. La práctica de este amor es un arma potente contra todo tipo de prejuicios.
El miedo puede convertirse en una gran barrera y nos impide ir al encuentro del otro.
La mayoría de nuestros miedos son infundados y nos inmovilizan. No dejemos que supuestos temores nos impidan vivir el amor en su plenitud.
El amor va más allá de las apariencias, más allá de las sospechas y supera las suposiciones en busca de la verdad.
El amor es fuerza y coraje, por eso vence los prejuicios y los miedos.

Apolonio Carvalho Nascimento

Ciao.

jueves, 7 de mayo de 2020

Reconocer nuestro camino


A pesar de todas las experiencias vividas, los aprendizajes, los momentos de celebración y los reveses, a veces nos cuesta reconocer de verdad el camino que hemos tomado.
Puedes dedicar un rato de oración a mirar y conocer la vocación a la que Dios te llamó.
Buscar ejercerla, de modo que no permanezca de manera ociosa. Ignacio invita a no resistirla, porque así Dios será el que actúe, en lo que queremos y lo que hacemos. Es el mejor modo en que desplegar los dones que nos ha dado.
A través de la vocación Él se sigue manifestando y contagiando a otros de su presencia. Dando esperanza a otros a través de la respuesta que damos con nuestro seguimiento.

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

miércoles, 6 de mayo de 2020

¿Censuras educativas?



¿No simplificamos a veces un poco lo que decimos sobre cómo nos influyen los juegos, etc? Interesante reflexión de Andrés González SJ.

Capta mi atención un tuit en respuesta a una noticia sobre la violencia en los videojuegos. El breve reportaje comenta la frecuente presencia de la violencia en los videojuegos, así como el desconocimiento de los padres acerca de ellos; también sobre las clasificación por edades y se apunta la cuestión de en qué medida deben ser prohibidos.
Tampoco faltan las opiniones expertas que relacionan estos videojuegos con el bullying y todos los males que pueden desarrollar los niños. El tuit se limita a señalar que también hay violencia en el arte, los libros o  las películas y ningún estudio serio vincula violencia virtual y real.
Lo llamativo de esta y otras polémicas es un patrón que se repite: Asumimos que todo lo que podemos consumir en bueno hasta que se demuestre lo contrario, todo vale, hasta que alguien ve un problema, y entonces saltamos como un resorte y organizamos una contienda entre los que quieren prohibir y los que no.
Conozco muchas personas que han jugado a juegos que contenían violencia, y no veo reflejada tanta violencia en nuestras vidas. Aunque tampoco sé si seríamos mejores personas si hubiésemos jugado a otras cosas.
Puede que la violencia de un juego influya en el comportamiento de los niños. O puede ser que algunos niños, al jugar a estos juegos, están expresando la violencia que experimentan en otro ámbito.
Educar requiere poner límites. Aunque aquellos que saben más de educación que yo me enseñaron que cuando un niño se salta una norma, es una oportunidad para hablar con él. Ciertamente hay que reflexionar sobre la violencia que consumimos, pero la solución no se limita a decidir lo que hay que censurar.
Quizás sea una buena oportunidad para sentarse con los jóvenes y hablar con ellos sobre los conflictos que viven y cómo resolverlos, o sobre la diferencia entre la realidad y la ficción. Quizás antes de pensar en el contenido hay que pensar si lo mejor que podemos darles es llenar su vida de dispositivos, o nuestro tiempo y valores, y enseñarles a pensar.

Andrés González, SJ

Ciao.






martes, 5 de mayo de 2020

La Bienaventuranza del Silencio


El Silencio no es el sendero del placer, ni de una gran alegría, pero si de una cierta bienaventuranza que se encuentra dentro de cada uno.
Nadie está privado del tesoro de su Presencia. Esta es la bienaventuranza. En nuestro corazón hay riqueza y abundancia.
El mejor servicio que puede hacerse a los demás es seguir al corazón. El aroma de una flor es un gran regalo al cosmos.
A la flor también le duele la tormenta, el viento, el agua y sin embargo está ahí, ofreciendo aroma. Ofrece lo mejor que hay en ti, el perfume de un amor profundo.

Padre Moratiel (Enseñanzas del silencio)

Ciao.

lunes, 4 de mayo de 2020

Escucha la verdad que habita en ti


 Escucha a otros para comprenderlos, pero sobre todo, escucha la verdad que habita en ti, pues será tu verdadero guía.
Siempre hay un primer paso para caminar libre de tinieblas, dolores y miedos.
La sabiduría y el amor crecen desde dentro, la luz que ilumina la verdadera vida se inicia muy dentro. Escucha a tu corazón, el impulso de sus latidos son generadores de luz que se   encienden con  la chispa divina.
Escucha desde adentro, la voz que habita en ti y actúa en consecuencia. Será la luz nueva, la que iluminará la senda a seguir, la que traerá rutas  y actitudes nuevas, será la que te hará recobrar el sentido y te ayudará a prescindir de la seguridad y lo compensará aumentando la confianza.
Abre tu mente, pero abre más aún el corazón, pon tu mente al servicio del corazón, pues a veces, el orgullo intelectual puede ser una piedra en el camino.
Extrae todo lo que contiene tu corazón, compártelo con los que tienes a tu alrededor y que sea Dios el que guíe cada tramo del camino generando luz dentro de ti.
Muestra siempre la verdad de la luz que habita en ti.

Enviado por mi amiga Karla.

Ciao.

domingo, 3 de mayo de 2020

La historia de Iza




PARECE QUE ESTÁ HECHO PARA LA ÉPOCA QUE ESTAMOS VIVIENDO, ESCUCHADLO Y LEEDLO HASTA EL FINAL PORQUE MERECE LA PENA.

ESPERO QUE OS GUSTE

Ciao.


sábado, 2 de mayo de 2020

Ojos nuevos para ver


Hallar a Dios en medio de la crisis. Experiencia de dolor, pérdida, conflicto, incertidumbre... parece que la Divinidad se esconde.
Toda vivencia “negativa”, toda crisis, nos deja un aprendizaje ¿Qué he descubierto en mí? Quién ha pasado por estas experiencias es quien desea profundamente la vida, el sentido, la salvación.
El fruto de la Tercera Semana de los E.E. (Ejercicios Espirituales) es experimentar dolor y quebranto con Cristo quebrantado que muere en cruz, esa gracia tiene algo de “sentido”, es algo más que la pura experiencia del sufrimiento, son los albores de la resurrección.
En la Cuarta Semana profundizaremos en esa experiencia de “sentido”: En verdad, el grano de trigo que mures sí da fruto.
Pedir al Señor que nos amplíe nuestras expectativas del horizonte de la resurrección y nos llene de las esperanzas históricas y del sentido para poder ser perseverantes en el camino.

Espiritualidad Ignaciana

Ciao.

viernes, 1 de mayo de 2020

Palabra de Vida Mayo 2020


«Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado» (Jn 15, 3)

Después de la última cena con los Apóstoles, Jesús sale del Cenáculo y se encamina al Monte de los Olivos. Lo acompañan los Once: Judas Iscariote ya se ha ido, y pronto lo traicionará.
Es un momento dramático y solemne. Jesús pronuncia un largo discurso de despedida: Quiere decir cosas importantes a los suyos, entregarles palabras que no olviden.
Sus Apóstoles son judíos, conocen las Escrituras, y a ellos les recuerda una imagen muy familiar: La planta de la vid, que en los textos sagrados representa al pueblo hebreo, objeto de preocupación de Dios como su labrador atento y experto.
Ahora el propio Jesús (cf. Jn 15, 1-2) habla de sí mismo como vid que transmite la savia vital del amor del Padre a sus discípulos. Y ellos deben preocuparse sobre todo de permanecer unidos a Él.

«Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado».

Un modo de permanecer unidos a Jesús es acoger su Palabra. Esta permite a Dios entrar en nuestro corazón para «purificarlo», es decir, limpiarlo del egoísmo y hacerlo apto para dar frutos abundantes y de calidad.
El Padre nos ama y sabe mejor que nosotros qué nos hace ligeros y libres para caminar sin el peso inútil de nuestros apegos, de juicios negativos, del buscar con afán nuestro interés, de hacernos la ilusión de tener todo y a todos bajo control.
En nuestro corazón también hay aspiraciones y proyectos positivos, pero que podrían ocupar el lugar de Dios y hacernos perder el arrojo generoso de la vida evangélica. Por ello Él interviene en nuestra vida a través de las circunstancias y permite a veces experiencias dolorosas, tras las cuales se esconde siempre su mirada de amor.
Y el fruto sabroso que el Evangelio promete a quienes se dejan escamondar por el amor de Dios es la plenitud de la alegría.
Una alegría especial que florece también entre lágrimas, desborda del corazón e inunda el terreno circundante. Es un pequeño anticipo de la resurrección.

«Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado».

Vivir la Palabra nos hace salir de nosotros mismos e ir con amor al encuentro de los hermanos, comenzando por los más cercanos: En nuestras ciudades, en la familia, en el entorno en que vivimos. Es una amistad que se transforma en un red de relaciones positivas y que tiende a hacer realidad el mandamiento del amor recíproco, que construye la fraternidad.
Meditando en esta frase del Evangelio, escribe Chiara Lubich: «Entonces, ¿Cómo vivir para merecer también nosotros el elogio de Jesús? 
Poniendo en práctica cada Palabra de Dios, nutriéndonos de ella a cada instante, haciendo de nuestra existencia una obra de reevangelización continua.
Para llegar a tener los mismos pensamientos y sentimientos de Jesús, para revivirlo en el mundo, para mostrar, a una sociedad atrapada con frecuencia en el mal y en el pecado, la divina pureza, la transparencia que da el Evangelio.
Además, durante este mes, si es posible (si los demás comparten nuestras intenciones), procuremos poner en práctica en particular esa palabra que expresa el mandamiento del amor recíproco.
Pues para el Evangelista Juan […] hay un vínculo entre la Palabra de Cristo y el mandamiento nuevo. Según él, en el amor recíproco es donde se vive la palabra con sus efectos de purificación, de santidad, de impecabilidad, de fruto, de cercanía con Dios.
El individuo aislado es incapaz de resistirse largo tiempo a las incitaciones del mundo, y en cambio en el amor mutuo encuentra el ambiente sano capaz de proteger su existencia cristiana auténtica».

LETIZIA MAGRI

Ciao.